El Centro Cultural CajaGranada muestra un parte del archivo del fotógrafo Brangulí, un retrato de la Barcelona de comienzos del siglo pasado.
BERNARDO PALOMO
Brangulí. Centro Cultural CajaGranada. Memoria de Andalucía.
El apellido Brangulí está ligado a la historia pionera de la fotografía en España. Josep Brangulí i Soler había nacido en Hospital de Llobregat en 1879; la incipiente técnica empezaba a conseguir entidad y llevada por entusiastas como este catalán y, como otros muchos en el resto de España, fue asumiendo una nueva realidad artística que iba a poner las bases no sólo para que la fotografía fuese conquistando parcelas creativas sino, también, para que la pintura, sobre todo, adoptase nuevas maneras interpretativas e ilustrativas. La exposición que se presenta en el Museo Caja Granada es una oportunidad para contemplar aquellos momentos iniciáticos en los que un arte emergente comenzaba una andadura, con toda seguridad, en aquellos años, sin darse cuenta de lo que, con el discurrir del tiempo, iba a alcanzar en la Historia del Arte.
Este que esto escribe, lo ha manifestado en numerosas ocasiones, es consciente de que cuando no se puede -porque no se tengan medios, porque no se tengan ideas, porque no se quiera o porque sea más fácil traerlo con no demasiado esfuerzo- no está mal traer buenas exposiciones enlatadas antes que dejar vacío de contenido nuestros espacios expositivos.
No obstante, creo que a Caja Granada, por lo que es, por lo que supone y por lo que tiene -inclúyase aquí los magníficos espacios museísticos- no le sería difícil producir buenos y trascendentes proyectos expositivos. El no hacerlo es perder una magnífica oportunidad porque en la ciudad de la Alhambra y su área de influencia hay muchas cosas y muchos grandes artistas por los que apostar y trabajar. Conformémonos, al menos, con lo poco bueno que se trae. En otros sitios, ni siquiera ocurre eso; pero, no obstante, los granadinos se merecen muchísimo más de la que ha sido su institución crediticia desde siempre.
La exposición en el Centro de Arte granadino nos presenta una amplia muestra de la fotografía de principios del siglo XX con la Barcelona de entonces como motivo principal. Un cuidado recorrido por la obra del patriarca de la saga y por sus hijos, Joaquín y Javier Brangulí Claramunt, comisariada por dos de los mejores fotógrafos nacionales, Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, nos sitúan en aquellos cruciales momentos de la Barcelona que vivió complejos, duros, apasionantes y expectantes acontecimientos que no sólo dejaron huella en la sociedad de la capital catalana sino que transformaron una ciudad dotándola de un nueva primera identidad.
Los Brangulí fueron testigos, y los inmortalizaron, de los desenlaces políticos, algunos tan descarnados como los que acontecieron en la Semana Trágica, en la Guerra Civil de España, en el canje de prisioneros de la Segunda Guerra Mundial acontecido en el Puerto de Barcelona; pero también testimoniaron, como verdaderos fotoperiodistas, los infinitos cambios que la ciudad de Barcelona estaba experimentando. El paisaje urbano, su espectacular transformación y auge, el despegue ciudadano gracias a los planes urbanísticos, la ciudad industrial, tan potente en aquellos años con la aparición de numerosísimas nuevas fábricas, acontecimientos sociales y deportivos, fueron captados a través de los objetivos de una saga de fotógrafos que han sido rescatados del olvido gracias a la Fundación Telefónica y que, ahora, llega a Granada en un periplo itinerante por las ciudades españolas que lo hayan tenido a bien.
Exposición histórica de un nombre histórico. La fotografía iniciática llega hasta los magníficos espacios museísticos de Caja Granada para ofrecernos la oportunidad de conocer, de primera mano, el espléndido legado de unos grandes fotógrafos, cuyo primer artista, Josep Brangulí i Soler abrió infinitas vías de muy buena ejecución.
El apellido Brangulí está ligado a la historia pionera de la fotografía en España. Josep Brangulí i Soler había nacido en Hospital de Llobregat en 1879; la incipiente técnica empezaba a conseguir entidad y llevada por entusiastas como este catalán y, como otros muchos en el resto de España, fue asumiendo una nueva realidad artística que iba a poner las bases no sólo para que la fotografía fuese conquistando parcelas creativas sino, también, para que la pintura, sobre todo, adoptase nuevas maneras interpretativas e ilustrativas. La exposición que se presenta en el Museo Caja Granada es una oportunidad para contemplar aquellos momentos iniciáticos en los que un arte emergente comenzaba una andadura, con toda seguridad, en aquellos años, sin darse cuenta de lo que, con el discurrir del tiempo, iba a alcanzar en la Historia del Arte.
Este que esto escribe, lo ha manifestado en numerosas ocasiones, es consciente de que cuando no se puede -porque no se tengan medios, porque no se tengan ideas, porque no se quiera o porque sea más fácil traerlo con no demasiado esfuerzo- no está mal traer buenas exposiciones enlatadas antes que dejar vacío de contenido nuestros espacios expositivos.
No obstante, creo que a Caja Granada, por lo que es, por lo que supone y por lo que tiene -inclúyase aquí los magníficos espacios museísticos- no le sería difícil producir buenos y trascendentes proyectos expositivos. El no hacerlo es perder una magnífica oportunidad porque en la ciudad de la Alhambra y su área de influencia hay muchas cosas y muchos grandes artistas por los que apostar y trabajar. Conformémonos, al menos, con lo poco bueno que se trae. En otros sitios, ni siquiera ocurre eso; pero, no obstante, los granadinos se merecen muchísimo más de la que ha sido su institución crediticia desde siempre.
La exposición en el Centro de Arte granadino nos presenta una amplia muestra de la fotografía de principios del siglo XX con la Barcelona de entonces como motivo principal. Un cuidado recorrido por la obra del patriarca de la saga y por sus hijos, Joaquín y Javier Brangulí Claramunt, comisariada por dos de los mejores fotógrafos nacionales, Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, nos sitúan en aquellos cruciales momentos de la Barcelona que vivió complejos, duros, apasionantes y expectantes acontecimientos que no sólo dejaron huella en la sociedad de la capital catalana sino que transformaron una ciudad dotándola de un nueva primera identidad.
Los Brangulí fueron testigos, y los inmortalizaron, de los desenlaces políticos, algunos tan descarnados como los que acontecieron en la Semana Trágica, en la Guerra Civil de España, en el canje de prisioneros de la Segunda Guerra Mundial acontecido en el Puerto de Barcelona; pero también testimoniaron, como verdaderos fotoperiodistas, los infinitos cambios que la ciudad de Barcelona estaba experimentando. El paisaje urbano, su espectacular transformación y auge, el despegue ciudadano gracias a los planes urbanísticos, la ciudad industrial, tan potente en aquellos años con la aparición de numerosísimas nuevas fábricas, acontecimientos sociales y deportivos, fueron captados a través de los objetivos de una saga de fotógrafos que han sido rescatados del olvido gracias a la Fundación Telefónica y que, ahora, llega a Granada en un periplo itinerante por las ciudades españolas que lo hayan tenido a bien.
Exposición histórica de un nombre histórico. La fotografía iniciática llega hasta los magníficos espacios museísticos de Caja Granada para ofrecernos la oportunidad de conocer, de primera mano, el espléndido legado de unos grandes fotógrafos, cuyo primer artista, Josep Brangulí i Soler abrió infinitas vías de muy buena ejecución.
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