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domingo, 7 de julio de 2013

El romanticismo más oscuro granadahoy.com

La Compañía Nacional de Danza presentó ayer en el Teatro del Generalife su renovación de Romeo y Julieta

El escenario estuvo dedicado enteramente al cuerpo de baile y los solistas.

Cuando Shakespeare escribió la tragedia más romántica de la historia, no pensó que se representaría en uno de los escenarios más románticos del mundo, y con un acompañamiento musical del maestro ruso Serguéi Prokófiev. Tampoco pensó que la Compañía Nacional de Danza la reinventaría de tal manera que, sin apenas decoración descriptiva en el escenario, dos módulos rodantes, andamiajes laterales y telones subyacentes, sería capaz de trasmitir al público todo el dolor y el drama que contenía la obra por excelencia del siglo XVI. 

Gracias a la invención de Goyo Montero, director y coreógrafo del Ballet de la Ópera Estatal de Nuremberg, al trabajo del actual director de la CND, José Carlos Martínez, y al cuerpo de baile de esta, el público granadino pudo disfrutar del Romeo y Julieta que todos conocemos, la misma historia y música, pero con un vocabulario contemporáneo, con unos toques de dramatismo, que hicieron al público mantenerse en sus butacas con una tensión que les imantaba y producía en ellos la misma emoción que vivieron los bailarines ante el repleto patio de butacas del Teatro del Generalife. 

Montero ha intentado acercarse a la universal obra de William Shakespeare desde una perspectiva personal y desarrollando la figura de Mab, Reina de los Sueños. Este personaje aparece en la obra original como tema del monólogo de Mercuzzio, y en esta versión se trasforma en la muerte a modo de hilo conductor que, como trovador y narrador del drama de los amantes condenados, aportando un toque más oscuro, ya que todo aquel que se acerca a este personaje pierde la vida; guiando a todos los personajes hacia su destino, puesto que el destino de todos es la muerte, y es el significado principal de la obra. El público fue conocedor de este detalle desde el comienzo de la obra, lo que aportó una dosis extra de dramatismo. 

En esta visión de Romeo y Julieta, Mercuzzio es casi tan protagonista como Romeo, incluyendo el monólogo de la obra original, aportando más profundidad al personaje. Los personajes de Lady Capuleto y el Ama se transformaron en un personaje bipolar, representando los dos polos opuestos de la maternidad. Goyo Montero decidió apartarse de cualquier elemento decorativo dejando el escenario a los solistas y el cuerpo de baile y respetando la composición original de Prokofiev, evitando repeticiones que afectaban al ritmo e intensidad. Durante la representación se recitaron dos textos, uno al comienzo del primer acto, durante el paso de Romeo, Mercuzzio y Bembolio, y otro en el inicio del segundo acto. 

El patio de butacas del Generalife estuvo repleto y al fin de la obra el público estalló en un aplauso digno del trabajo de esta compañía, que recogía, pocas horas antes de la representación, la medalla de Honor del Festival.

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