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viernes, 20 de julio de 2012

Los científicos lanzan la hoja de la ruta para la curación definitiva del sida abc


En la próxima Conferencia sobre el Sida se adoptará una estrategia a nivel mundial para acabar con la enfermedad


RAFAEL IBARRA MADRID


FRANCISCO SECO


Uno de los mayores logros de la medicina moderna ha sido el desarrollo de los tratamientos antirretrovirales para el VIH. Hoy día, las terapias son accesibles para más de la mitad de las personas que lo necesitan -actualmente 8 millones de personas en países de ingresos bajos y medios reciben antirretrovirales, y la meta es que se amplíe a 15 millones antes de 2015-.
Sin embargo, no hay que olvidar que el tratamiento, además de ser muy costoso, posee efectos secundarios, debe tomarse todos los días y que, como todo el mundo sabe, no cura la enfermedad. Además, se estima que por cada nueva persona que empieza el tratamiento hay dos nuevas infecciones. Este camino es claramente insostenible.
Dos días antes de que se inicie en Washington la Conferencia Mundial sobre el Sida, los científicos han decidido dejar de lado su tradicional competencia para acordar una estrategia conjunta mundial orientada a acabar con la enfermedad. Esta hoja de ruta, denominada Estrategia Científica Global Hacia una Cura del VIH, se presentó ayer de forma simultánea en Barcelona, París y Washington, y ha sido coordinada por la Sociedad Internacional del Sida (IAS) y tiene como objetivo trabajar para lograr un tratamiento que sea «efectivo, seguro y asequible » que logre curar la enfermedad y que, por tanto, acabe con la necesidad diaria de tomar antirretrovirales, dijeron ayer Steven G. Deeks, de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.) y Françoise Barré-Sinoussi, del Instituto Pasteur de París (Francia), coordinadores del proyecto.
La estrategia identifica siete áreas prioritarias que se circunscriben en, por un lado, la potenciación de la investigación básica para entender el mecanismo celular, viral e inmunitario de la enfermedad y, por el otro, en los nuevos ensayos orientados a eliminar los reservorios virales.
Por primera vez existe una «prueba de concepto» para una cura efectiva. En 2007, Timothy Brown recibió un trasplante de células madre de médula ósea para tratar una leucemia y, a resultas de la operación, su cuerpo eliminó el VIH, pero fue porque él forma parte del 1 % de la población europea que, genéticamente, carece de la proteína que hace de puerta de entrada del virus a las células. Sin embargo, su caso hacía renacer el sueño de la curación.
Y es que la búsqueda del «grial» de la curación del sida no es nuevo. Desde hace décadas se aborda desde múltiples perspectivas pero, tras continuos fracasos, los esfuerzos se han ido centrando en mejorar los tratamientos actuales. Pero, como dijo ayer Barré-Sinoussi, «ya hace un tiempo que la ciencia nos está diciendo que la curación del VIH es una posibilidad real. Este es el momento correcto para aprovechar la oportunidad de probar y desarrollar una cura para el VIH; podemos lamentar no haberlo intentado».
«Lo que no teníamos hasta hace muy poco tiempo era el conocimiento sobre la razón por la cual el VIH persiste durante el tratamiento» dijo Deeks. «Nuestra comprensión de los mecanismos de la persistencia del VIH en los reservorios latentes es muy superior a la que teníamos hace una década. Estamos entrando en una etapa de la epidemia en la que podemos comenzar a probar seriamente fármacos que o bien previenen la latencia o que fuerzan al virus fuera de su escondite haciéndolo susceptible a nuestras drogas actuales».

Necesidad de financiación

Pero la financiación de estos proyectos sigue siendo un serio problema, porque, para encontrar una cura harán falta miles de millones de euros destinados únicamente a la curación, que no podrán ser desviados de otras áreas, como el desarrollo de vacunas o de los programas de prevención o tratamiento. En este sentido, la financiación europea todavía no ha sido concretada -Francia ha destinado 6 millones de euros por su cuenta y España no ha aportado fondos de momento-, mientras que EE.UU. ha invertido 50 millones de euros.
Otros aspectos que deberán mejorarse son un mayor apoyo a la investigación del VIH en animales y el abordaje de cuestiones éticas que surjan en la investigación, ya que se deberán probar nuevos medicamentos, potencialmente muy tóxicos, en personas que están recibiendo terapia. En este sentido, afirma Barré-Sinoussi, la implicación de las ONG y asociaciones de pacientes es esencial pero, para que estén plenamente comprometidos, «deben estar informados sobre los riesgos y beneficios de los estudios curativos».
En cualquier caso, reconocen, no cabe duda alguna que las trabas para lograr la curación del VIH son reales y pueden llegar a ser insuperables. Muchos científicos tienen experiencias muy negativas; por eso, concluye Barré-Sinoussi, «organizaciones como la IAS tienen la responsabilidad alentar y permitir la investigación en este campo, pero hacerlo de una manera responsable, sin exageraciones ni falsas promesas».

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