M. ÁNGELES PORCEL / GRANADA
Más de 12 kilómetros de vías ya están colocadas y el 93% del trazado se encuentra abierto al tráfico. El Metro de Granada avanza hacia su fase final, con el 80% de las obras ya ejecutadas en los 16 kilómetros que conforman el recorrido total.
Con el año 2014 como horizonte para la puesta en funcionamiento del nuevo sistema de transporte público de la ciudad, la situación actual parece dejar entrever que se cumplirá dicha previsión. Los trabajos están enfocados a restablecer la normalidad cuanto antes y a acelerar la finalización de las obras, sobre todo en los cruces y en los puntos más complejos del tejido urbano.
Según los datos facilitados por la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, el nivel global de ejecución de la obra civil -que comprende la construcción de la infraestructura, el montaje de las vías y la reurbanización de la calzada y aceras- supera el 80% en todo el trazado del Metro ligero, contando cada palmo desde Albolote a Armilla.
Asimismo, los tramos de ambos extremos, el de Albolote a Maracena y desde el PTS a Armilla, están completamente terminados, igual que el edificio de talleres y cocheras. En estas zonas, los vecinos ya están familiarizados con un paisaje que integra los raíles del tranvía en las calles. La obra civil es la fase más compleja y molesta para los granadinos porque provoca constantes interrupciones en el tráfico. Una vez terminada, los trabajos restantes se centrarán en instalar la señalización, las marquesinas y los postes de catenarias que darán suministro eléctrico al Metropolitano.
Estas actuaciones ya no supondrán ninguna alteración importante en la vida cotidiana de los granadinos y tampoco ocasionarán cortes en la circulación, además se suelen ejecutar con mayor rapidez. Acabada la obra civil, la consumación del Metro estará a un paso.
En concreto, Granada ya dispone de permeabilidad para el tráfico rodado casi en el 93% de la traza completa del Metro ligero, es decir, que solo está totalmente restringido a la circulación un 7%, equivalente a poco más de un kilómetro.
La situación de la capital es muy variopinta en cuanto al ritmo de las obras, aunque en general el recorrido que discurre por la superficie va más avanzado que el tramo subterráneo, más lento debido a la complejidad de los obstáculos encontrados bajo tierra, algunos previstos como el río y el paso de vehículos inferior en el cruce con la Carretera de Armilla, y otros tan inesperados como los restos arqueológicos hallados de la época romana.
Desde un punto de vista más pormenorizado, el estado del Metro en la capital es el siguiente: En los 10 kilómetros de recorrido, en el 44,8% se ha recuperado totalmente la normalidad del tráfico, si bien en algunas zonas la reurbanización está pendiente de últimos flecos. En el 55,2% del trazado restante, el tráfico tiene aún afección parcial -esto es que pueden circular vehículos, pero no están en uso todos los carriles-, o restricción total -el tráfico rodado no pasa salvo en el caso de los servicios de emergencia-. En estas circunstancias de suspensión se encuentran unos 1.000 metros de viario.
El avance del transporte ligero se deja notar con más intensidad en la reapertura de calles tras las vacaciones de verano. Durante los últimos meses se ha podido recuperar la normalidad en la zona de la Estación de Autobuses, en el puente del Río Genil, en la intersección entre Fuentenueva y Méndez Núñez, en la Avenida de la Ilustración, en la intersección de la Avenida de América con la Avenida de Italia, y en el tramo que une Méndez Núñez con el Río Genil por Camino de Ronda.
Aún así, hay puntos que siguen cortados al tráfico. Son los viales de conexión con Cerrillo Maracena, la calle Iznalloz -donde solo falta la instalación de farolas, pero permanece cerrada por seguridad-, la Avenida del Sur y el Puente del Río Monachil hasta su encuentro con la glorieta de Avenida de Dílar.
Metros y metros cercados por vallas, señales de aviso por obras, grúas y trabajadores de chalecos reflectantes construyendo enormes pilotes de hormigón. Imágenes que en poco más de un año darán paso a la convivencia de los peatones con un paisaje de vías de metal.
La previsión de la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía es que para finales de este año la ocupación por las obras del Metro se ciña únicamente a los recintos de las estaciones subterráneas del segundo tramo, desde Méndez Núñez hasta la parada de la Hípica en el Zaidín.
En 2013, los trabajos se centrarán, precisamente, en la implantación del suministro eléctrico al Metro ligero, la consumación de los trabajos en el interior de los túneles y estaciones subterráneas, en completar la flota de trenes y llevar a cabo la fase de pruebas. Estas tareas no afectarán en exceso a los granadinos, que sí notarán los remates de reurbanización en Camino de Ronda y Avenida de América, así como la ejecución del trazado provisional por los terrenos de ADIF.
La construcción de la infraestructura en esta zona, según anunció la consejera de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, Elena Cortés, saldrá a concurso por 8 millones de euros. El trazado provisional tendrá 300 metros de longitud y una parada intermodal para compatibilizar la construcción de la futura estación del AVE en Granada con la puesta en marcha del servicio de Metro ligero.
La otra licitación con la que se completa la obra civil del nuevo transporte público granadino es la implantación de las marquesinas de las 23 paradas en superficie, una convocatoria que tendrá un importe de 7,9 millones de euros.
Un millar de personas trabajan a pleno rendimiento para dar por finalizada la construcción de una infraestructura que se inició en 2009 y que ha mantenido a Granada minada desde entonces. Así, sumarán unos cinco años los que el Metro va a necesitar para conectar distintos puntos de la provincia con la capital en una línea, por ahora única y, aunque aún haya que esperar un poco más, el Metro cada vez está más cerca.
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