Un bosquete de 'árboles del mamut', de gigantes vegetales fósiles, sobrevive entre encinares y pinares de la sierra de Huétor
JUAN ENRIQUE GÓMEZ | GRANADA
Un bosque de casi un centenar de sequoyas en pleno parque de la sierra de Huétor.
Tienen su origen en la Sierra Nevada de California, pero han hecho de las montañas granadinas, frente al macizo nevadense, uno de los territorios clave para su supervivencia
Pueden llegar a medir hasta un centenar de metros. Están considerados como los árboles más altos del mundo. Son secuoyas gigantes, Sequoiadendron giganteum, una especie conocida en todo el mundo por los grandes bosques que ha creado en California, donde hay ejemplares con casi diez metros de diámetro de tronco en su base y con edades que no han podido ser delimitadas y que se cifran en varios milenios. Pero no es necesario viajar hasta el corazón de la Sierra Nevada del sur de los Estados Unidos para contemplar poblaciones de secuoyas gigantes. Basta con pasear por algunos de los caminos de la sierra de Huétor, junto a la capital granadina, para disfrutar de un bosquete formado por un centenar de ejemplares que han generado su propio ecosistema y en un espacio que puede considerarse ya como territorio indiscutible de secuoyas gigantes.
Están en el antiguo vivero de Bolones, en pleno corazón de la sierra de Huétor, en un lugar explanado y semi aterrazado durante las campañas de plantaciones forestales que el Icona realizó en los años sesenta en casi todas las sierras del sur de la península, entre ellas las montañas béticas, incluso parte de Sierra Nevada. Las secuoyas fueron plantadas hace medio siglo cuando solo tenían unos tres años de vida y alturas de poco más de metro y medio. Llegaron junto a otros miles de ejemplares de pinos de diversas especies, cipreses, cedros y pinzapos. El objetivo principal de estas plantaciones era evitar el proceso de erosión y degradación de suelos que se producía en diversas zonas de Andalucía. «Había que plantar muchos árboles, sobre todo coníferas, que sustentaran el suelo y ayudasen a la regeneración vegetal», dice el director de Flora y Fauna de la Consejería de Medio Ambiente en Granada, José María Irurita, que señala un segundo objetivo: el aprovechamiento maderero y hacer de las plantaciones una fuente de generación de riqueza para zonas que estaban especialmente deprimidas. «Fueron muchos los vecinos de Huétor los que trabajaron en las plantaciones de bosques en la sierra y han seguido la evolución de esos bosquetes de secuoyas y otros de grandes cedros, como en del Arboretum de la Alfaguara», dice Irurita. (...)
Reportaje completo, galería fotográfica, vídeo y datos de biodiversidad en la revista de naturaleza de IDEAL, Waste Magazine, en la dirección http://waste.ideal.es/secuoyasgigantes.htm
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