MADRID,
Bajos niveles de vitamina D pueden provocar hipertensión, según un estudio genético a gran escala, que se presenta este lunes en la conferencia anual de la Sociedad Europea de Genética Humana (ESHG, en sus siglas en inglés). El doctor Vimal Karani S., del Instituto de Salud Infantil del 'University College of London', en Londres, Reino Unido, expondrá los datos que muestran que las personas con altas concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D) redujeron la presión arterial y por lo tanto tuvieron menor riesgo de hipertensión.
"Sabíamos por estudios de observación anteriores que concentraciones bajas de 25 (OH) D eran susceptibles de ser asociadas con el aumento de la presión arterial y la hipertensión, pero la correlación no es causalidad -dice--. Además, los ensayos controlados aleatorios de suplementos de vitamina D en los seres humanos han producido efectos inconsistentes sobre los resultados cardiovasculares. Todo era algo confuso y decidimos tratar de resolverlo de una vez por todas".
Los investigadores utilizaron variantes genéticas conocidas como polimorfismos de nucleótido único o SNP como marcadores de 'proxy' para reflejar el estado de vitamina D del individuo con el fin de comprobar si existe una asociación causal con la presión arterial y la hipertensión. Cuando se analizaron los resultados, encontraron una relación significativa: por cada aumento de un 10 por ciento en concentraciones de 25 (OH) D hubo una disminución del 8,1 por ciento en el riesgo de desarrollar hipertensión.
"A pesar de la probable presencia de factores de confusión no observados, el enfoque que seguimos, conocido como la asignación al azar mendeliana, nos permitió sacar conclusiones sobre la causalidad porque la influencia genética en la enfermedad no se ve afectada por los factores de confusión. Para ponerlo en términos simples, utilizando este método podemos determinar la causa y el efecto y estar bastante seguros de que hemos llegado a la conclusión correcta sobre el tema", señala Karani.
Bajo nivel de vitamina D es común en todo el mundo occidental, según los investigadores, y por lo tanto estos datos tienen importantes implicaciones para la salud pública, siendo la manifestación más conocida de la deficiencia de vitamina D el raquitismo, enfermedad de los huesos en la infancia, donde los huesos largos están debilitados y comienzan a doblarse. Recientemente la vitamina D ha sido implicada en una serie de otras condiciones no relacionados con el esqueleto, pero los estudios que incluyeron suplementos han dado resultados conflictivos.
"Nuestro estudio sugiere que algunos casos de enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir a través de suplementos de vitamina D o fortificación de los alimentos", dice Karani S. "Nuestros datos proporcionan apoyo adicional a los efectos no esqueléticos importantes de la vitamina D", resalta el principal investigador.
"Ahora, proponemos continuar con este trabajo mediante el examen de la relación causal entre el estado de vitamina D y otros resultados cardiovasculares relacionados con la enfermedad, como los fenotipos vinculados con los lípidos, por ejemplo, el colesterol, marcadores inflamatorios como la proteína C-reactiva, y la diabetes tipo 2 y los marcadores de metabolismo de la glucosa. Creemos que todavía nos queda mucho por descubrir sobre el efecto de la deficiencia de vitamina D en la salud y ahora sabemos que tenemos las herramientas para hacerlo", concluye.
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