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domingo, 24 de julio de 2011

"Es imprescindible estar en las redes sociales, pero con cabeza" elcorreoweb.es

Ni el fin del periodismo ni el principio de algo que no se conociera: "Internet no ha inventado nada, lo ha reinventado".


Noelia García Estévez, en la puerta de la Facultad de Comunicación. - Jonathan Palanco (Atese)

“Soy del 84”. Esta manera tan poco usual de contestar a la pregunta, casi siempre incómoda, sobre la edad por parte de una veinteañera dice mucho de la personalidad y el currículum de Noelia García Estévez (Albuñol, Granada). Con unas tablas envidiables (lo que hacen las clases frente a treinta como una...) a la hora de esbozar su discurso, esta joven profesora de Periodismo especializada en redes sociales tiene claro que en ellas “hay que estar, pero con cabeza”. Y se aventura a hacer un pronóstico: el futuro está en las redes sociales especializadas, porque el éxito de Facebook es “muy difícil” de repetir.

–Google, Microsoft... las grandes empresas están obsesionadas con tener su propia red social. ¿No tenerla es sinónimo de estar fuera del sistema?

–Es muy drástico decirlo así pero estoy convencida de que no sólo una empresa, sino una persona de entre 20 y 40 años debe estar en alguna red social. Lo mismo que en su momento se hizo imprescindible tener una página web, ahora hay que tener un perfil. Las empresas pueden sacarle mucho partido, si lo hacen bien, a las redes sociales. Pero hay que ser participativos, no se trata de estar por estar porque además el usuario se sentiría incómodo al ver que no se le ofrece nada.

–¿No se corre el riesgo de una cierta saturación?

–Un anuncio de Mercedes jugaba con el concepto infoxicación. Y es cierto. Tenemos tanta información que el efecto puede ser el contrario al que se busca. Las redes se han desarrollado como cualquier otro producto: primero fue cosa sólo de frikis, ahora estamos en el boom del sistema y, en el futuro, la propia sociedad será la que decida qué uso hace de ellas. Las redes sociales están investigando todavía hasta dónde pueden llegar.

–¿Y si un ciudadano no está en una red social corre el riesgo de ser excluido de esta sociedad?

–¿Cuántos años hace que tenemos móviles? ¿Catorce, quince años? Entonces nos podíamos localizar pero hoy, ¿podríamos vivir sin él? Supongo que sí, pero cuesta mucho más trabajo. Lo mismo pasa con las redes sociales. Podemos vivir sin un perfil en Facebook pero tenerlo facilita el contacto con otras personas. A los alumnos les digo que lo tengan pero con cabeza. Puede ser, por ejemplo, una buena y clara plataforma laboral.

–¿Internet es el fin del papel como auguran los editores?

–No hay que preocuparse. Ya se verá. Si la sociedad decide que sólo quiere leer en internet, pues la prensa se adaptará, buscará nuevos nichos de mercado… La desaparición del papel no significa que sea el final del periodismo. Éste tendrá que reinventarse. Tendrá que ver cuáles son los hábitos de la gente para hacerle llegar la información. Lo común ahora es que el usuario no busque información sino que se la encuentre y pinche sólo en la que le interesa.

–¿El futuro sólo está ahí?

–No sería capaz de aventurarlo pero sí creo que los medios tienen que estar alerta.

–¿Se puede ofrecer en internet lo mismo que en los soportes tradicionales?

–Los medios tienen que adaptar sus formatos a los nuevos soportes técnicos para que la lectura sea cómoda y rápida. El que mejor y más llamativo lo haga será el que se quede con el usuario.

–¿No se ven mermados la crítica y el análisis en esos nuevos soportes?

–No lo creo. Hay montones de blogs con entradas muy largas y sesudas que tienen cientos de comentarios. Eso significa que la gente se las ha leído. El que se interese va a leer lo que quiera y cuanto quiera. Al igual que con el periódico: los hay que leen sólo los titulares y los que se entretienen con artículos muy extensos.

–Las redes son pues más una oportunidad que una amenaza.

–Yo lo veo así. Internet es una oportunidad en general, y las redes sociales, en particular. Como todo, presentan riesgos pero son más los pros que los contras. Los periodistas tienden a ver siempre más las amenazas, pero para ellos las redes sociales significan que hay miles de personas en todo el mundo dispuestas a ayudarles, a darles información…

–¿Pero el rigor no es enemigo de la inmediatez?

–Bueno, pero la rapidez también la requieren la televisión, la radio... No puede ser una excusa. Internet exige más rapidez y también nuevas actitudes.

–¿Existe esa predisposición por parte de los periodistas?

–Así, así (gesticula). La pregunta es: ¿cómo puede un periodista sacar partido a las redes sociales?

–Las redes son como el bar virtual en el que tomarse una cerveza con los amigos.

–En mi libro, que espero que se publique este año, Redes sociales en internet. Implicaciones y consecuencias de las plataformas 2.0 en la sociedad, lo que intento demostrar son los cambios que ha sufrido la sociedad con la inclusión de las redes sociales. Lo más llamativo es cómo lo tienen de asimilado los menores. Para ellos no es una novedad.

–Ya que hablamos de menores, ¿qué mecanismos hay para cribar los perfiles que son falsos o peligrosos para ellos?

–Es muy complicado. A las empresas no les interesan este tipo de prácticas, pero son los padres los que tienen que jugar ahí un papel importante.

–Pero no se le puede cargar a los padres toda la responsabilidad cuando, además, el salto generacional es enorme.

–Tienen que avanzar mucho las empresas y la legislación, que se encuentra con situaciones novedosas. Yo fomentaría que se esté en las redes sociales, pero con cabeza. Debemos saber manejarnos en internet, bichear, porque ya es tan importante como hablar inglés.

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