Los barrios de la zona Norte se unen para exigir que "se salve a las personas y no a los bancos" La Plaza de la Caleta, escenario de un 'flashmob' protagonizado por las personas sin hogar
VÍCTOR OLIVENCIA GRANADA
Ya fuese en tono formal o con un acento más desenfadado, ayer fue un día repleto de reivindicaciones en Granada. Decenas de vecinos de la zona Norte de la capital se movilizaron para protestar en la sede de la Junta de Andalucía en Almanjáyar y denunciar el estado de abandono de sus barrios. Pero la nota más atrevida la pusieron desde Cáritas con la organización de una singular actividad en la popular explanada frente al Hospital Ruiz de Alda para apoyar a las personas sin hogar. Un flashmob que dejó atónitos a los numerosos transeúntes que atravesaban las ajetreadas calles de la ciudad. Y no fue una llamada de atención aislada. En rincones de toda Andalucía barrios y vecinos sumaron a las dos iniciativas de protesta. A la misma hora y con el mismo objetivo.
La jornada comenzó pronto. A las 11:00 horas, los inquilinos de los barrios del norte de la capital estaban llamados a luchar por el futuro de sus calles. Poco antes del momento previsto, los efectivos de la Policía Nacional y Local desplegados hacían ver que algo extraordinario estaba a punto de ocurrir. Los "ignorados" -como se hacían llamar ellos mismos-, ataviados con silbatos y pancartas de toda condición, comenzaron a ocupar la puerta de la sede de la Junta. Más de un centenar de hombres y mujeres 'engalanaron' la entrada al edificio oficial con un enorme cartel en el que se podía leer: "¡Que sea delito dejar a una familia sin recursos!".
Los gritos y cánticos se sucedían mientras uno de los manifestantes dirigía los esfuerzos con un megáfono. "¡Barrios ignorados, crimen de Estado!", entonaban algunos. "¡Queremos solución, los banqueros a prisión!", respondían otros. La Plataforma de Ciudadanos Zona Norte y la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados habían sido los convocantes. Garantizar la alimentación a las familias desempleadas, asegurar una renta básica para los que no reciben ningún ingreso, nuevas medidas contra el fracaso escolar en la zona y un nuevo y urgente Plan de Empleo para sus vecinos eran los requisitos demandados.
"Esos son los cuatro puntos que pedimos en toda Andalucía; estamos conectados y nos hemos puesto de acuerdo para salir todos a la calle en todas las provincias y a la misma hora", comentó Isabel Salinas, una de las portavoces de la de la Asociación de Barrios Ignorados. El alto índice de desempleo que viven los vecinos de estas barriadas, especialmente los más jóvenes, es la principal preocupación para estas organizaciones. Precisamente esa es la razón que les ha llevado a escoger la denominación de la que hacen gala, según explicó Julio Rodríguez, otro de los portavoces: "En la actualidad, el paro en Andalucía está en torno al 36%, y aquí nos vamos al 70% o hasta el 80%, ¿no es eso estar ignorados?". Pero la de ayer era una concentración que velaba por los intereses de todos esos barrios desfavorecidos de la comunidad andaluza. "Nosotros no somos los únicos, la Junta dice que en Andalucía hay 800 puntos en condiciones similares a las nuestras", reconoció Rodríguez.
El acto concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se hacían públicas todas las peticiones que "necesitan". El hecho de que la cita fuera ante una de las sedes del Gobierno autonómico no implica que el resto de Administraciones quedasen impunes en la aplicación de las medidas exigidas. Como los mismos asistentes explicaban, la mejora y la atención a estos colectivos debe llegar de parte de todos: Junta de Andalucía, Ayuntamiento y Gobierno central. "En otros sitios se han reunido al lado de algún Consistorio", aseguraron.
Los argumentos más repetidos eran que, a pesar de llevar años manifestándose y tratando de mejorar su situación, las inversiones que se habían realizado no habían logrado solucionar sus dificultades. Es más, se mostraron agradecidos de que diversas ONG como Cruz Roja estuviesen siendo las encargadas de alimentar a aquellos que no podían acceder a comida, cuando era obligación "de otros".
"Nadie quiere vivir como lo hacemos aquí, lo que pasa es que la situación en la que nos ponen las Administraciones no permite que las personas puedan desarrollarse; nosotros no estamos en proceso de exclusión social, como dicen, es que ya estamos excluidos desde hace casi 40 años", reconoció Isabel Salinas.
El futuro, por el momento, lo ven todavía bastante oscuro. Y, según ellos, no son unas circunstancias novedosas, sino que ya vienen de hace bastante tiempo: "Si los chicos de nuestros barrios están así, con un 70% de fracaso escolar, es porque eso mismo ya lo han venido sufriendo varias de sus generaciones antiguas: padres, abuelos...".
Dicha concentración, sin embargo, sólo fue la primera de las que acaecieron ayer. Otro colectivo desfavorecido, el de los 'sin techo', también eligió la mañana del jueves para llevar a cabo otra actividad de protesta. Aun sin telón ni apuntador, la plaza de La Caleta se tornó en un improvisado teatro. Más de cien personas que habían perdido sus hogar participaron en la actividad más curiosa: una adaptación de un flashmob.
