El poeta ha recibido esta semana un homenaje de sus compañeros de la UGR, un reconocimiento más en forma de libro: 'Júbilo del corazón'
EVA RÍOS GRANADA El poeta Antonio Carvajal ha recibido un homenaje de sus compañeros en la Facultad de Filosofía y Letras.
Dieciocho libros de poesía, dos libretos de ópera, la traducción de otro libreto, dos recopilaciones de columnas periodísticas, dos libros de métrica, sendos libros de Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez comentados poema a poema. Premio Nacional de Poesía, premio de la Academia de Pistoia (Italia), premio Ciudad de Baeza, premio Villa de Oria, medalla de la Fundación Rodríguez-Acosta, premios de la Crítica Nacional y de Andalucía. "Demasiado", comenta con razón Antonio Carvajal (Albolote 1943), doctor en Filología Románica y miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada y de la Real Academia de Antequera. Estos son sólo algunos de los ejemplos de las publicaciones y los premios de este escritor.
No es de extrañar que la UGR haya homenajeado a este escritor con la presentación de un libro,Júbilo del corazón, que recoge varios estudios sobre su obra, todos ellos escritos por profesores, compañeros y amigos del escritor. La idea, que surgió de su amigo y compañero de trabajo, Antonio Chicharro, era homenajear, sobre todo, su labor en las aulas de la universidad granadina, pues "ha desarrollado una tarea docente de valor incalculable con miles de alumnos, a los que les ha abierto el cuerpo de la poesía desde la perspectiva de la poética, de la retórica y de la métrica". Por otro lado, Chicharro destaca el valor de toda su carrera literaria, concretamente todas las investigaciones que su "excelente compañero" ha realizado sobre métrica.
En cuanto Chicharro expuso esta idea del homenaje (mucho antes de que Carvajal ganara el Premio Nacional de Poesía en noviembre del año pasado), fue acogida rápidamente por todos los compañeros del Área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. "La costumbre universitaria del agradecimiento tiene raíces profundas en el tiempo, y suele manifestarse en la edición de un libro de estudios nutrido con trabajos de compañeros, colegas y amigos del mundo académico", indica Chicharro. "Ahora bien, no todos los profesores que se jubilan tienen este reconocimiento. Sólo los que se han destacado por su trabajo, responsabilidad e importancia universitarias", aclara.
Y seguro que Antonio Carvajal destacó tal y como indica su amigo, pues así lo demostraba el público que se reunió el pasado martes en el aula García Lorca de la Facultad de Filosofía y Letras. La sala estaba completamente llena, en su mayor parte por alumnos de Carvajal, que asegura que no se esperaba este homenaje porque "no sé medir mis méritos con la nitidez con que valoro mis defectos", explica.
Respecto al libro, comenta que está enormemente agradecido, pues cada colaborador ha escogido el tema de su estudio, y gracias a ellos ha aprendido a ver con nuevas perspectivas su poesía.
"El título del libro lo propuse porque es un verso de Carvajal en el que invoca a la poesía, pero también queríamos abrir su significación a la amistad de la que es fruto el libro", explica Chicharro. Y es que "la poesía es el arte de la palabra que se convierte en intensa pasión de vida", asegura Carvajal. No cabe duda de que este escritor derrama esta pasión de vida en cada uno de sus poemas. Quizá pueda contribuir a esto que se nutra de la música para intensificar sus palabras. Como el mismo confiesa, su mayor influencia en la actualidad "no es literaria, sino musical. Me nutro espiritualmente del pianista Guillermo González".
Pero la poesía no es lo único a lo que Carvajal se dedica. Como indicábamos al principio, Antonio Carvajal se dedica a otros géneros, "la ópera por encargo, el ensayo literario por obligación docente y el columnismo periodístico por mero placer", como él mismo resume perfectamente. "También me han apasionado siempre la arquitectura y la música, pero no pude estudiarlas a su debido tiempo. La métrica me suple en parte esas carencias", porque asegura que la poesía es "una aventura enriquecedora de resultados imprevisibles".
Antonio Carvajal, que empezó a escribir con dieciocho años, pertenece a la Generación del 70 y se incluye dentro de la categoría de poetas esteticistas, a la que él ha aportado grandes trabajos relacionados con sus investigaciones sobre métricas, algo por lo que Chicharro indicaba que se le homenajeaba este martes. El autor de obras como Tigres en el jardín (1968), Serenata y navaja (1973), Después que me miraste (1984) o Un girasol flotante (2012), por el que ganó el Premio Nacional de Poesía en 2012, nos ha revelado que ahora se encuentra trabajando en un libro que saldrá próximamente; pero también está dedicando su tiempo a lo que él califica como "experimentos sobre formas medievales con aires nuevos". Por otro lado, confiesa que está deseando escribir sobre Juana I de Castilla y Aragón, "mal llamada la loca", por petición de una amiga.
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