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viernes, 27 de septiembre de 2013

"La política de becas del Ministerio no me parece ni equitativa ni justa" granadahoy.com

El pago a proveedores, la renovación de la plantilla y asegurar que el programa de ayudas propio cubra "las deficiencias del sistema", frentes abiertos para este curso académico
ARANTXA ASENSIO GRANADA
González Lodeiro reconoce que la necesidad más urgente es el pago a proveedores.
El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, en su oficina del Hospital Real.
El inicio del curso académico en la Universidad de Granada está marcado, un año más, por los recortes económicos. La falta de recursos estatales para la investigación, la demanda de profesorado, la deuda que mantiene la Junta con la institución y la necesidad de articular fórmulas que permitan a los estudiantes con menos recursos económicos completar su formación son algunos de los frentes que van a marcar los próximos meses en la UGR. 

-En los últimos años la Universidad ha mantenido una política de austeridad. ¿Cuánto más es capaz de ahorrar la UGR? 

-Aunque hablamos de ahorro, en realidad se trata de medidas de racionalización del gasto. Hemos eliminado algunos gastos que se pueden considerar superfluos y ahora estamos en una fase de ahorro que quizá es menos visible, como el no dar recepciones con canapés, pero también el ahorro energético o en el consumo de agua, y creo que tenemos todavía margen para optimizar el gasto. Un ejemplo sería la utilización mucho mayor de los recursos de la Universidad en mantenimiento, lo que ayuda a que se contenga y minimice el gasto. Creo que podemos seguir ahorrando. 

-¿Qué dinero supone ese ahorro? 

-El presupuesto es el que tenemos. El dinero que se ha ahorrado de unas partidas se ha invertido en otras, como en el incremento un 25% del fondo propio de becas. Nuestro presupuesto no ha disminuido, sino que se mantiene prácticamente constante. Lo que hacemos es utilizar esos recursos de forma más eficaz, destinarlo a unos objetivos que consideramos más importantes, como las becas que ya he mencionado o el plan propio de investigación. Incluso queremos incrementar el número de becas posdoctorales, ya que el Ministerio no convoca este tipo de ayudas y creemos que es importante que nuestros investigadores tengan estancias en el extranjero. Lo que estamos haciendo, más que ahorrar, es reorientar el gasto hacia los objetivos que creemos más importantes. 

-En la reciente reunión con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, los rectores andaluces pidieron a la Administración que asumiera el pago de parte de la deuda al que ya se comprometió José Antonio Griñán. 

-El acuerdo con el ex presidente Griñán se mantiene con Susana Díaz, que está de acuerdo. Nos dijo que había impulsado ante Hacienda que pudiéramos acogernos al FLA (Fondo de Liquidez Autonómico) para pagar. Así que tenemos un cierto alivio. Otro alivio importante ha sido el pago de casi 70 millones por parte del Banco Europeo de Inversiones, que nos va a permitir terminar las infraestructuras que tenemos programadas. De aquí a diciembre, espero que en las partidas nominativas que se nos envían todos los meses haya, como ya ocurrió el año pasado, un aumento que nos permitan atender las necesidades más urgentes que tiene la Universidad. 

-¿Cuáles serían esas necesidades? 

-Pago a proveedores, sobre todo. 

-¿Cuántos son y cuánto se les debe? 

-Está en torno a 190 millones de euros 

-¿Cuándo está previsto que la Universidad pueda entrar en el Fondo de Liquidez Autonómico? 

-Estamos estudiándolo y no podemos dar una fecha. 

-¿Tiene la UGR su propio plan de pago a proveedores para abonar lo que adeuda? 

-La Universidad tiene el confirming [un sistema de pago puesto en marcha en 2011 que, a cambio de unos intereses de préstamo, permite a los bancos adelantar el dinero que la Universidad debe a sus proveedores] que está dando muy buen resultado. Los proveedores están cobrando. Lleva una pequeña comisión pero resuelve, en cierto modo, el problema del pago. Es un pequeño FLA. 

