Una vecina consigue, con la ley en la mano, que le garanticen la entrada a su vivienda
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LAURA UBAGO | GUALCHOS
El pivote se ha convertido en la llave de su casa. :: IDEAL
En el municipio costero de Gualchos-Castell de Ferro se ha liado el pitote por un pivote y es, aunque pueda parecer un elemento insignificante, se convirtió en la llave de la vivienda de una vecina.
La historia comienza en una calle gualchera con aspecto de alpujarreña sin aceras, ni nada que se le parezca. Unos vecinos, mayores, tienen una casa con una cancela de entrada que abre hacia afuera. Hay coches que aparcan y taponan la puerta, pero suelen ser de conocidos que viven por allí y en seguida les pueden avisar para quitarlos y poder entrar. El acceso a la vivienda empieza a complicarse cuando los coches que aparcan en la misma puerta no son de los vecinos y se les hace imposible entrar.
En ese momento, saben, que único elemento que les garantizará la entrada a su casa es un bolardo y solicitan la ayuda del abogado Francisco José Salas García para realizar todos los trámites por su sitio y conseguir este parapeto que les proteja la puerta de su vivienda. El letrado cuenta en nombre de su representada –que ha pedido mantenerse en el anonimato– que en octubre de 2011 pidieron al Ayuntamiento que colocase el pivote con una argumentación basada en el Reglamento general de circulación que les daba la razón. En tan solo una semana, el Consistorio mandó a unos operarios que colocaron el elemento deseado. Todo marchaba bien hasta que las cosas se complicaron. «Me llamó esta vecina y me dijo que los trabajadores municipales habían retirado el bolardo, una mañana –de febrero de 2012–, de repente, sin más explicaciones, contraviniendo el acuerdo que tomó la Junta de gobierno local para colocarlo. El problema había resurgido y Francisco García Salas no dudó en realizar un recurso por la vía administrativa para que el Ayuntamiento les diese la explicación de por qué había retirado el pivote sin previo aviso. Para ellos, cuenta, era todo un misterio y un acto «que podía tener consecuencias».
Ante el «silencio administrativo», esta familia no duda en seguir peleando por el pivote e interpone, con la ayuda de su letrado, un recurso contencioso-administrativo en el juzgado a principios de este año. Antes, en paralelo, como entiende que «se han visto lesionados sus derechos de su representada», el abogado Francisco José García Salas envía una queja al Defensor del Pueblo Andaluz y ésta es admitida a trámite.
Según explica el abogado, el Defensor comienza a pedir informes al Ayuntamiento y «no le contestan». «Desde abril se le piden y responden en junio diciendo que van a reponer el pivote sin dar más explicaciones... Dicen que sí pero no se pone, así que se siguieron solicitando informes», cuenta García Salas que explica que era y es importante llegar hasta el final de este asunto para «tener la garantía de que no le va a volver a pasar a nadie».
El bolardo no llega y esta familia vive incómoda enfrentándose a la situación surrealista de no poder entrar en su vivienda por un coche aparcado en el tranco de su puerta. Poco después de interponer el recurso por la vía contencioso administrativa, el bolardo aparece colocado de nuevo en la puerta de la casa. Fue hace poco, a finales del mes de marzo. El Defensor del Pueblo Andaluz da por zanjado el caso: «aunque lamentando la demora municipal en la adopción de la medida, hemos estimado que el problema que afectaba a la interesada ha quedado solucionado y no resultan precisas nuevas gestiones por nuestra parte en torno a este asunto», publican desde este organismo.
Pero la familia y su abogado no lo dan por cerrado. Ni mucho menos. Seguirán por la vía contencioso administrativa; además sopesan y preparan ya una denuncia por lo penal, para buscar al responsable de la retirada del pivote, en la que podrían confluir «hasta cinco figuras delictivas», según apunta el letrado Francisco García Salas. El abogado asegura que el asunto «no es baladí; es muy grave» y que utilizarán «las armas del ordenamiento» para aclarar qué sucedió y tener la tranquilidad de que esa ‘llave’ de la vivienda no volverá a desaparecer.
La explicación del alcalde
A pesar de que parezca que puede haber una complicada trama detrás, el alcalde de Gualchos-Castell de Ferro, Eloy Martín (PP), da una explicación muy sencilla y se sorprende de que estos hechos puedan llegar a tomar las dimensiones que están alcanzando. «Vimos bien colocar el pivote, de hecho se pasó por junta de gobierno y se aprobó».
El regidor del municipio indica que, una vez puesto, se dieron cuenta de que el bolardo molestaba al vecino «que tiene un pequeño almacén justo al lado y que no podía entrar con alguna maquinaria porque el pivote se lo impedía», aclara el alcalde.
Eloy Martín apunta que el pivote se quitó, simplemente, para volver a colocarlo en otro lugar, unos centímetros desplazado. Lo malo, es que en esto tardaron casi un año. «Entiendo que el retraso no tiene explicación y reconozco que no está bien, pero aseguro que jamás ha habido malas intenciones», aclara apurado.
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