El actor y el poeta presentan en Almuñécar el espectáculo de obras de Lorca que esta noche volverán a ofrecer en la Huerta de San Vicente, en la gala del Festival de Poesía.
ROSA FERNÁNDEZ GRANADA Luis García Montero y Juan Diego Botto actuaron anoche en la costa granadina.
La emoción de Juan Diego Botto y la elocuencia de Luis García Montero lograron atraer y acaparar ayer al espíritu de Federico García Lorca en la Casa de la Cultura de Almuñécar, en el primer acto del Festival Internacional de Poesía de Granada (FIP).
En el espectáculo El balcón abierto, que se celebró anoche en la ciudad costera y que se repetirá hoy en la Huerta de San Vicente, el conocido actor leyó poemas de García Lorca y el crítico granadino fue situando a través de evocaciones el itinerario del poeta de Fuente Vaqueros, en un diálogo trabado.
La evocación del poeta se relacionaba con sus versos y claves de los mismos, a la vez que se mezclaba con breves pinceladas de su retrato, aunque centrándose en la obra Poeta en Nueva York.
El ganador del Goya a mejor actor por El Greco demostró por qué es considerado como uno de los mejores lectores de verso en España y de los más destacados de Lorca, además de un apasionado de la obra del poeta granadino. Sus palabras provocaron en el público un silencio sepulcral y que los sentimientos fluyeran en el ambiente.
Precisamente éste era uno de los objetivos del tándem García Montero-Botto: transportar a los asistentes a una época con la que existen numerosos paralelismos, la Crisis o Crack de 1929.
La Gran Depresión originó un estado de ánimo en el mundo, basado en la falta de confianza en el futuro y en las instituciones, la ruptura de los sueños, y el descubrimiento de los valores sometidos a la especulación.
En 1929 se situó "un ánimo cultural que se llenaba de melancolía por la pérdida de futuro, cuando el proyecto de modernidad se ha basado siempre en la confianza en el futuro, en forma de metáforas tales como amanecer, infancia o educación", señala García Montero. En la obra de Lorca Poeta en Nueva York "todas éstas aparecen envenenadas, se pone en duda el pacto que supone la raíz de la modernidad basado en que el desarrollo científico y técnico se pone al servicio del ser humano", y éste se rompe, "porque empiezan a trabajar para el mercado empobreciendo al ser humano, abandonados a la avaricia y a la lucha. Creemos que es una lección que puede servir que puede servir en este siglo de XXI", concluye el poeta y catedrático granadino.
Este último hace referencia a que a miles de kilómetros, la ciudad americana también homenajea este año a García Lorca con la exposición Black tomorrow: A poet in Nueva York, a través de 60 piezas, compuestas por borradores, libros, cartas personas, manuscritos e ilustraciones. La muestra además va acompañada de una treintena de actividades que se desarrollarán en diversos espacios de Manhattan.
La frase sacada de la carta a Bergamín cuando le prometió que le llevaría el manuscrito de Poeta en Nueva York: "Volveré mañana", y que no pudo hacer efectiva porque se cruzó en su camino la guerra y la muerte, se hace realidad casi un siglo después en varias partes del mundo a través de su obra, como ayer demostró este acto homenaje al autor de la Generación del 27.
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