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miércoles, 3 de abril de 2013

Prohibido 'pescar' gaviotas ideal.es


La UE obliga a tomar medidas que eviten la extinción de especies amenazadas, algunas de ellas habituales de las costas de la provincia

 



Vuelan en grandes bandadas sobre los barcos pesqueros que surcan aguas del litoral de Andalucía Oriental. Son centenares de aves marinas, sobre todo gaviotas y pardelas, que intentan conseguir peces con los que alimentarse, pero lanzarse en las aguas se convierte para ellas en una trampa mortal. Cada año, según cifras de la Unión Europea, más de 200.000 ejemplares mueren atrapados en las artes de pesca cuando intentan alimentarse en el Mediterráneo. De esa enorme cantidad de muertes, un parte importante se produce en aguas cercanas a las costas de las provincias de Granada y Almería; más de un millar muere en esta zona del litoral mediterráneo en un año, una cifra estimativa, ya que según los investigadores de entidades como la Sociedad Española de Ornitología, SEO/Birdlife es casi imposible conocer el dato real de una situación que las pesquerías intentan ocultar.
En los departamentos de protección de la fauna y en los que se encargan de asuntos pesqueros de la Unión Europea hay una gran preocupación ante una situación que consideran puede llevar a la extinción a algunas especies que ya se encuentran seriamente amenazadas e, incluso, protegidas por la legislación. «Hay una gran preocupación en cuanto a la conservación de especies que van desde preteles, a albatros, pardelas, patos marinos y gaviotas», dicen desde el Consejo internacional de Exploración del Mar (ICES).
En las costas granadinas y almerienses la mayoría de las aves marinas que caen en la trampa de las artes de pesca son de las especies Larus cachinnans, la gaviota patiamarilla y la denominada sombría, Larus fuscus; pero junto a ellas se encuentran otras que están protegidas por la legislación española y andaluza, como la gaviota cabecinegra, Larus melanocephalus, que es clasificada por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría ‘de interés especial’, y otra mucho más escasa, la gaviota de Audouin, Larus audouinii, que el Libro Rojo de los Vertebrados de Andalucía, califica como en peligro de extinción. Junto a ellas, vuelan pardelas, similares a las gaviotas, patos marinos y grandes albatros.
Según uno de los investigadores de SEO-Andalucía, especializado en aves marinas, Juan Francisco Jiménez, son centenares las aves muertas y entre ellas está la pardela cenicienta, que puede verse en el litoral granadino y que ha sido elegida ave marina del año porque, precisamente, sufre este problema en las costas andaluzas.
Pérdidas
Los pescadores aseguran que no pueden evitar que sus barcos sean seguidos por centenares de aves que intentan aprovecharse de lo que ellos pescan porque así es más fácil conseguir comida. Aseguran que, en ocasiones, son muchísimas las aves que se lanzan a la vez sobre los cercos de las redes, que se convierten en una verdadera maraña de pájaros que pugnan por atrapar a los peces y generan grandes pérdidas a los pescadores, que no solo se quedan sin una parte del pescado, sino que sufren la pérdida de cebos y deterioro de sus artes, pero también es cierto que, el palangre, el sistema de anzuelos con cebo que se encuentran a escasa profundidad para pescar sobre todo lubinas casi llevó a la extinción a albatros y preteles en el hemisferio sur, y en el Mediterráneo andaluz puede provocar lo mismo con las gaviotas protegidas, ya que el mayor número de muertes de estas aves se produce cuando quedan atrapadas en palangres.
En alta mar
Desde el Observatorio del Mar de Granada, Rafael Jiménez afirma que al menos con la pesca más cercana al litoral no se da demasiado este problema, ya que suele hacerse con el método del cerco y de noche, y cuando es por arrastre el pescado va directamente al barco. «Las aves se les pegan para conseguir el descarte del pescado, no se lanzan a las redes». Jiménez señala que sí se ha dado con el palangre, «e incluso hace unos años hubo un proyecto para minimizar el impacto de este sistema y se llegó a convocar un concurso para diseñar anzuelos en los que las aves no se enganchasen».
Una de las especies que ya se encuentra en serio peligro de extinción a causa de la destrucción de su hábitat y a la mortandad en palangres y redes fijas es la pardela balear, que vuela habitualmente en las costas granadinas y que ha reducido a la mitad sus poblaciones en muy poco tiempo.
La solución
Desde el inicio de 2013, el trabajo de investigación de la UE y la SEO/Birdlife, tiene su aplicación en un plan de acción que deberán poner en marcha los pescadores para intentar acabar con la mortandad de aves marinas. Entre las medidas de actuación que se tienen que aplicar está la creación de zonas de especial protección donde no podrán utilizarse determinadas artes de pesca. Serán 42 áreas marinas con un total de 42.000 kilómetros cuadrados, parte de ellas en el mar de Alborán, el espacio marítimo en el que se sitúa el litoral granadino y almeriense. En el resto tendrán que utilizarse sistemas como líneas de espantapájaros para evitar que las aves acudan de una forma masiva a las redes y palangres; sistemas de emisión de sonidos para ahuyentarlas, y otros métodos que pueden ser más efectivos, como lastrar con peso a los palangres para que se mantengan a una mayor profundidad y los anzuelos no puedan ser alcanzados por la mayoría de las aves marinas.
También se pondrán en marcha investigaciones para determinar las mejores formas de actuación en los sistemas de redes fijas, cerco y arrastre.

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