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lunes, 10 de diciembre de 2012

Luis Landero: "Hemos vuelto a la España de señoritos y criadas" 20minutos.es

Luis Landero
El novelista Luis Landero acaba de publicar Absolución. (IVÁN JIMÉNEZ)

  • El autor de ‘Juegos de la edad tardía’ ahonda en el sentido de la vida.
  • Luis Landero nos habla de la crisis, el odio y la envidida.

Es uno de los autores actuales más importantes e interesantes de nuestro panorama. Su última obra, Absolución (Tusquets), se adentra en las profundidades más turbias del ser humano. El comienzo de la obra, reto complicado, es un inicio feliz. Como el propio Luis Landero nos explica, con una sonrisa nada simple: "Justo en el momento en el que debería venir el 'y comieron perdices'".

¿Es su novela, y esa búsqueda, una metáfora del ser humano?
¿La mayoría intentamos defendernos del mundo?

Todos intentamos defendernos de un mundo hostil en la adolescencia o cuando estamos insatisfechos. Mi personaje, igual que nos ocurre a muchos, es de los que tienden a sentirse culpable. Siempre está en conflicto con el mundo y con él. Busca la felicidad.
Sí. Somos nómadas. El protagonista lo es hasta que cree encontrar lo que busca en el amor y el dinero. Cree que va a cumplir su sueño.
¿Inevitable para el ser humano el momento de la reyerta?
El momento del gran conflicto y de saldar cuentas siempre llega. A unos más y a otros menos, y luego estamos los que vivimos en continua reyerta.
¿No se apacigua con los años?
Sí, con la edad he ido logrando un pacto de mínimos con la vida: yo no te pido más, pero tú no me jodes demasiado. Hay algunos que están en guerra hasta el final.
El hombre tiene una gran capacidad para soñar, y sin embargo es frágil y fugaz¿Diría que es una novela existencialista?
En parte sí, porque trata de los problemas de la condición humana. Es raro encontrar a alguien conforme. El hombre tiene una gran capacidad para soñar, y sin embargo es frágil y fugaz. De ahí, la frustración y el fracaso propio de la mayoría.
Usted no tendrá esa sensación de fracaso...
He logrado mucho, es cierto. Y esta novela me ha dado año y medio de felicidad, porque mientras escribía estaba activo. Y la acción es lo que nos defiende del tedio, la tristeza y la melancolía.
¿Le dan fobia las modas literarias? Porque en su carrera jamás se ha subido al carro...
El éxito corrompe, es la droga más adictiva. Quien conoce el éxito ya no sabe renunciar a él, y ahí viene la corrupción, porque escribes para gustar al público y tener éxito. El autor a veces mima demasiado al lector. Intentar gustar es la mejor manera de no gustar en cualquier faceta de la vida.
¿Y si tuviera que escribir una novela de zombis?
Los zombis serían los pobres de este país que se levantarían hacia los ricos y cada vez habría más pobres... Serían zombis justicieros. Por fin uno estaría de su parte.
¿Y una novela sobre la crisis?
Tendría que ser un ensayo. Intentaría crear una teoría política para aliviar este malestar. Hace falta articular todo esto. En parte volvemos a la España de señoritos y criadas. Tengo esa sensación... Y hemos convertido la crisis en el tema central, y eso no debe hacerse.
¿Estamos bloqueados?
Sí, porque al convertir la crisis en el tema generas bloqueo, estrés, fatalismo y lo peor: te roban la alegría. Y en tiempos de crisis ha de haber alegría de sobrevivir. Pero nos manipulan con la tristeza. Así que la alegría es una forma de rebelión. Vamos a acabar como zombis, y la vida, no hay que olvidarlo, es un camino de ida, nada más.
Pero a pesar de eso, usted dijo una vez: "Donde esté el odio que se quiten las demás pasiones...".
En literatura desde luego. El odio es menos previsible. El psiquiatra Castilla del Pino me lo dijo una vez: "Donde esté el odio que se quite lo demás".

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