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domingo, 22 de septiembre de 2013

2013, un año de vergüenza granadahoy.com

La celebración del Milenio de Granada era el horizonte previsto para la terminación de todos los grandes proyectos Pero la conmemoración del aniversario pasará con más pena que gloria .
L. QUERO GRANADA 
El año 2013, el de la Granada del futuro, el horizonte de los grandes cambios y proyectos, llegó como uno más, está pasando sin pena ni gloria y se irá como vino; o peor, pues dejará una ciudad sin nuevas ilusiones. El inventario de cambios, nuevas infraestructuras y eventos que se anunciaron para el año de la conmemoración del Milenio del Reino de Granada se ha quedado en nada gracias a la escasa agilidad de los gobernantes cuando se podía invertir y de la crisis económica posterior.
 
Lo peor es que a nadie parece extrañarle. Los políticos, de cualquier color, no dicen ni pío porque a todos se les puede atribuir su parte de culpa en alguno de los que componen esa veintena de ideas sin materializar, proyectos esbozados y hasta obras que llegaron a comenzar pero que a día de hoy son insostenibles. 
 
Y los ciudadanos bastante preocupados están con llegar a final de mes como para reclamar ese cuento de la lechera que seguramente ni se creyeron cuando se lo contaron.
 
Los años de bonanza pasaron demasiado rápido para esta provincia, que al menos consiguió ver terminada alguna de sus históricas reivindicaciones, como la Autovía de la Costa, un proyecto que casi comenzó con la Democracia. 
 
Esos tiempos de esplendor también sirvieron para soñar. Poco se materializaba, pero cada dos por tres nos levantábamos con una iniciativa ilusionante para el futuro. Sobre todo en infraestructuras y transportes, que es la gran asignatura pendiente de esta provincia. Pero también en otras facetas importantes para potenciar la casi única industria local: el turismo.
 
Cuando la Junta de Andalucía puso 2013 en el calendario de las "grandes conmemoraciones" se criticó que apenas hubiera proyectos nuevos para ese año, pues en realidad era la fecha que se previó para la culminación y materialización de todos esos grandes proyectos que ya estaban previstos o en marcha: un Metro que ya tendría que estar funcionando, un AVE con una estación emblemática, una Costa mejor comunicada por autovías y por ferrocarril o grandes edificios culturales.
 
Se echaba de menos entonces una obra emblemática para la fecha: un Puente del V Centenario sevillano, una torre Eiffel en formato modesto... Pero hoy esto parece una aspiración estratosférica. Solo la terminación de esos proyectos que en realidad no tenían que ver con el Milenio hubiera sido un éxito fabuloso para esta provincia, tan necesitada de algo de modernidad. 
 
Tal y como estaba previsto, casi todos los proyectos confluían en 2013, un año en el que se esperaba una provincia y sobre todo una ciudad diferente. Si se hubieran cumplido los pronósticos, los granadinos podrían desplazarse ya en Metro por la ciudad, desde Albolote hasta Armilla; recordarían los atascos de la Circunvalación como algo del pasado, porque ya estaría funcionando la segunda ronda y hasta el cierre del anillo por la zona Este; podrían llegar a Madrid en dos horas y media sentados en un cómodo sillón de AVE; recibirían asistencia médica en uno de los hospitales más modernos de España, podrían ir a la ópera por la noche y pasear por el gran 'Central Park' granadino construido en la Vega.
 
Pero seguimos atascados por las mañanas sin opciones de transporte público moderno y por las misma carreteras de siempre; tenemos barrios como el Albaicín, que envejecen sin proyectos, reformas ni regulación urbanística; seguimos saliendo de tapas a falta de mayor oferta cultural y pasamos por esos pasillos de terror si tenemos la desgracia de acudir al Hospital Clínico. 
 
Entre la lista de proyectos de futuro para Granada había algunos que hoy se han descartado por completo y el resto se han retrasado y recortado al máximo, para poder continuar en un tiempo en el que las Administraciones tienen que hacer un esfuerzo titánico para sacar fondos destinados a nuevas inversiones. 
 
Como herencia de los buenos tiempos, una de las pocas cosas que parece que se quedará Granada es el Metro (cuya financiación requiere la formalización del préstamo europeo) y el AVE, aunque en condiciones muy diferentes a las previstas. El Gobierno acaba de anunciar que por el momento no construirá el tramo de Loja ni la nueva estación en la ciudad, lo que significa que será un sucedáneo de AVE, aunque al menos recortará mucho los tiempos de viaje.
 
Por el camino se quedarán decenas de ideas en las que, además de mucho tiempo, se ha invertido incluso dinero. En el apartado de infraestructuras a nadie se le ocurre ya ni preguntar por la Ronda Este (también llamada Cierre del Anillo), que permitiría completar el recorrido completo de la Circunvalación. Después de una década de debates, estudios y proyectos, se queda en el cajón.
 
Lo peor es que hay obras más necesarias que corren el mismo riesgo de la anterior. Es el caso de la Segunda Circunvalación. La primera está colapsada desde hace muchos años, pero la solución no llegará en breve, pues las obras de la nueva vía están paralizadas y sin apenas presupuesto, lo que evidencia la intención del  Gobierno de relegar este proyecto a otro momento en el que los problemas económicos sean menos acuciantes. 
 
Ésta era solo una de las soluciones para el problema del tráfico en el Área Metropolitana. También estaba la red de nuevos viales (VAUS) diseñada por la Junta, de la que solo se han visto algunos resultados en la zona Norte, pues en la cornisa Sur (la zona más poblada y con más dificultades de circulación) todo queda pendiente. Las inversiones en general, tanto las del Gobierno central como las de la Junta de Andalucía, se han quedado reducidas al mínimo. Lo que no se ha empezado ni se sueña y lo que está en ejecución dependerá de lo que cueste terminarlo.

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