El rodaje en Granada de 'Isabel' deja la duda de si el último rey moro aparecerá en la trama como cobarde guerrero o lúcida mente que evitó la destrucción de la Alhambra
JUAN RAMÓN S. OLMOS | GRANADA
Álex Martínez, caracterizado como Boabdil, durante el rodaje en Granada de 'Isabel'. / GONZÁLEZ MOLERO
Sabemos, porque lo hemos visto en las fotos del rodaje de 'Isabel' en Granada, que los Reyes Católicos cerrarán la próxima temporada con un beso ante la Alhambra. También sabemos por los mismos medios que se hará hueco a la expulsión de los judíos de la ciudad y al entierro de Muley Hacén en Sierra Nevada. Claro, conocemos el qué, pero no el cómo. Los diálogos marcan el contenido de la trama, y de ahí que vayamos a seguir con algunas incógnitas hasta el estreno de la segunda temporada de esta famosa serie.
Y entre esos enigmas, uno reluce entre los demás: aquel que empieza por la frase 'Llora como mujer lo que no has sabido defender como hombre'. Ya saben que la famosa sentencia se le atribuye a Aixa, la madre de Boabdil, cuando ambos marchaban hacia el exilio después de que éste entregase Granada a Isabel y Fernando. Fue entonces, según la leyenda, cuando el derrotado Boabdil soltó el famoso Suspiro del Moro, que de ahí en adelante serviría para designar al puerto de montaña por el que pasamos en la A-44 y desde el que se ve la última imagen de la capital (o la primera, según se mire).
A la espera de que, en la ficción de 'Isabel', Alicia Borrachero (Aixa) le espete ese famoso 'castigo' a Álex Martínez (Boabdil), será interesante comprobar por qué perfil del Rey Chico se inclinan sus creadores. Si por aquella del mandatario sin valor que ha predominado en los cuentos o leyendas, o por la del gobernante responsable que se ha apuntado en ocasiones. Porque no siempre se ha mirado a Boabdil como un cobarde.
De hecho, en el año 2004, la escritora Magdalena Lasala presentó una biografía del último rey nazarí diferente a las anteriores. En ella, insistió en que "Boabdil fue un valiente, la última piedra de un camino que se acababa. Sabía que representaba el final de una época y que no podía competir con los avances de la técnica militar castellana. Tenía los días contados y era consciente de ello".
Ahondando en esta idea, Lasala contaba que "Boabdil salvó la Alhambra. Conocía muy bien cómo era Fernando de Aragón y que no se le pondría nada por delante, ya que en todas las conquistas previas había sometido a las ciudades a asedios largos y sangrientos. Era lo único que podía hacer, salvar la Alhambra. Si él no entrega las llaves en ese acto de humillación, y las tropas hubiesen entrado en los palacios, la Alhambra hoy no existiría".
Previamente, el escritor Manuel Ayllón había asegurado que "la toma de Granada es una historia mitificada. La realidad era que ocupar la ciudad era un pésimo negocio, porque ya tributaba renta a la Corona de Castilla. Así, Granada no era un problema para Fernando, pero sí para Isabel, ya que por su voluntad religiosa estaba obsesionada con expulsar a todos los que fuesen cristianos". Ayllón añadió que "la toma no fue una guerra, sino una negociación de Fernando".
Interpretaciones hay, como pueden imaginarse, tantas como colores. Así que será interesante comprobar cuál es la que se realiza en la serie de 'Isabel' para seguir componiendo el retrato de un rey que, más de 500 años después, no termina de poner a todo el mundo de acuerdo. Un motivo más para no perderse la nueva entrega de una ficción que ha protagonizado el pulso informativo de la ciudad durante esta semana y que, probablemente, vuelva a llamar la atención mayoritaria de los espectadores cuando se estrene.
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