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sábado, 19 de noviembre de 2011

La jondura de un contrabajo granadahoy.com

ENRIQUE NOVI


Un momento de la actuación del jueves.


Festival Internacional de Jazz de Granada. Fecha: jueves 17 de noviembre. Lugar:Teatro Isabel la Católica. Aforo: lleno

El solo nombre de Dave Holland se basta para agotar las localidades y los adjetivos cuando hablamos de jazz en general, y del Festival de Granada en particular, como ha quedado acreditado en las ocasiones anteriores en las que ha formado parte del cartel. Por su brillantez, por su técnica sofisticada, por su fantasiosa capacidad improvisadora, por su dominio de la armonía y su impecable sentido rítmico, muy poquitos nombres pueden competir con él a la hora de designar al mejor contrabajista del género, como certifican sus muchos galardones. Si además se presenta acompañado de un elenco de grandes artistas flamencos, encabezado por nuestro inigualable Pepe Habichuela, con un espectáculo de enorme audacia y complejidad, y en la patria chica de los Habichuela, tras una exitosa gira que ha dejado boquiabiertos a los aficionados de medio mundo, el concierto que tuvimos el privilegio de disfrutar la noche el jueves no puede ser calificado sino de excepcional. Así era sobre el papel y así se corroboró sobre las tablas de un Isabel la Católica que apenas pudo contener los oles con cada quiebro, con cada remate de unos músicos que parecen haber nacido para encontrarse. Lo que comenzó como una feliz iniciativa de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, la llamada Jazz Viene del Sur (todo un acierto de una institución que no siempre da en el clavo), terminó de completar un círculo perfecto con la excelente actuación que el quinteto regaló al público. Ya había quedado plasmado su mágico entendimiento y compenetración en el álbum Hands, pero el extraordinario concierto que ofrecieron venía a poner la guinda a la dichosa colaboración. En ella Holland se convierte en un tocaor lleno de jondura, que domina los palos y sus secretos, los silencios y los arrastres como si los hubiera aprendido de chico correteando por el Sacromonte, o como si el contrabajo formara parte de la tradición flamenca. Así ocurrió con el soberbio arranque por bulerías, y con el tema Hands que da título al disco, un fandango soberano, con el quinteto al completo, pues al contrabajo de Holland y la guitarra de Habichuela se unían la de su hijo Josemi Carmona y los cajones y la percusión de Bandolero y de Juan Carmona. El concierto continuó con los temas propios de Dave Holland, como Joyride o The Whirling Dervish, que casaban a la perfección con la granaína que Pepe dedicó a su hermano Morente o con Camarón, una taranta también incluida en el álbum. Por esos derroteros siguieron por soleá, por seguiriya y por rumba, hasta que con el teatro puesto en pié, culminaron una noche redonda, como el toque de los dos genios, por tangos.

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