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miércoles, 8 de enero de 2014

"Haría un Ministerio del Arcoíris, hay conocer el alcance del color" granadahoy.com

El actor, titiritero, tarotista e integrante del equipo de producción del FEX expone su primera muestra gráfica en la sala Papaupa
ELIZABETH FERNÁNDEZ GRANADA 
Clayton, en el espacio que el bar Papaupa dedica al arte.
Andrés Clayton es todo color. Bicharracos &Cía. es una declaración que personajes surrealistas hacen desde mundos imaginarios llenos de turquesa, amarillos, verdes intensos y naranjas ácidos. 

-¿Está el arte contemporáneo obligado a ser multidisciplinar? 

-Creo que más que una obligación es una posibilidad de ampliar, observar y experimentar cosas nuevas al mezclar diferentes disciplinas. Para mí esta alternativa es interesantísima. 

-¿Hasta qué punto se siente deudor de las vanguardias históricas? 

-Más que deudor me siento con la aptitud para expresar realidades distintas y en concreto, a nivel de vanguardia, un artista va creando junto a su tiempo por lo que va cambiando y experimentando a la vez con lo que ya conocía. Siempre he intentando escoger un camino personal, por eso, con la palabra deudor no me identifico. 

-¿Cuál ha sido su adaptación del lenguaje surrealista? 

-El surrealismo siempre me ha gustado muchísimo, permite mezclar realidades muy dispares y porque a partir de ahí, inevitablemente, se genera una nueva. Yo, por ejemplo, mezclo bastantes conceptos de dibujo, trabajo con varias técnicas y formalmente, el collage que realizo combina texturas que genera un plano de lectura casi más surrealista. En definitiva, admiro mucho este movimiento como medio de expresión. 

-¿A quién pretende alarmar Andrés Clayton? 

-Más que alarmar pretendo que mi trabajo logre una recepción positiva en el público, crear alarma no me interesa, me gusta movilizar a la gente para que pueda descubrir algo a través de un dibujo mío. Prefiero que me devuelvan razonamientos que yo no había considerado antes. 

-En numerosas ocasiones cuenta en sus espectáculos con público infantil. ¿No cree que exista una concepción demasiado condescendiente hacia ellos? ¿Observa que heredan los prejuicios de sus padres? 

-El teatro que destino a un público infantil nunca lo he pensado de manera condescendiente. Un niño tiene una capacidad de asimilar información que los adultos no poseen. Yo trato de ser responsable con la infancia, intento mostrarle a los niños situaciones que les lleguen directamente, que las entiendan, pero sin caer en la condescendencia. Respecto a los prejuicios que heredan de sus padres, hay planos que como artistas no podemos entrar, pero sí les podemos ayudar a decidir sobre cosas nuevas. 

-¿Vivimos en un mundo sin color? 

-El mundo tiene mucho color y esta idea la he intentado manifestar en mi obra gráfica y teatral. Creo que nosotros podemos ver más o menos con color el mundo, pero para mí resulta fundamental e indispensable hacerlo así. Por lo menos, mi mundo tiene mucho, mucho color. 

-¿Cuáles considera que son las barracas de feria más bochornosas de nuestro tiempo? 

-Hoy por hoy, son las situaciones que vivimos a nivel social. La falta de valores y las cúpulas de poder que, en vez de guiarnos, defender y fomentar la cultura, junto a un respeto social, no lo hacen. Eso es lo más bochornoso. De repente, los roles sociales se encuentran en los niños que tienen más valores que los adultos. 

-¿Qué sería necesario para recuperar un sentido digno del circo? 

-Creo que los estamentos culturales de las instituciones deben situar al circo en un lugar más destacado. El circo es un arte milenario, entonces, es necesario quitarle ese matiz peyorativo de arte menor respecto a otras disciplinas como la ópera. Existen compañías de teatro en Granada que comportan un nivel de lectura sobre la sociedad muy interesante. 

-¿La sonrisa de un payaso qué esconde? 

-Esconde oficio, trabajo, años de experiencia pero también una espontaneidad, una fortaleza como artista, avalada por una formación. En la actualidad, los payasos que admiro son así. El cliché de que el payaso siempre sonríe aunque esté triste ha dejado de existir. 

-Su trabajo gráfico está inmensamente influido por una temática urbana. ¿Cómo sería su ciudad imaginaria ideal? ¿Qué personajes esenciales habría de tener? 

-Estudié Arquitectura. Mi ciudad ideal tendría edificios muy diferentes entre sí, con avenidas anchas y muchos espacios verdes, todo revestido con colores muy potentes. También tendría artistas y encargados de cuidar el color de la ciudad, agentes sociales y culturales y educadores que enseñen que el color es importante. Haría un Ministerio del Arcoíris porque los ciudadanos deben de conocer el alcance del color. 

-¿Qué colores utilizaría para pintar la España de hoy? 

-Pondría verde, naranja, turquesa. Tonos pasteles que endulcen la vida cotidiana.

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