El procesado deberá estar internado durante el tiempo de la condena en un centro psiquiátrico penitenciario
EFE | GRANADA
El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Granada que condenó a siete años y medio de cárcel a un hombre que intentó atropellar en Albuñol (Granada) a tres agentes de la Guardia Civil que le dieron el alto y le denunciaron al comprobar que no llevaba el cinturón.
M.G.A., autor de tres delitos de homicidio en grado de tentativa, otro de atentado a la autoridad y una falta de daños, deberá estar internado durante el tiempo de la condena en un centro psiquiátrico penitenciario.
En un auto judicial, se da un plazo de 20 días al procesado para que ingrese más de 42.000 euros para indemnizar a los agentes afectados y a un camionero implicado y se insta a los peritos judiciales para que tasen los daños ocasionados en el vehículo policial afectado.
Los hechos ocurrieron la mañana del 4 de marzo de 2009, cuando el acusado, de 40 años, accedió con su vehículo a una glorieta de la carretera autonómica A-345 (Albuñol-Cádiar).
Cuando giró, encontró una patrulla de la Guardia Civil compuesta por tres agentes, quienes al ver que el acusado no llevaba puesto el cinturón de seguridad le hicieron señas para que se detuviera.
El acusado no hizo caso de la indicaciones, continuó su marcha y abandonó la glorieta por el acceso a La Rábita.
Dos de los agentes se pusieron a rellenar la denuncia por las infracciones del acusado y un tercero que había retenido a otro vehículo conducido casualmente por la esposa del procesado hizo lo mismo por no llevar el cinturón ni la documentación del coche.
En ese momento, el acusado, con el cinturón de seguridad ya abrochado, volvió a acceder a la glorieta y, al percatarse de la actuación que tenía lugar con su esposa, aumentó la velocidad hasta hacer chirriar las ruedas y efectuar un "trompo", maniobra que fue detectada por los dos agentes, que se subieron al vehículo oficial.
Antes de que los agentes, que avisaron al otro compañero, tuvieran tiempo de subirse al vehículo oficial, el acusado se introdujo por cuarta vez en la glorieta, ahora ya en sentido prohibido, con la intención de causarles el mayor daño posible.
Para ello, dirigió su vehículo contra el policial, con el que colisionó violentamente en su esquina fronto-lateral derecha, momento en el que bajaron del coche los agentes mientras el acusado daba marcha atrás distanciándose unos metros del vehículo policial.
Temiendo el agente que volviera a embestirlos, efectuó dos disparos al aire con su arma reglamentaria, momento en el que el acusado giró y se introdujo parcialmente en la zona central de la glorieta, donde realizó uno o dos giros de 360 grados para dirigirse de nuevo hacia el punto en el que se ya se encontraban agrupados los tres guardias civiles con el propósito de atropellarlos.
Al ver el coche dirigirse hacia ellos, los agentes intentaron ponerse a salvo, y aunque uno de ellos consiguió eludir el alcance, no pudo evitar ser golpeado por el coche, que lo lanzó por el aire antes de empotrarse contra el frontal de un camión.
Seguidamente, el acusado bajó de su vehículo e intentó huir del lugar, lo que le impidieron los agentes, que resultaron heridos con diversas contusiones y fracturass.
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