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domingo, 17 de agosto de 2014

'Los Olvidados' rescata la huella sefardí en Granada elmundo

  • El museo repasa la aportación cultural judía

  • El espacio no ha recibido subvenciones de ninguna administración

Una de las piezas expuestas en el Palacio de los Olvidados, museo judio de la ciudad de Granada. M. RODRÍGUEZ

Bajo la imponente falda de la Alhambra, la ciudad palatina que alojaba la corte nazarí de la Granada musulmana, a apenas doscientos metros de la iglesia de Santa Ana, cuya portada renacentista da presencia a la ciudad cristiana, abre al público el Palacio de los Olvidados, cuyo evocativo nombre remite a los judíos sefardíes, la «tercera pata» de las tres culturas que convivieron en el Reino anterior a la Toma por los Reyes Católicos.
La huella histórica musulmana y cristiana está presente en cualquier rincón de la ciudad. «Existía un vacío histórico sobre la presencia en Granada de la comunidad judía, importante e influyente» hasta la expulsión de 1492, que el Palacio de los Olvidados viene a rellenar, según Andrea Pazzini, gerente del museo. Instalado en el rehabilitadoPalacio de Santa Inés, Los Olvidados presenta la colección privada que, con paciencia y afán de conservación, la familia Crespo ha ido reuniendo a lo largo de tres generaciones.
Hay una razón simbólica más: la granada, fruto que da nombre a la ciudad, 'Garnata', tiene 613 granos. El número de preceptos judíos que reúne la Torá. Sobre el nombre del río Darro, que discurre entre la colina de la Alhambra y la manzana de edificios donde se asienta Los Olvidados, no se ponen de acuerdo los investigadores: 'río de oro' o 'darro' -con su significado actual de vertedero-, pero también 'salom', o sea 'saludo' en lengua sefardí.
Ni los Crespo ni Pazzini son judíos, pero su interés por la historia y el arte sacro y popular les mueve a considerar que Samuel ibn Nagrela, Moises ibn Ezra, Yehuda ibn Tibbon... «los grandes hombres que dio la comunidad sefardí de Granada a la ciencia, la poesía, la filosofía, los hombres de Estado que produjo» merecían un recuerdo. El edificio que alberga el museo, datado en el siglo XVI, en el Bajo Albaicín, adorna su fachada con escudos nobiliarios no identificados, lo que lleva a los responsables de Los Olvidados a pensar que se trata de una familia conversa «probablemente sometida a un proceso de limpieza de sangre».
Los Olvidados presenta dos plantas abiertas al público con exposiciones permanentes dedicadas a la Inquisición, simbología, rituales litúrgicos y festivos y la historia de conversos granadinos. Está presente también el papel de la mujer como transmisora de la cultura sefardí y se dedica una sala a la Sinagoga del Agua, en Úbeda -de donde es originaria la familia Crespo-, un recinto medieval que representa uno de los pocos baños rituales ('mikvé) que se conservan. Cerámicas, muebles o documentos son las piezas que convierten la visita en interesante. Una tercera planta ofreceexposiciones temporales y se proyecta una biblioteca para estudio o consulta de la cultura sefardí. También dispone el edificio de una galería-mirador que se asoma a la Alhambra para acoger reuniones de trabajo.
«Los Olvidados provoca una pregunta», expresa Pazzini: «¿Por qué no una parcela de la cultura sefardí en una ciudad donde está tan presente la cultura hispanomusulmana y cristiana?». Con el museo la familia Crespo y Pazzini pretenden extender Granada a los circuitos de turismo histórico que, sobre todo en Toledo y Córdoba, buscan la huella sefardí en España. «En Granada no es tangible. Se necesita imaginación para encontrarla».
El museo no ha recibido subvención alguna por ninguna administración. El Palacio es de propiedad municipal y el museo paga un alquiler con opción a compra.RAMÓN RAMOSGranada


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