Dos años después del intento de cierre, el mítico enclave sigue prestando servicio No tienen luz pero han duplicado los libros gracias a las donaciones de los vecinos
LAURA VELASCO GRANADA 
Un barrendero limpia la Plaza de las Palomas del Zaidín. Dos años después todavía no se han borrado las huellas de la lucha que mantuvo todo un barrio. "No al cierre de la biblioteca" es la frase que se encuentra pintada a fuego en el centro de la plaza.
La Biblioteca de Las Palomas, también conocida como la biblioteca 'okupa', sigue siendo, pese a todo, un centro de reunión y encuentro en el que niños y mayores disfrutan de una gran variedad de actividades culturales. En el centro, una amplia sala llena de dibujos, manualidades, libros y mobiliario nuevo despistaría a cualquier visitante que no supiese cuál es la situación real por la que pasa esta biblioteca.
Durante las vacaciones de verano el centro no tiene más remedio que acoger a los vecinos del barrio sólo los martes y jueves por la mañana. No es por gusto, el reciente corte en el suministro eléctrico sólo les permite abrir el centro cuando hay luz del día.
Desde el pasado mes de diciembre algunos voluntarios del barrio son los que llevan el control de este centro cultural. Sin embargo, desde que el Ayuntamiento de Granada cediese la titularidad del edificio a la Junta de Andalucía, la realidad es que este edificio se encuentra en una encrucijada que por ahora no se resuelve por parte de ninguna de las instituciones. De ahí que se esté elaborando un nuevo proyecto. "Estamos en negociaciones para ver en el futuro qué es lo que va a pasar con este espacio", cuenta Teresa Muñoz, una de las bibliotecarias.
El horario reducido durante el invierno (18:00 a 20:00) no impidió que las actividades llenaran la sala de lunes a viernes.
Niños y adultos disfrutaron durante todo el invierno de cuentacuentos, animación a la lectura, presentaciones de libros mesas redondas, música, proyecciones audiovisuales, jornadas o charlas.
Después de que la policía precintara la biblioteca, todos los libros fueron trasladados al distrito Beiro, pero a pesar de ello las estanterías actuales de la biblioteca de las Palomas están llenas de ejemplares. En todo este tiempo los vecinos del barrio se han volcado para llenar todos y cada uno de los rincones de este edificio. Estanterías, mesas, libros, sillas... cada una de estas donaciones son las que han hecho posible que esta biblioteca fuese reabierta por los vecinos.
A unos 25 minutos andando se encuentra la biblioteca Francisco Ayala, el espacio cultural más moderno de toda la ciudad. Una biblioteca nacida por petición de los vecinos debido a la necesidad de que el barrio pudiera contar con dos centros de lectura.
Los edificios no tienen comparación. Pero las Palomas lo tiene claro, no aspira a ser un gran edificio de mucho tránsito, le vale con su pequeño espacio. "La biblioteca, situada en pleno pulmón del Zaidín, pretende dar algo de cultura a unos vecinos que tienen la necesidad de tener cerca un punto de encuentro cultural en el que se hacen actividades para el barrio", relata Gloria García de Quevedo.
Las vacaciones de verano también han llegado a este lugar donde el pasado jueves clausuraron las actividades con una charla sobre distintos modelos de vivienda. "Qué mejor sitio que este lugar emblemático de ocupación", matiza García de Quevedo.
Pero las actividades no terminarán aquí; empezarán de nuevo en septiembre. Según Celia Calvo, bibliotecaria, "curiosamente hasta ahora no nos hemos visto en la necesidad de salir a buscar actividades. Hemos llegado a tener una gran lista debido a que es ahora la gente la que nos ha pedido venir a este lugar para ayudar y participar haciendo cualquier actividad".
Lucha, fuerza, ilusión y mucha cultura son las principales características que cada una de las personas del barrio y voluntarios han conseguido recoger en este lugar. Un sitio que no sólo está destinado a gente del Zaidín sino a cualquier amante de los libros.
La Biblioteca de Las Palomas, también conocida como la biblioteca 'okupa', sigue siendo, pese a todo, un centro de reunión y encuentro en el que niños y mayores disfrutan de una gran variedad de actividades culturales. En el centro, una amplia sala llena de dibujos, manualidades, libros y mobiliario nuevo despistaría a cualquier visitante que no supiese cuál es la situación real por la que pasa esta biblioteca.
Durante las vacaciones de verano el centro no tiene más remedio que acoger a los vecinos del barrio sólo los martes y jueves por la mañana. No es por gusto, el reciente corte en el suministro eléctrico sólo les permite abrir el centro cuando hay luz del día.
Desde el pasado mes de diciembre algunos voluntarios del barrio son los que llevan el control de este centro cultural. Sin embargo, desde que el Ayuntamiento de Granada cediese la titularidad del edificio a la Junta de Andalucía, la realidad es que este edificio se encuentra en una encrucijada que por ahora no se resuelve por parte de ninguna de las instituciones. De ahí que se esté elaborando un nuevo proyecto. "Estamos en negociaciones para ver en el futuro qué es lo que va a pasar con este espacio", cuenta Teresa Muñoz, una de las bibliotecarias.
El horario reducido durante el invierno (18:00 a 20:00) no impidió que las actividades llenaran la sala de lunes a viernes.
Niños y adultos disfrutaron durante todo el invierno de cuentacuentos, animación a la lectura, presentaciones de libros mesas redondas, música, proyecciones audiovisuales, jornadas o charlas.
Después de que la policía precintara la biblioteca, todos los libros fueron trasladados al distrito Beiro, pero a pesar de ello las estanterías actuales de la biblioteca de las Palomas están llenas de ejemplares. En todo este tiempo los vecinos del barrio se han volcado para llenar todos y cada uno de los rincones de este edificio. Estanterías, mesas, libros, sillas... cada una de estas donaciones son las que han hecho posible que esta biblioteca fuese reabierta por los vecinos.
A unos 25 minutos andando se encuentra la biblioteca Francisco Ayala, el espacio cultural más moderno de toda la ciudad. Una biblioteca nacida por petición de los vecinos debido a la necesidad de que el barrio pudiera contar con dos centros de lectura.
Los edificios no tienen comparación. Pero las Palomas lo tiene claro, no aspira a ser un gran edificio de mucho tránsito, le vale con su pequeño espacio. "La biblioteca, situada en pleno pulmón del Zaidín, pretende dar algo de cultura a unos vecinos que tienen la necesidad de tener cerca un punto de encuentro cultural en el que se hacen actividades para el barrio", relata Gloria García de Quevedo.
Las vacaciones de verano también han llegado a este lugar donde el pasado jueves clausuraron las actividades con una charla sobre distintos modelos de vivienda. "Qué mejor sitio que este lugar emblemático de ocupación", matiza García de Quevedo.
Pero las actividades no terminarán aquí; empezarán de nuevo en septiembre. Según Celia Calvo, bibliotecaria, "curiosamente hasta ahora no nos hemos visto en la necesidad de salir a buscar actividades. Hemos llegado a tener una gran lista debido a que es ahora la gente la que nos ha pedido venir a este lugar para ayudar y participar haciendo cualquier actividad".
Lucha, fuerza, ilusión y mucha cultura son las principales características que cada una de las personas del barrio y voluntarios han conseguido recoger en este lugar. Un sitio que no sólo está destinado a gente del Zaidín sino a cualquier amante de los libros.
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