La incertidumbre sobre su continuidad no le afecta, asegura: "No será el fin de mi vida pública". El Defensor del Pueblo Andaluz advierte: "La gente no los quiere. Si los políticos no cambian, está en riesgo la democracia".
ANTONIO FUENTES José Chamizo (Los Barrios, 1949) habla con soltura. Mantiene la prudencia, pero da la impresión de estar liberándose de un peso, el de la responsabilidad de ser el Defensor del Pueblo andaluz durante los últimos 17 años. Lleva un año en funciones mientras se produce un acuerdo político. Él quiere continuar hasta que pase la crisis, ya que considera una especie de infidelidad marcharse cuando más desesperados llegan los ciudadanos, pero la última decisión corresponde a los grupos en el Parlamento. PSOE, PP e IU persiguen un relevo, pero se desconocen candidatos de consenso. El incidente de la peleíta (cuando les dijo que "la gente está hasta el gorro de ustedes") dictó su sentencia, pero él insiste: o los políticos cambian o está en riesgo el sistema democrático. Continúe o no, promete que seguirá dando guerra. Su despacho, siempre pulcro y ordenado, parece víctima de una batalla campal, con cajas apiladas y, sobre las sillas, trajes de chaqueta, corbatas e incluso una sotana.
-¿Está recogiendo?
-No (Ríe). Mi sobrino tenía cosas mías en su casa y ahora se muda a una casa más pequeña, por la crisis. He alquilado una vivienda para meter las cosas. Estoy aprovechando para hacer limpieza; todo el mundo está asombrado de que esté recogiendo ya, pero no es por lo que se imagina.
-¿Está gestionando bien la incertidumbre?
-Sí, bien. La incertidumbre es para quien tiene proyectos a largo plazo, las mías llegan a una semana como mucho. Lamento si la tiene el equipo. Esto cuando tenga que terminar, terminará, si termina. No es el primer cambio potente en mi vida, y me lo tomo con calma. Además, no supone el final de mi vida pública, ni mucho menos.
-¿Da por hecho que no va a continuar?
-Por lo que dice la prensa que dice el PSOE o el PP, no seguiré. Las únicas personas que me han apoyado son algunos miembros de IU. También CCOO y por supuesto las miles de firmas que se están recogiendo en Andalucía. También ha habido declaraciones en el Pleno de San Roque y habrá más. Lo único que quiero es que la institución permanezca y lo haga con una persona independiente. Que no entremos en el compadreo de tú me das esto y yo te doy lo otro. Ya dije que el fin de esa política ha llegado. Los partidos tienen que tomar nota de que la sociedad ha cambiado, no los quiere, y eso es muy duro para el sistema democrático. Tienen que hacer lo posible para volver a ser queridos por el pueblo que les ha votado. Ojalá lo hagan. Hay personas en todos los partidos que deberían poner cordura, pero están postergados dentro de sus fuerzas políticas. No se dan cuenta de que la gente está aburrida y eso es muy delicado para el sistema democrático.
-Este cambio de hacer política debería afectar a la elección del Defensor del Pueblo.
-No veo inconveniente. Es verdad que el Parlamento tiene la plena potestad, pero llegados a este punto no estaría mal que hubiese una lista y fuese por elección directa del pueblo.
-Usted quiere continuar.
-Quiero continuar hasta que pase la crisis. Si no pasa, yo no tengo inconveniente en irme o quedarme. He dicho que me tienen que echar en el sentido de que estoy aquí intentando paliar, aunque no logre resolver, muchos de los dramas que llegan a diario y que son consecuencia de la gestión económica a la que nos somete la UE.
-Es la Junta quien lidera la renovación del Defensor.
-Una parlamentaria, que es la consejera de la Presidencia (Susana Díaz), se ha reunido con los portavoces de los partidos, pero aquí lo del Defensor es lo de menos. Aquí lo que está en juego es la RTVA. Pero, ¿qué ocurre? Que si no llegan a un acuerdo, dirán: pues llegamos a otro. Recuerdo que hay muchos temas por renovar, pero si llegan a un acuerdo me parecerá estupendo, al menos que acuerden algo.
-¿Qué perfil cree que debe tener un Defensor del Pueblo?
-Ahora mismo un perfil social, con conocimiento jurídicos, pero que conozca bien las dinámicas sociales o esté dispuesto a aprenderlas. Hoy el gran debate son los derechos sociales, que además es la gran encomienda que tiene el Defensor por parte del Estatuto. No vale un perfil jurídico exclusivo.
-¿Y un perfil político?
-Un perfil político sería hundir definitivamente a la institución. Si quieren ponerlo, mi voz se alzará esté donde esté. Me da igual irme o quedarme, pero no voy a permitir que se cambien los ritmos de la institución, porque son los ritmos que pide la gente, no porque a mí me da la gana. Lo diré por activa o por pasiva: una cosa es que me vaya y otra que me calle. O que no haga acciones. Atención, que muchas veces me apetece estar ya en las barricadas.
-Le llegan propuestas para liderar movimientos sociales.
-Y políticos.
-¿Tiene una respuesta?
-De verdad que no. Cuando vuelva volveré a los movimientos sociales, que es de donde vengo. Tengo distintas propuestas de acción política no tradicional que tengo que estudiar. Es muy difícil buscar nuevas formas de hacer política frente a la tradicional, porque vemos que lo han intentado en otros países y han fracasado. Es muy difícil plantear alternativas.
-La sociedad busca referentes. ¿Se postula?
