Esta energía renovable no es solo una alternativa a la calefacción eléctrica, sino que puede ayudar a que los bosques estén más limpios y se produzcan menos incendios
DIEGO QUERO | GRANADA
La Junta de Andalucía ha invertido en 2013 en el Plan Infoca de Granada 26,7 millones de euros. De esa cifra, 15,7 son para prevención y casi 11 millones para la extinción. Aunque en un primer momento se puede pensar que prevenir es más caro que actuar sobre el fuego cuando se está produciendo, a largo plazo la prevención es mucho menos costosa e incluso puede llegar a generar dinero. Entre las tareas de prevención que se llevan a cabo en Granada, está la adecuación de 1.270 kilómetros de cortafuegos, tratamientos selvícolas y el mantenimiento de caminos forestales. Por otra parte, la Junta de Andalucía también contempla el pastoreo controlado como una forma de prevenir incendios, aunque se centra en las zonas de cortafuegos.
Aparte de los cortafuegos, los montes también necesitan un cuidado que haga que un posible incendio no sea una condena de muerte para una zona concreta. El colectivo Unión por la Biomasa pide limpiar los montes para así prevenir incendios. Según algunos estudios, la gestión de la biomasa forestal permitiría reducir el riesgo de incendios en un 70%. Una idea que encuentra detractores, que defienden que el monte nunca se debe limpiar, sino que es la naturaleza la que debe seguir su curso sin que los seres humanos actuemos.
La asociación Unión por la Biomasa asegura que además de prevenir los incendios, la actividad puede ser una inversión rentable. Para que esto sea así, es necesario invertir en trabajadores que se dediquen a limpiar el bosque. La biomasa forestal se llevaría hasta las plantas existentes para su tratamiento, convirtiéndola en un producto de consumo para empresas y hogares. Se calcula que, de los 700 millones de euros que se invierten cada año en España contra la prevención de incendios, se ahorrarían 80 millones. Estas cifras serían diferentes si se invirtiera más dinero en construir más plantas de biomasa, ya que se calcula que las administraciones se podrían ahorrar unos 250 millones de euros, por lo que a final de año la factura se vería reducida.
Este cambio en el diseño de la prevención de incendios también podría resultar más rentable para el ciudadano. Cuantas más plantas de biomasa hubiera, mayor oferta en el mercado, por lo que los precios de todos los productos relacionados con la biomasa bajarían de precio y serían mucho más accesibles.
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