La compañia granadina Laví e Bel celebra su veinte aniversario con 'El tren de la lluvia', un nuevo espectáculo que sintetiza las actuaciones más éxitosas de su extensa trayectoria artística
MARINA RIVERO / GRANADA
Director, intérprete y sobre todo un hombre curtido en el conocimiento de la vida. Emilio Goyanes es el responsable de 21 exitosos espectáculos al frente de Laví e Bel. La compañía cabaretera celebra este año su veinte aniversario con El tren de la lluvia, síntesis de "un largo viaje" lleno de música, canciones y experiencias.
-¿Lo suyo por el mundo de la interpretación es vocacional?
-El término vocacional es peliagudo. Yo diría que realmente uno llega a las cosas porque se las encuentra en el camino y le apasionan. A mis 17 años empecé mi actividad en centros culturales a los que se acercaba gente relacionada con el teatro. A partir de ahí me acerqué a la dramaturgia, realicé cursos y me fui enganchando. Definitivamente, este es un mundo que te tiene que gustar porque vives con un inseguridad permanente y no hay nada garantizado.
-¿Cómo llega a Granada para establecer su actividad?
-Me fui de Madrid en 1991 y trabajé como director y profesor de teatro en muchas ciudades de España. Después llegué a la Expo de Sevilla con la Cabalgata de Comedia. Una vez terminado aquello tenía claro que no quería volver a Madrid ni establecerme en Sevilla. Puse mis ojos en Granada donde empecé a venir de joven y siempre me atrajo para vivir. Fue entonces mi primera opción.
-¿Cree que Granada es un foco cultural importante?
-Aunque las instituciones no han aprovechado su potencial y no le han dado todo el empuje que necesita, Granada tiene un entorno especial para la creación. Además, la vida artística es muy rica: música, teatro, poesía. Se cultivan todas las manifestaciones culturales y no se pone en valor.
-¿De qué habla este nuevo espectáculo?
El Tren de la Lluvia es una composición de números de distintos espectáculos. Hemos creado únicamente un nuevo número que mantiene la coherencia con la totalidad de la función. La obra no habla tanto de la compañía Laví e Bel sino de las vivencias de todos estos años que tienen que ver con la vida, la sociedad y las personas. El tren de la lluvia habla también de historia, de muerte, de amor. Tiene lenguajes muy diferentes: momentos divertidos pero también otros poéticos y emocionales.
-¿Por qué su nuevo espectáculo recibe el nombre de 'El tren de la lluvia'?
-Es el título de una canción del Cabaret Nómada, que es con lo que empezamos el espectáculo. Se trata, por tanto, de un nombre ideal para representar el largo viaje que estos veinte años ha supuesto para la compañía. El título simboliza esa sensación de ir en el tren mientras está lloviendo fuera ¡con la que está cayendo!
-¿Por qué introduce proyecciones cinematográficas en 'El tren de la lluvia'?
-El cine ha influido mucho en la compañía y en su actividad. Durante el espectáculo, la pantalla proyectará escenas implícitas de películas que han supuesto algo importante para nosotros. Es el caso de Cinema Paradiso, Y la nave va o Europa.
-Después del éxito de 'Popescu', ¿qué expectativas tiene en esta función?
-Esperamos que el público acuda a vernos. Me gustaría que la gente que asistió a Popescu viera El tren de la lluvia por tener un contenido diferente. Los números tocan otras fibras. El nuevo espectáculo tiene también momentos festivos pero se aleja mucho de Popescu.
-En esta coyuntura de crisis ¿en qué sentido habla de renacer y cambio de pelaje?
-Es un afán por ser positivo. La crisis está dinamitando toda la actividad cultural y ahora tenemos que reconstruir lo que somos y hacemos. Por supuesto, no hay toalla que tirar. Nuestro oficio es necesario y esa certidumbre está clara. Sin cultura, ¿quién va a hablar de poesía, de amor, del ser humano?
-¿Qué supone celebrar aniversario en el Teatro Alhambra?
-Es algo muy importante y tiene un sentido muy especial porque consideramos al espacio escénico nuestra casa. Somos una familia que nos hemos visto engordar, perder el pelo y ganar en madurez.
-¿Qué nuevo proyectos tiene la compañía en mente?