-En la misma reunión con Susana Díaz se pidió la contratación de más docentes. En el caso de la UGR se solicitó la incorporación de 23 profesores... 

-Lo que se pidió, se nos concedió, no sólo a Granada, sino a todas las universidades. Ahora estamos trabajando en el procedimiento, de forma que para convocar plazas, sobre todo cuando se trata de sustituciones, no haya que esperar la autorización de la Consejería de Economía. Es decir, que tengamos un fondo de plazas que utilicemos en función de nuestras necesidades, las justifiquemos y la Consejería nos dé un cupo. Tenemos que firmar un protocolo para poder hacerlo así. 

-El rector de Córdoba aseguró tras la reunión que la falta de profesores era muy preocupante... 

-Es preocupante en algunas áreas. Pero lo que más me preocupa es la falta de renovación de las plantillas. Es decir, no tanto la ratio, a pesar de lo que dijo el Tribunal de Cuentas de que el número de profesores estaba sobredimensionado, que es una apreciación muy discutible. En Granada tenemos un profesor cada 17 estudiantes, y la media de la OCDE es de uno por cada quince. En Granada tenemos una plantilla bastante ajustada, y no digo que no falten profesores, pero el problema grave son las plantillas. La edad media es muy avanzada. En algunas áreas supera los 50 años. Y un profesor no se improvisa. Estamos formando becarios, que hacen sus tesis, sus estancias posdoctorales, vienen a través de contratos de reincorporación... y a estas personas les decimos ahora que nos van a hacer falta dentro de un tiempo, y que les tenemos que formar, pero que no tenemos posibilidad de darles acogida porque no tenemos plazas, no podemos estabilizarlos. Eso es lo que más me preocupa. Estamos cortando la carrera de estos futuros profesores en la entrada. El problema será muy grave porque careceremos de profesores suficientemente cualificados para impartir clases. Las mejores cabezas buscarán trabajo en el extranjero o en otros nichos laborales y perderemos ese capital humano que hemos formado nosotros. Ahora pueden faltar profesores, pero me preocupan estas restricciones de cara a diez o quince años, cuando haga falta que se incorporen nuevos profesores a la Universidad. 

-Con la gestión restrictiva de los recursos que han tenido que asumir ¿ha quedado algún proyecto de la UGR paralizado? 

-Gracias a los fondos del BEI podemos retomar precisamente proyectos como el pabellón de curling en Fuentenueva. En la última reunión del comité de la Universiada ya comuniqué que estamos en disposición de acometer este proyecto, aunque será más reducido y se hará por fases. Empezaremos las obras lo antes posible para tenerlo preparado a tiempo. 

-Pero alguno se habrá quedado en el cajón... 

-Sí, por ejemplo en Motril teníamos la idea de hacer un laboratorio de puertos. No ha sido posible porque esperábamos financiación externa de fondos Feder, aunque no hemos abandonado el proyecto. Otra de las iniciativas que tenemos pendiente es el de las minas del Conjuro, que también se ha pospuesto. Salvo esto se están haciendo todas las actuaciones, incluso algunas que no estaban previstas. 

-Y en cuanto a salarios y los servicios que ofrece la UGR, ¿va a haber cambios en este curso? 

-Los salarios están marcados por ley y si los tocan es porque nos obligan a ello. En cuanto a los servicios, incluso hemos rebajado los precios de las instalaciones deportivas, y en el comedor mantenemos las mismas tarifas. 

-Más complicada es la situación en el terreno de la investigación. Algunos investigadores critican que, cuando hubo dinero, se dio a todo tipo de proyectos... Ahora quizá se está pagando en parte esa mala gestión. ¿Qué opina? 