Esta moderna iniciativa no es otra cosa que una acción planeada y, más o menos, secreta en la que un grupo numeroso de personas reunidas en un lugar concreto realizan una actuación poco usual sin previo aviso y se dispersan una vez finalizada. La peculiar maniobra puede consistir en un baile, la representación de una escena o la práctica de alguna modalidad deportiva y, en los últimos tiempos, ha tomado un cariz de cierta reivindicación política o social.
El objetivo de ayer era que sus principales actores, las personas que habían perdido sus viviendas, fueran visibles, aunque fuese durante un momento, para el resto de la sociedad. Y, sin duda, lo consiguieron a juzgar por el alto número de caminantes y curiosos que se acercaron al observar el tumulto que organizaron en el centro de la ciudad.
Con las notas de la canción Seguiremos, de Macaco, y de Color Esperanza, de Diego Torres, comenzó la puesta en escena. Todos los que quisieron participar de forma voluntaria iniciaron su caminar a lo largo y ancho de la plaza. Algunos a los que no venció la timidez, incluso, se atrevieron a bailar. Cada uno de ellos, con una máscara que simbolizaba la igualdad entre todas las personas, fuese cual fuese su origen, nacionalidad, raza o condición.
Cuando la melodía se apagó, todos los participantes caminaron hacia el centro del lugar y formaron un puzle con las pancartas y mensajes que habían mostrado durante su actuación. Las 'piezas', formaban un gran mural sobre el suelo con un mensaje que sobresalía sobre el resto: "Nadie sin hogar". No en vano, tal lema era el escogido para la campaña de las Personas sin Hogar de este año, junto al de "Nadie sin salud", en un proyecto liderado por Cáritas Granada y por la Fundación Casas Diocesanas de Acogida.
Uno de sus representantes, Roberto Peña, quiso destacar algunos de los datos más relevantes que maneja su asociación: "En el centro de acogida en el que trabajamos, en 2012, atendimos a más de 900 personas diferentes pero, al sólo tener capacidad para 54 en el edificio, más de 400 demandas no pudieron ser atendidas". Él mismo admitió que, aunque años atrás los inmigrantes superaban en número a los españoles que acudían a fundaciones como la suya, los últimos datos reflejaban que los índices se estaban igualando o, incluso, volteando. "Ahora hay más españoles, pero las cifras son muy similares; en torno al 45% de las personas atendidas son extranjeras y el 55%, nacionales", señaló.
El flashmob de la capital no fue el único. Localidades como Motril, Huétor Tájar o Málaga también se sumaron a la idea y mostraron su apoyo a los desahuciados. Otros de los 'ignorados' de las comunidades modernas y que, desgraciadamente, están viendo multiplicado su número cada año. Por un momento, tanto los vecinos de la zona Norte como las personas sin vivienda levantaron su voz y dieron un paso más en la lucha por sus derechos.
La jornada comenzó pronto. A las 11:00 horas, los inquilinos de los barrios del norte de la capital estaban llamados a luchar por el futuro de sus calles. Poco antes del momento previsto, los efectivos de la Policía Nacional y Local desplegados hacían ver que algo extraordinario estaba a punto de ocurrir. Los "ignorados" -como se hacían llamar ellos mismos-, ataviados con silbatos y pancartas de toda condición, comenzaron a ocupar la puerta de la sede de la Junta. Más de un centenar de hombres y mujeres 'engalanaron' la entrada al edificio oficial con un enorme cartel en el que se podía leer: "¡Que sea delito dejar a una familia sin recursos!".
Los gritos y cánticos se sucedían mientras uno de los manifestantes dirigía los esfuerzos con un megáfono. "¡Barrios ignorados, crimen de Estado!", entonaban algunos. "¡Queremos solución, los banqueros a prisión!", respondían otros. La Plataforma de Ciudadanos Zona Norte y la Asociación Andaluza de Barrios Ignorados habían sido los convocantes. Garantizar la alimentación a las familias desempleadas, asegurar una renta básica para los que no reciben ningún ingreso, nuevas medidas contra el fracaso escolar en la zona y un nuevo y urgente Plan de Empleo para sus vecinos eran los requisitos demandados.
"Esos son los cuatro puntos que pedimos en toda Andalucía; estamos conectados y nos hemos puesto de acuerdo para salir todos a la calle en todas las provincias y a la misma hora", comentó Isabel Salinas, una de las portavoces de la de la Asociación de Barrios Ignorados. El alto índice de desempleo que viven los vecinos de estas barriadas, especialmente los más jóvenes, es la principal preocupación para estas organizaciones. Precisamente esa es la razón que les ha llevado a escoger la denominación de la que hacen gala, según explicó Julio Rodríguez, otro de los portavoces: "En la actualidad, el paro en Andalucía está en torno al 36%, y aquí nos vamos al 70% o hasta el 80%, ¿no es eso estar ignorados?". Pero la de ayer era una concentración que velaba por los intereses de todos esos barrios desfavorecidos de la comunidad andaluza. "Nosotros no somos los únicos, la Junta dice que en Andalucía hay 800 puntos en condiciones similares a las nuestras", reconoció Rodríguez.