-LLevaremos El tren de la lluvia únicamente a Málaga y Sevilla. Hacer un espectáculo con vistas a una gira es absurdo porque no hay donde ir. Ahora es el momento de crear un cabaret en Granada para reencontrarnos con el público y de entrar en contacto con el mundo del turismo y la hostelería. En este sentido, la compañía pretende reinventarse y adaptarse a las circunstancias.
-¿Lo suyo por el mundo de la interpretación es vocacional?
-El término vocacional es peliagudo. Yo diría que realmente uno llega a las cosas porque se las encuentra en el camino y le apasionan. A mis 17 años empecé mi actividad en centros culturales a los que se acercaba gente relacionada con el teatro. A partir de ahí me acerqué a la dramaturgia, realicé cursos y me fui enganchando. Definitivamente, este es un mundo que te tiene que gustar porque vives con un inseguridad permanente y no hay nada garantizado.
-¿Cómo llega a Granada para establecer su actividad?
-Me fui de Madrid en 1991 y trabajé como director y profesor de teatro en muchas ciudades de España. Después llegué a la Expo de Sevilla con la Cabalgata de Comedia. Una vez terminado aquello tenía claro que no quería volver a Madrid ni establecerme en Sevilla. Puse mis ojos en Granada donde empecé a venir de joven y siempre me atrajo para vivir. Fue entonces mi primera opción.
-¿Cree que Granada es un foco cultural importante?
-Aunque las instituciones no han aprovechado su potencial y no le han dado todo el empuje que necesita, Granada tiene un entorno especial para la creación. Además, la vida artística es muy rica: música, teatro, poesía. Se cultivan todas las manifestaciones culturales y no se pone en valor.
-¿De qué habla este nuevo espectáculo?
El Tren de la Lluvia es una composición de números de distintos espectáculos. Hemos creado únicamente un nuevo número que mantiene la coherencia con la totalidad de la función. La obra no habla tanto de la compañía Laví e Bel sino de las vivencias de todos estos años que tienen que ver con la vida, la sociedad y las personas. El tren de la lluvia habla también de historia, de muerte, de amor. Tiene lenguajes muy diferentes: momentos divertidos pero también otros poéticos y emocionales.
-¿Por qué su nuevo espectáculo recibe el nombre de 'El tren de la lluvia'?
-Es el título de una canción del Cabaret Nómada, que es con lo que empezamos el espectáculo. Se trata, por tanto, de un nombre ideal para representar el largo viaje que estos veinte años ha supuesto para la compañía. El título simboliza esa sensación de ir en el tren mientras está lloviendo fuera ¡con la que está cayendo!
-¿Por qué introduce proyecciones cinematográficas en 'El tren de la lluvia'?
-El cine ha influido mucho en la compañía y en su actividad. Durante el espectáculo, la pantalla proyectará escenas implícitas de películas que han supuesto algo importante para nosotros. Es el caso de Cinema Paradiso, Y la nave va o Europa.
-Después del éxito de 'Popescu', ¿qué expectativas tiene en esta función?
-Esperamos que el público acuda a vernos. Me gustaría que la gente que asistió a Popescu viera El tren de la lluvia por tener un contenido diferente. Los números tocan otras fibras. El nuevo espectáculo tiene también momentos festivos pero se aleja mucho de Popescu.
-En esta coyuntura de crisis ¿en qué sentido habla de renacer y cambio de pelaje?
-Es un afán por ser positivo. La crisis está dinamitando toda la actividad cultural y ahora tenemos que reconstruir lo que somos y hacemos. Por supuesto, no hay toalla que tirar. Nuestro oficio es necesario y esa certidumbre está clara. Sin cultura, ¿quién va a hablar de poesía, de amor, del ser humano?
-¿Qué supone celebrar aniversario en el Teatro Alhambra?
-Es algo muy importante y tiene un sentido muy especial porque consideramos al espacio escénico nuestra casa. Somos una familia que nos hemos visto engordar, perder el pelo y ganar en madurez.
-¿Qué nuevo proyectos tiene la compañía en mente?
-LLevaremos El tren de la lluvia únicamente a Málaga y Sevilla. Hacer un espectáculo con vistas a una gira es absurdo porque no hay donde ir. Ahora es el momento de crear un cabaret en Granada para reencontrarnos con el público y de entrar en contacto con el mundo del turismo y la hostelería. En este sentido, la compañía pretende reinventarse y adaptarse a las circunstancias.
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