La gran mayoría de los atendidos a lo largo de 2016 son españoles.
La recuperación económica no es un fenómeno universal. No todo el mundo está viendo ya la luz al final del túnel, y aunque la mayoría de los indicadores den muestras de mejora, cientos de personas siguen sufriendo en primera persona -y en algunos casos de forma dramática-, las consecuencias de una crisis que también es social y que ha agravado la ya de por sí elevada desigualdad.
A lo largo de 2016, Cáritas Diocesana de Granada atendió a más de 652 personas sin hogar, protagonistas involuntarios de la cara más amarga de los problemas económicos. Del total de personas que se beneficiaron de la atención de esta organización, más de la mitad fueron españoles que llevaban menos de un año en la calle. El programa de atención a personas sin hogar de Cáritas Diocesana está orientado a quienes no disponen de una vivienda digna, carecen de recursos y de lazos comunitarios y familiares, según informaron a Europa Press fuentes desde esta organización.
Desde el pasado año, Cáritas ha venido atendiendo nuevos perfiles de pobreza que amplían la mirada hacia nuevas realidades de desigualdad. "Enfermos terminales; jóvenes inmigrantes procedentes de centros de menores que tras cumplir la mayoría de edad tienen que abandonar el sistema de protección; personas con problemas de salud mental, con o sin diagnóstico, o altas hospitalarias de personas que se encuentran en situación de dependencia y que no disponen de un espacio residencial" donde acudir.
Para ellos, se desarrollan acciones que posibiliten la configuración de un itinerario personal que cubra las necesidades básicas de alojamiento, alimentación, salud e higiene.
De las más de 652 personas sin hogar que fueron atendidas el pasado año -hasta noviembre- en los servicios de atención de la Fundación Casas de Acogida, la mayoría eran españoles (54,9%); solteros (58,4%) y tenían estudios primarios (63,6%). La principal franja de edad se sitúa entre los 46 y los 59 años.
La falta de vivienda, la dificultad de acceder al mercado laboral, las carencias de salud y del entorno familiar hacen cada vez más difícil la incorporación y participación en la sociedad de las personas en situación de grave exclusión.
Aunque los efectos de la recesión han podido agravar la situación, desde Cáritas advierten que la "situación de fractura social" que padece nuestra sociedad no es un efecto de la crisis sino una consecuencia del modelo socioeconómico; ya que dos de cada tres personas en situación de exclusión provienen de antes de la crisis.
En España, 40.000 personas se encuentran en situación de sin hogar, encontrándose nuestro país a la cabeza de Europa en términos de desigualdad, solo por detrás de Rumanía, según el último informe de Foessa.
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