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jueves, 5 de junio de 2014

La vacuna del sida, un paso más cerca saberuniversidad

Investigadores de Granada dirigidos por Pedro Luis Mateo y Francisco Conejero caracterizan las proteínas utilizadas para elaborar vacunas contra la infección por VIH, cuyos resultados están en este momento en fase de análisis · El grupo forma parte de un consorcio internacional financiado por la Unión Europea.
ENRIQUE LÓPEZ

 Se llama interacción alostérica y consiste en un mecanismo regulador por el cual las enzimas pueden activarse o inactivarse. Esto es lo que han descubierto investigadores de la Universidad de Granada que sucede entre la proteína gp41, que forma parte de la envoltura del virus del sida, y el anticuerpo 2F5, un potente neutralizador del VHI.

La investigación llevada a cabo el grupo de Biofísica y Biotecnología Molecular FQM-171 del Departamento de Química Física de Granada, liderado por Pedro Luis Mateo y Francisco Conejero Lara (en la imagen con investigadores de su equipo), se enmarca dentro de un proyecto de colaboración europeo financiado por el VII Programa Marco de la Unión Europea. El objetivo es desarrollar una vacuna contra el sida y está coordinado por una multinacional francesa y 16 instituciones europeas de diverso tipo (pequeñas empresas, hospitales, institutos de investigación…) y entre ellas está la Universidad de Granada.

Según Francisco Conejero “nuestro grupo de trabajo se ha centrado en diseñar específicamente la vacuna puesto que al tratarse de vacunas basadas en proteínas, existen empresas que ya producen las mismas. Posteriormente esas vacunas se han ensayado en conejos para ver qué respuesta inmune producen”.

Este doctor de la Universidad de Granada señala que “nos hemos encargado de caracterizar las proteínas, las estudiamos desde el punto de vista biofísico, es decir, qué estructura tienen, si son solubles, estables… En definitiva, determinar una serie de propiedades que son de interés para su desarrollo y producción y que nos permitan comprender por qué una vacuna funciona o no. Se puede decir que nuestra participación en este proyecto ha sido por un lado el diseño y por otro la caracterización de las vacunas”.

Fruto de ese trabajo han diseñado más de 40 candidatos distintos a vacuna y de ellos, se seleccionaron dos con los que se han llevado a cabo ensayos clínicos en macacos y en voluntarios humanos estando los resultados en este momento en fase de análisis.

Entre otras tareas, el grupo liderado por Conejero Lara se ha centrado en estudiar la interacción entre una proteína (gp41) y un anticuerpo que ya se conocía (2f5), que neutraliza el virus y que se produce de manera natural en individuos infectados pero en muy bajas concentraciones por alguna razón que no se conoce del todo. Sobre ese anticuerpo que ya se conoce e incluso se puede comprar, existe mucho interés en estudiarlo por sus propiedades. “Si consiguiéramos desarrollar una vacuna que indujera a nuestro sistema inmune a producir anticuerpos de ese tipo, esos anticuerpos podrían neutralizar el virus y evitar la infección pero aún no se sabe muy bien por qué razón no se producen en cantidades suficientes ni el modo en que neutraliza el virus”, reconoce el investigador que considera que “para neutralizar el virus hay que entender cómo ese anticuerpo interacciona con la proteína que reconoce que es la gp41. Nuestro artículo incide en ese modo de interacción”.

Este proyecto empezó en 2008 y tras seis años ha llegado a su fin aunque se está buscando financiación para continuar trabajando en él. “Hemos aportado mucha información fundamental que ayudará en futuros desarrollos de la vacuna”, añade este profesor titular de química física de la Universidad de Granada (UGR) que considera que “llegará un día en el que se logrará una vacuna aunque el problema es que no se conoce al cien por cien cómo funciona el virus. Esa falta de conocimiento hace que estemos un poco ciegos a la hora de qué diseñar. Cuando uno diseña una vacuna de lo que se trata es de imitar a la naturaleza, que nuestro sistema inmune se crea que está siendo infectado por un virus pero si no se conoce como el virus infecta y qué estructuras tienen las proteínas que entran en contacto con nuestra células, es muy difícil diseñar algo porque no sabes a qué se tiene que parecer. Esa falta de información está ralentizando mucho el desarrollo de una vacuna y hasta que no haya muchos grupos de investigación trabajando en esto, el proceso de desarrollo de una vacuna va a ser muy lento y de hecho ya se lleva trabajando en ello más de 30 años y no se ha conseguido nada útil hasta ahora”. Por lo pronto, los investigadores de la UGR han aportado un granito de arena más.

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