El lagarto ocelado de las sierras béticas, el más grande de la península, consolida su denominación nevadense
UAN ENRIQUE GÓMEZ | GRANADA
Se les ve al acecho entre la vegetación mediterránea o camuflados sobre las rocas en las que toman el sol. Es el mayor saurio de los que habitan en la Península Ibérica y se considera con denominación de origen Sierra Nevada. Su nombre científico es Timon lepida nevadensis, conocido también como lagarto ocelado y lagarto de Sierra Nevada. Un apellido granadino que está reconocido por la organización Global Biodiversity, que recoge la información taxonómica oficialmente establecida por la comunidad científica internacional. Es una de las especies más representativas del bosque y las zonas de matorral y bosque de la media montaña, y que en la sierra llega hasta casi 2.000 metros de altitud.
El lagarto ocelado produce una gran fascinación por su gran tamaño comparado con el resto de saurios que acostumbramos a ver, las habituales lagartijas y salamanquesas que habitan en zonas naturales, rurales, e incluso en las ciudades. El lepida nevadensis es un reptil que puede llegar a medir más de 70 centímetros de largo (con la cola incluida) y hasta 23 centímetros entre la boca y las patas traseras. El colorido y la disposición de las escamas que cubren su cuerpo es realmente impresionante. En los meses del final de la primavera y principios del verano se ven fácilmente ejemplares jóvenes, menos huidizos que los adultos, de colores verdes y amarillos intensos y moteados de azules y otros tonos de verde, vivaces y con una forma de caminar y correr muy particular, con la cabeza erguida. Los adultos, de mayor tamaño, son de color grisáceo con manchas verdosas y azuladas en los costados y en la cola. Tanto jóvenes como adultos tienen grandes bocas dentadas.
Los especialistas en reptiles y los estudios incluidos en publicaciones como 'Vertebrados Ibéricos' y 'Los libros rojos de los vertebrados de España y Andalucía', indican que existen varias subespecies en la Península Ibérica, de las que una de ellas, la nevadensis, es la que habita en el sureste peninsular, especialmente en territorios de Granada, Jaén y Almería, además de parte de Murcia. También se ha detectado en zonas desérticas próximas al litoral mediterráneo andaluz y en islotes. Llama la atención su procedencia. Hay autores que indican que la subespecie de Sierra Nevada es la que dio origen al resto de los lagartos ocelados de toda Europa. De hecho se ha constatado que los lagartos del género Timon proceden de especies que habitaron en el Pleistoceno, con una antigüedad de alrededor de cinco millones de años, mientras que los lagartos de Sierra Nevada, proceden de otra especie que habitó el Mioceno, hace 9,4 millones de años, lo que señala a este gran saurio de Andalucía Oriental como el origen de los lagartos europeos.
Lagarto amable
El nombre de esta especie, 'lepida,' significa amable, simpático y atractivo, lo que aplicado a un lagarto no parece tener demasiado sentido, pero son cualidades que sí cumple el Timon lepida nevadensis, que aunque rehuye la presencia humana y mantiene siempre una distancia de prevención, puede llegar a hacer buenas migas con los humanos y se convierte en un perfecto aliado en la lucha contra plagas. Los lagartos ocelados se alimentan, fundamentalmente de insectos, de los que pueden consumir grandes cantidades, sobre todo coleópteros. Los científicos afirman que es completamente falso que se alimenten de polluelos, ratones y huevos de aves. Solo en un uno por ciento de los ejemplares estudiados para conocer la dieta de estos reptiles se han encontrado restos de aves o mamíferos, por el contrario sí se han encontrado restos de frutas y vegetales. La vieja idea de depredadores de aves les ha hecho objeto de persecución por parte de cazadores.
En el parque
Cada vez es más habitual encontrar lagartos ocelados en los parques, incluso en el interior de las ciudades. Son especies muy territoriales y si han nacido en un lugar, se quedan en ese espacio si se mantienen las condiciones que les permitan vivir, incluso pueden interaccionar con las personas y en ningún momento suponen un peligro para niños o mayores. En algunos lugares del ámbito rural, y en zonas como el norte de África, lagartos de esta especie son utilizados como mascotas .
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