El acto concluyó con la lectura de un manifiesto en el que se hacían públicas todas las peticiones que "necesitan". El hecho de que la cita fuera ante una de las sedes del Gobierno autonómico no implica que el resto de Administraciones quedasen impunes en la aplicación de las medidas exigidas. Como los mismos asistentes explicaban, la mejora y la atención a estos colectivos debe llegar de parte de todos: Junta de Andalucía, Ayuntamiento y Gobierno central. "En otros sitios se han reunido al lado de algún Consistorio", aseguraron.
Los argumentos más repetidos eran que, a pesar de llevar años manifestándose y tratando de mejorar su situación, las inversiones que se habían realizado no habían logrado solucionar sus dificultades. Es más, se mostraron agradecidos de que diversas ONG como Cruz Roja estuviesen siendo las encargadas de alimentar a aquellos que no podían acceder a comida, cuando era obligación "de otros".
"Nadie quiere vivir como lo hacemos aquí, lo que pasa es que la situación en la que nos ponen las Administraciones no permite que las personas puedan desarrollarse; nosotros no estamos en proceso de exclusión social, como dicen, es que ya estamos excluidos desde hace casi 40 años", reconoció Isabel Salinas.
El futuro, por el momento, lo ven todavía bastante oscuro. Y, según ellos, no son unas circunstancias novedosas, sino que ya vienen de hace bastante tiempo: "Si los chicos de nuestros barrios están así, con un 70% de fracaso escolar, es porque eso mismo ya lo han venido sufriendo varias de sus generaciones antiguas: padres, abuelos...".
Dicha concentración, sin embargo, sólo fue la primera de las que acaecieron ayer. Otro colectivo desfavorecido, el de los 'sin techo', también eligió la mañana del jueves para llevar a cabo otra actividad de protesta. Aun sin telón ni apuntador, la plaza de La Caleta se tornó en un improvisado teatro. Más de cien personas que habían perdido sus hogar participaron en la actividad más curiosa: una adaptación de un flashmob.
Esta moderna iniciativa no es otra cosa que una acción planeada y, más o menos, secreta en la que un grupo numeroso de personas reunidas en un lugar concreto realizan una actuación poco usual sin previo aviso y se dispersan una vez finalizada. La peculiar maniobra puede consistir en un baile, la representación de una escena o la práctica de alguna modalidad deportiva y, en los últimos tiempos, ha tomado un cariz de cierta reivindicación política o social.
El objetivo de ayer era que sus principales actores, las personas que habían perdido sus viviendas, fueran visibles, aunque fuese durante un momento, para el resto de la sociedad. Y, sin duda, lo consiguieron a juzgar por el alto número de caminantes y curiosos que se acercaron al observar el tumulto que organizaron en el centro de la ciudad.
Con las notas de la canción Seguiremos, de Macaco, y de Color Esperanza, de Diego Torres, comenzó la puesta en escena. Todos los que quisieron participar de forma voluntaria iniciaron su caminar a lo largo y ancho de la plaza. Algunos a los que no venció la timidez, incluso, se atrevieron a bailar. Cada uno de ellos, con una máscara que simbolizaba la igualdad entre todas las personas, fuese cual fuese su origen, nacionalidad, raza o condición.
Cuando la melodía se apagó, todos los participantes caminaron hacia el centro del lugar y formaron un puzle con las pancartas y mensajes que habían mostrado durante su actuación. Las 'piezas', formaban un gran mural sobre el suelo con un mensaje que sobresalía sobre el resto: "Nadie sin hogar". No en vano, tal lema era el escogido para la campaña de las Personas sin Hogar de este año, junto al de "Nadie sin salud", en un proyecto liderado por Cáritas Granada y por la Fundación Casas Diocesanas de Acogida.
Uno de sus representantes, Roberto Peña, quiso destacar algunos de los datos más relevantes que maneja su asociación: "En el centro de acogida en el que trabajamos, en 2012, atendimos a más de 900 personas diferentes pero, al sólo tener capacidad para 54 en el edificio, más de 400 demandas no pudieron ser atendidas". Él mismo admitió que, aunque años atrás los inmigrantes superaban en número a los españoles que acudían a fundaciones como la suya, los últimos datos reflejaban que los índices se estaban igualando o, incluso, volteando. "Ahora hay más españoles, pero las cifras son muy similares; en torno al 45% de las personas atendidas son extranjeras y el 55%, nacionales", señaló.
El flashmob de la capital no fue el único. Localidades como Motril, Huétor Tájar o Málaga también se sumaron a la idea y mostraron su apoyo a los desahuciados. Otros de los 'ignorados' de las comunidades modernas y que, desgraciadamente, están viendo multiplicado su número cada año. Por un momento, tanto los vecinos de la zona Norte como las personas sin vivienda levantaron su voz y dieron un paso más en la lucha por sus derechos.
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