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martes, 1 de octubre de 2013

Cuatro de cada diez euros invertidos en la provincia se destinarán a la A-7 granadahoy.com

Las cuentas del Estado prevén una inversión de 127,2 millones. Taramay-Lobres recibirá 54,7 y estará antes del próximo verano.
ROSA FERNÁNDEZ 
La A-7 recibirá una lluvia de millones el próximo año, un requisito indispensable para que la infraestructura, como prometió la ministra de Fomento, conecte Granada con Málaga el próximo verano. De los 293,5 millones de euros de inversión real que vendrán a la provincia, buena parte irá a infraestructuras por parte del Ministerio de Fomento, lo que la convierte en la séptima provincia del Estado en este capítulo y la primera en inversiones en carreteras de España, un capítulo en el que la provincia recibe un 224% más que el pasado ejercicio, según fuentes del PP. 

En concreto, se han consignado 127,1 millones (un 43% del total) para la Autovía del Mediterráneo, una obra que tanto la ministra de Fomento, Ana Pastor, como la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, han insistido que se trata de una de las obras más caras del Estado, así como de las prioritarias para el Ejecutivo y que finalizará en 2015.

Sin embargo, no hay que perder la perspectiva de que Granada presenta muchísimas carencias en infraestructuras y que, aparte de la herencia en la que hace hincapié el PP, el diagnóstico para su 'curación' es muy difícil de cumplir con unos PGE de crisis. De ahí que, según los socialistas, las cantidades consignadas distan mucho de dar respuesta a las necesidades en este capítulo.

En concreto, la secretaria general del PSOE de Granada, Teresa Jiménez, cree que serían necesarios 640 millones para cumplir con las promesas de Ana Pastor respecto a la A-7 y al AVE. En cuanto a la Autovía del Mediterráneo, aunque la mayoría de los tramos se ejecutan por el método alemán, el PSOE estima que para creer en la palabra de la ministra serían precisos 350 millones, una cantidad muy lejana a los 127,2 millones que están recogidos en las cuentas del Estado.

El tramo que mayor inversión se llevará este año será el de Taramay-Lobres, como era de esperar, que estará -según Fomento- antes del verano de 2014, y para el que se destinarán 54,7 millones de euros. Este ramal es fundamental para conectar la Costa de Granada con Málaga, así como para poner en servicio el hasta hora inútil Lobres-Guadalfeo, que lleva años terminado y que, sin embargo, no conecta con nada. Este último, del que forma parte el espectacular viaducto sobre el río que se visualiza desde la A-44, cuando se baja de Granada, también lleva una partida de 2,4 millones.

Cuando el primero esté en servicio, ya será posible desplazarse hasta los distintos municipios de la Costa occidental, así como a los malagueños sin tener que pasar por la N-340 y, por ende, por los atascos de todos los veranos.

El segundo en inversión de la A-7 es el de Puntalón-Carchuna, con 42,9 millones de euros. La mayor inyección económica se justificará en que el tramo está a punto de concluirse, ya que se está procediendo incluso al asfaltado del mismo. Este ramal ha sido protagonista de varios escándalos por despidos y la acusación directa por parte de la empresa Acciona de impago, lo que le llevó a tapiar los túneles y a abandonar la obra.

Conforme al método alemán, parece lógico que sea algo común que los que se encuentran más atrasados o han sido reactivados hace poco, después de años ralentizados o parados, son los que menos cantidades reciben. Así, Polopos-Albuñol, uno de los más caros, y de los que más dificultad entrañan a la hora de su ejecución, percibirá tan sólo 8 millones. Hay que tener en cuenta que éste ha estado durante años parado y que desde este verano se han vuelto a ver las máquinas y los obreros. La mayor instantánea de su reactivación ha sido la colocación la semana pasada de las vigas en el viaducto de la rambla de La Rábita.

Otro tramo que se encontraba paralizado, éste sí de forma oficial, era el de La Gorgoracha-Puntalón, al que volvieron los trabajadores en verano, después de un modificado superior al 80% y una nueva adjudicación a la misma empresa (Isolux Corsán). Se llevará tan solo 14,5 millones. Y, por último, Carchuna-Castell de Ferro, el más retrasado de todos, cuya ejecución es la única prevista más allá de 2014, percibirá sólo 8,5 millones.

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