En el último año el número de hogares granadinos con todos sus miembros en situación de desempleo ha crecido un 9,7%
G. S. M. GRANADA
Cuando, al principio de la recesión, los gurús económicos, los tertulianos políticos y los optimistas sin remedio recordaban aquello de que toda crisis es una oportunidad, no se imaginaron hasta qué punto sus afirmaciones no eran ciertas. Puede que haya casos excepcionales, aventureros que tras quedarse en desempleo hayan apostado por iniciar su propia empresa y lo hayan hecho con éxito, pero para la mayoría de los ciudadanos afectados por la sangría del paro, la crisis es la crisis.
Con todo, dentro del drama del desempleo, hay situaciones más graves que otras. Quienes todavía tienen prestación -aunque cada vez sea más baja-, quienes pueden agarrarse al subsidio durante otros seis meses, y quienes cuentan con una red familiar capaz de salvar la situación temporalmente. Pero hay quien no tiene ni eso.
Según el desglose de la última Encuesta de Población Activa publicado por el Instituto de Estadística de Andalucía, en la provincia hay 62.300 hogares con todos sus miembros en paro. Es decir, 62.300 familias que dependen exclusivamente de las ayudas por desempleo, de los ahorros acumulados durante la época de las vacas gordas o de las ayudas puntuales que puedan prestarle otros miembros de su familia.
Según la serie histórica, se trata de la cifra más alta alcanzada durante este periodo del año en los últimos ocho ejercicios. Ninguna otra EPA del tercer trimestre había arrojado un número tan alto de hogares sin ingresos por empleo remunerado. De hecho, desde 2005 sólo ha habido un trimestre más devastador para las familias granadinas: el cuarto de 2012, cuando la provincia registraba 63.900 familias con todos sus miembros en situación de desempleo. En el último año, la situación ha empeorado de forma patente. Desde el tercer trimestre de 2012, se ha incrementado un 9,7% el número de familias que llegan a fin de mes como pueden y sin ningún ingreso laboral. Y basta con echar un vistazo a los datos de toda la serie histórica para constatar que no ha sido un aumento aislado. En 2011, durante el tercer trimestre, se registraron en la provincia 43.100 familias en esta situación. Un año antes eran 42.700; en 2009, 39.700; y en 2008, 25.000. Justo antes de que se desencadenara la crisis, en el tercer trimestre de 2007, la Encuesta de Población Activa contabilizaba 10.400 familias con todos sus miembros en paro, lo que significa que desde entonces este indicador ha crecido un 499%. En otras palabras: el número de familias sin trabajo se ha multiplicado por seis en apenas seis años.
La consecuencia obvia ha sido un incremento sin precedentes del peso de los hogares sin ingresos laborales sobre el total. En la actualidad, un 18,2% de las familias granadinas se encuentran en esta precaria situación, mientras que el año pasado, por ejemplo, ese porcentaje era de apenas un 16,7%. Con anterioridad, las cifras eran mucho, mucho más bajas. En el tercer trimestre de 2007, por ejemplo, el peso de los hogares con todos sus miembros en paro era de apenas un 3,3%. Desde entonces, la situación ha ido empeorando progresivamente, hasta alcanzar su máximo histórico en este tercer trimestre del año.
Con todo, dentro del drama del desempleo, hay situaciones más graves que otras. Quienes todavía tienen prestación -aunque cada vez sea más baja-, quienes pueden agarrarse al subsidio durante otros seis meses, y quienes cuentan con una red familiar capaz de salvar la situación temporalmente. Pero hay quien no tiene ni eso.
Según el desglose de la última Encuesta de Población Activa publicado por el Instituto de Estadística de Andalucía, en la provincia hay 62.300 hogares con todos sus miembros en paro. Es decir, 62.300 familias que dependen exclusivamente de las ayudas por desempleo, de los ahorros acumulados durante la época de las vacas gordas o de las ayudas puntuales que puedan prestarle otros miembros de su familia.
Según la serie histórica, se trata de la cifra más alta alcanzada durante este periodo del año en los últimos ocho ejercicios. Ninguna otra EPA del tercer trimestre había arrojado un número tan alto de hogares sin ingresos por empleo remunerado. De hecho, desde 2005 sólo ha habido un trimestre más devastador para las familias granadinas: el cuarto de 2012, cuando la provincia registraba 63.900 familias con todos sus miembros en situación de desempleo. En el último año, la situación ha empeorado de forma patente. Desde el tercer trimestre de 2012, se ha incrementado un 9,7% el número de familias que llegan a fin de mes como pueden y sin ningún ingreso laboral. Y basta con echar un vistazo a los datos de toda la serie histórica para constatar que no ha sido un aumento aislado. En 2011, durante el tercer trimestre, se registraron en la provincia 43.100 familias en esta situación. Un año antes eran 42.700; en 2009, 39.700; y en 2008, 25.000. Justo antes de que se desencadenara la crisis, en el tercer trimestre de 2007, la Encuesta de Población Activa contabilizaba 10.400 familias con todos sus miembros en paro, lo que significa que desde entonces este indicador ha crecido un 499%. En otras palabras: el número de familias sin trabajo se ha multiplicado por seis en apenas seis años.
La consecuencia obvia ha sido un incremento sin precedentes del peso de los hogares sin ingresos laborales sobre el total. En la actualidad, un 18,2% de las familias granadinas se encuentran en esta precaria situación, mientras que el año pasado, por ejemplo, ese porcentaje era de apenas un 16,7%. Con anterioridad, las cifras eran mucho, mucho más bajas. En el tercer trimestre de 2007, por ejemplo, el peso de los hogares con todos sus miembros en paro era de apenas un 3,3%. Desde entonces, la situación ha ido empeorando progresivamente, hasta alcanzar su máximo histórico en este tercer trimestre del año.
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