-Desde Madrid, desde que estoy en la Universidad, siempre han sido selectivos. Cuando se empezó el Plan Andaluz de Investigación, en los 90, se partió de una situación muy precaria. Se dio dinero a todas aquellas personas que mostraron interés por investigar. Es cierto que fueron ayudas horizontales, pero nadie pudo decir que no podía investigar porque no había dinero. Unos años después aparecieron los proyectos de excelencia, que son más selectivos. Ahora ha llegado la escasez, los fondos Feder han llegado a su final y hay que ser más selectivos. Pero no creo que se malgastara el dinero. Fue una política muy inteligente de la Consejería que dio la oportunidad a todo el que quiso investigar. Hoy Andalucía tiene una presencia investigadora importante gracias precisamente a esa política. Una vez que se ha hecho esa política horizontal, hay que ser más selectivo. Hay que buscar una mayor interacción con el sector público como el privado, y repensar todo el plan de investigación una vez que hemos conseguido un nivel tan bueno. Pero no considero que se haya malgastado el dinero. Los beneficios que hemos obtenido han sido mucho mayores que el gasto, que tampoco fue excesivamente grande. 

-¿Se ha puesto al día la Junta con respecto al pago a los grupos de investigación de los planes de excelencia? 

-No, todavía no. Es parte de la deuda que mantiene, de 190 millones. Nos han asegurado que van a liquidar pronto esos fondos. Desde la Universidad estamos intentando paliar la situación con pequeños remanentes de otras partidas. Se trata de dar cantidades que permitan a los grupos seguir trabajando. 

-La siguiente convocatoria, entonces, sigue paralizada 

-Sí. Posiblemente salga con otro formato. 

-Pero no será este año... 

-No. Este año no saldrá ninguna convocatoria de grupos. 

-Con respecto al plan de mecenazgo que prepara la Universidad, ¿hay empresas o instituciones que hayan mostrado su interés por participar? ¿Cuánto dinero se espera recaudar? 

-El mecenazgo algo que en la Universidad se hace desde hace muchos años, aunque no tuviera una figura o estructura legal. Tenemos una cátedra con Broseta Abogados sobre blanqueo de capitales, con Mapfre tenemos otra cátedra vinculada a riesgos laborales, también tenemos acuerdos con CajaGranada, Santander, Caja Rural... En dinero, sería aproximadamente 1,5 millones de euros de financiación en mecenazgo. Esperamos que está cantidad pueda aumentar.

-En cuanto a la dotación de las becas propias de la Universidad, ¿va a aumentar el presupuesto para este curso tras el endurecimiento de los requisitos de las becas del Ministerio? 

-Nos anticipamos y aumentamos la dotación el curso pasado. Hemos negociado con varias entidades financieras el pago a ocho plazos de las matrículas. Vamos a ver qué necesidades tenemos y si el dinero que tenemos destinado a este fin no es suficiente buscaremos recursos. 

-¿Qué opina de la política de Wert? 

-No la comparto en muchos aspectos. En becas creo que no es correcto establecer el límite por la nota. Todo estudiante, todo, sin tener en cuenta la renta, recibe una beca del 80% del coste de los estudios universitario. Los becarios obtienen un 15% más. Si ponemos un límite, pongámoslo a todos. En Granada, los estudiantes que residen, por ejemplo, en Huéscar, tienen que venir a vivir a la capital por las comunicaciones que tenemos. Eso significa unos gastos adicionales. A ese estudiante se le exige un 6,5 y eso no es justo. Madrid, con la mitad de extensión que Granada y seis universidades públicas, tiene comunicaciones de primer nivel, cualquier estudiante tiene una universidad a 50 o 60 kilómetros. Para hacer política hay que saber geografía y que no todo está en Madrid o Cataluña. Y si no se tiene esto en la cabeza, se puede llegar a situaciones realmente injustas, como ocurre ahora. Le regalaría a algunos un atlas. No es lo mismo una sociedad como la granadina que la de Madrid, País Vasco o Cataluña. Sencillamente, no se puede tratar a todo el mundo con el mismo rasero. La política de becas del Ministerio no me parece ni equitativa ni justa. 

-Los estudiantes, de hecho, ya han convocado una huelga, antes incluso de que comenzara el curso entre otras cosas por los nuevos requisitos para solicitar becas. 

-Son movimientos en respuesta a las políticas del Gobierno. En lo que nos respecta haremos lo posible por paliar las deficiencias que puede tener el sistema.

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