-Yo puedo serlo en el movimiento asociativo, pero en la sociedad no lo sé. Hay que ser humilde.
-Cree que sus declaraciones contra la clase política...
-(Interrumpe) Perdón, quisiera que se me entendiera. Yo no estoy contra la clase política, sino contra una forma de hacer política que ya no responde a la realidad. Digo que esta forma de hacerla pertenece al pasado, ahora hay que hacerla muy participativa, pero no de cositas, sino vertebralmente, porque de lo contrario perdemos la sociedad democrática que sé que nadie quiere perder. Yo estoy contra el estilo que tienen algunos políticos que se creen más que nadie.
-Le han reprochado que les amonestase por las peleítas.
-A mí me da igual, yo tengo que decir lo que tengo que decir. Ni tengo que obedecer a nadie, ni que someterme a nadie más que al pueblo. Y si se molestan que se molesten. A mí me molestan en la vida diaria muchas cosas y me callo.
-Pero ha precipitado su sucesión.
-A raíz de la peleíta algunos políticos me nombran persona non grata. ¿Cómo se atreve a decirnos eso? Es lo que realmente precipita el hecho de buscar a otro Defensor, porque el orgullo de algunos políticos y políticas les impide reconocer lo que la gente piensa, que está hasta el gorro de todos ustedes, que lleguen a acuerdos, pacten, porque tenemos problemas muy graves, como el paro o la vivienda.
-¿Sería importante que los partidos ofreciesen pactos a la sociedad?
-Se necesitan pactos de lo que pide la gente, no del pacto que a uno le convenga. Y hoy existen modos de consulta y de referendos rápidos, no costosos. Abramos la cabeza y el corazón para buscar en la sociedad, con sus políticos al frente, alternativas a este modelo en el que vivimos.
-¿Tiene en la cabeza algún modelo?
-Hay que hablar con la gente, que es más sensata de lo que nos creemos. Repito el ruego a las fuerzas políticas: hay que escuchar a la gente. Muchos políticos creen que cuando vuelva el dinero se acaba todo, pero no: si hay dinero, se resolverán parte de los problemas, pero otros no. Porque la herida profunda que se está abriendo se ve en las encuestas. Mi misión es advertir al Parlamento lo que me llega del pueblo. Otra cosa es que ellos hagan lo que quieran. Es su responsabilidad, no la mía.
-¿Qué le parecen las medidas que se han propuesto?
-Espero que sea el principio de algo, pero porque no tienen más remedio. El escaño 110, otras iniciativas del presidente del Parlamento..., me parecen bien, pero, sobre todo, tienen que cambiar el estilo, que no, que no puede ser...
-Hay un cuestionamiento general de todas las instituciones ¿lo vincula a la crisis?
-Hay una parte que sí, porque ven que hay tanta gente y son incapaces de arreglar el problema. Creen en la Guardia Civil, en el Ejército, por lo menos esos cuerpos les ayudan a vivir un poco mejor. Pero hay otra cosa: es que la Administración antes decía vuelva usted mañana y ahora dice esto no es aquí. Conclusión después de echar diez papeles: esto no sirve para nada. Tenemos 8.000 visitas cuando la mayoría de los organismos tienen oficinas de información.
-¿Cómo se puede explicar que no se haya aprobado la dación en pago?
-Es increíble, porque es un clamor popular. Si haces una encuesta sale más del 80%.
-Ha mostrado su "sano escepticismo" por el decreto andaluz de vivienda.
-Tenemos esperanza en el nuevo decreto, pero el escepticismo es por la historia que tenemos detrás. El Ministerio hizo uno y nadie cumple los requisitos para beneficiarse de las ayudas. Estaremos vigilantes.
-Hay reacciones discrepantes sobre el decreto de exclusión.
-Cáritas, los sindicatos... yo me muestro escéptico también y esperaré a ver qué juego da en la realidad. Para mí lo básico es la ley de inclusión, que no es mucho más cara y recoge la Renta Básica.
-Hay un partida para ayuda a domicilio. El retroceso de la ley de dependencia es brutal.
-Esto, sea como fuere, hay que resolverlo. No puede estar la gente sin cobrar, o con atrasos enormes. El recorte es consecuencia del Gobierno central, pero el autonómico también está recortando, vienen de todas partes. Aquí recorta todo el mundo y siempre va a los mismos sitios.
-Ante esta situación que ha descrito, ¿por qué la gente no se rebela?
-La gente no se rebela porque aún hay muchos amortiguadores: las asociaciones, las parroquias, las ayudas familiares, el Defensor, los trabajadores sociales..., pero el problema es que todo se está agotando excesivamente. Como en un momento dado las ayudas familiares desaparezcan, las parroquias, las asociaciones sigan endeudadas, el Defensor cambie de perfil, (repito, no es por quedarme), nos vamos a hacer puñetas, hablando mal y pronto. Cualquier día en cualquier momento puede pasar cualquier cosa, y hay que potenciar los amortiguadores, que me temo que no se están valorando adecuadamente. Lo fácil es decir que hay economía sumergida, pero ésta cada día es más endeble y más injusta. Y el gran amortiguador social que es el empleo, no está, se ha ido.
-Al menos su futuro lo tiene más claro.
-Mi vida no empieza ni termina en el Defensor. Seguiré al servicio de la gente, porque no sé ni puedo hacer otra cosa. Mi fe a Jesús de Nazaret me impulsa a seguir luchando por los demás y a seguir combatiendo las injusticias, que no son pocas.
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