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domingo, 21 de diciembre de 2014

Cuando el Norte quiso mirar al Sur granadahoy.com

Un documental recuerda los 20 años de las acampadas que pedían el 0,7% del presupuesto para la ayuda oficial al desarrollo en un escenario de crisis parecido al actual.
CARLOS ROCHA SEVILLA
La acampada de la Plataforma 0,7 de Cádiz, que se estableció en el Paseo de Canalejas.
Una imagen del documental con una de las octavillas difundidas en 1994.

Un partido en el Gobierno acosado por más de un caso de corrupción y una tasa de paro cercana al 25% de la población activa. Cualquiera puede pensar que la situación se corresponde con la actualidad, pero hace veinte años la historia no era tan distinta. En 1994 el PSOE de Felipe González estaba en horas bajas y una crisis económica azotaba el país, aunque hay otras similitudes. Hace dos décadas, la porción del presupuesto dedicada a la ayuda oficial al desarrollo (AOD) no se acercaba ni de lejos a la meta del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) que recomendó la Asamblea de las Naciones Unidas en 1972. 

Con la intención de recuperar aquel espíritu, el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, se comprometió el pasado miércoles a alcanzar el 0,7% en 2020 y, aunque las cifras no son mejores que entonces, sí hay una diferencia con los años noventa: en 1994, miles de personas se echaron a la calle para reclamar a las administraciones públicas una mayor apuesta por la solidaridad internacional. La Coordinadora Andaluza de ONG para el Desarrollo (Caongd) ha querido rememorar aquellos días con el documental 20 años del 0,7%, dirigido por Hazeina Rodríguez. 

"Las movilizaciones hicieron posible que se produjera un impulso decidido en la cooperación para el desarrollo y hasta 2009 la dotación aumentó de forma significativa hasta convertirnos en el undécimo país que más invertía", afirma José María Ruibérriz, presidente de la Caongd. Aunque era muy joven, participó en las manifestaciones y recuerda la importancia que tuvieron los movimientos cristianos de base en la iniciativa, ya que todo partió de una huelga de hambre que dos curas jesuitas comenzaron en Madrid. 

La sevillana Amparo García, que por aquel entonces estudiaba Derecho, también tiene en mente a esos sacerdotes y cómo desde la Plaza de San Francisco de Sevilla secundaron la medida. "Formaba parte de movimientos cristianos y fuimos a hablar con la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) para que nos apoyaran en la reivindicación del 0,7%", cuenta la abogada. El resultado fue una acampada con más de mil tiendas en los Jardines del Cristina. "Nos vimos muy fuertes porque pensamos que lo que pedíamos se podía conseguir. Cada día pensábamos una nueva forma para llamar la atención a la prensa, como tirar una pancarta enorme desde la Giralda", recuerda. García, que en la actualidad trabaja como asesora en temas de género, se muestra muy optimista por los resultados de aquellas acampadas. "Logramos que se creara un consejo de cooperación en el Ayuntamiento y nos reuníamos con muchos políticos... No veo yo ahora a un consejero con los miembros del 15-M", apunta. 

Marisa Acedo, que participó en las manifestaciones de Granada, también relaciona los últimas acciones ciudadanas con los de 1994. Procedente de movimientos cristianos y de la Apdha, la activista estuvo en los inicios de movilización en el Paseo del Salón, que luego se expandió al Paseo de la Bomba, a orillas del Genil: "El 0,7% fue como una semilla para otras movilizaciones posteriores. El Consistorio nos cedió una carpa para las zonas comunes y bajo un gran toldo hacíamos las acampadas". En su opinión, la mejora fue leve en términos numéricos, pero "se puso la solidaridad en la calle gracias a gente joven que quería que el mundo fuera de otra manera", asegura Acedo, que señala la manifestación de las velas como una de las mayores iniciativas de este tipo que se han dado en Granada junto con las protestas contra la Guerra de Iraq. "Fue impresionante ver la Plaza del Triunfo abarrotada y en silencio", recuerda. 

En Cádiz, las tiendas de campaña se tendieron en el Paseo de Canalejas, cerca del muelle y Rafael Lara, de Apdha, fue uno de los acampados. En Málaga la movilización también estaba cerca del puerto, en la Plaza de la Marina, donde estuvieron Elías Ruíz y Pilar Vidal. Estas historias y las de otros once activistas las ha recopilado Hazeina Rodríguez, miembro del equipo de comunicación de la Caongd, con el objetivo de difundir el legado de la iniciativa. "Ha sido un lujo entrevistar a personas que son un referente en la lucha por la justicia social en Andalucía", señala la joven. 

Enrique Pablo Centella, director de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aacid) que colabora en la producción del documental, comparte el propósito de la directora. "En 1994 estábamos en crisis y se produjo una demanda de solidaridad internacional. Ahora mismo dedicamos un 0,21% y con el nuevo Plan Director de la Cooperación queremos llegar al 0,7% que ha planteado el vicepresidente de la Junta", afirma Centella. El responsable de la Aacid confía en la futura Ley de Participación Ciudadana para plantear una consulta "que dé voz a la ciudadanía" y haga más sólido el compromiso. 

En la Caongd ven difícil llegar a la meta, pero reconocen que los 41,9 millones de euros que la Aacid y otros organismos autonómicos dedican a la Ayuda Oficial al Desarrollo pone a Andalucía a la cabeza España. "En inversión per cápita nos quedamos atrás, en el puesto 13 de 17", destaca José María Ruibérriz, que cree que con la tendencia de crecimiento actual no es posible llegar al 0,7%. "Habría que aumentar el presupuesto veinte millones cada año de aquí a 2020 y corremos el riesgo de estancarnos. Hay que buscar fórmulas y llegar a un acuerdo que lo haga posible o los anuncios de los políticos se quedarán en buenas intenciones sin más", declara. El activista también pone otro problema en el punto de mira ya que considera que hay un exceso de celo por parte de la administración respecto al control de sus subvenciones: "Pagamos justos por pecadores, ya que por los escándalos en otras actividades públicas estamos sometidos a una fiscalización que paraliza los pagos y hace que tengamos enormes dificultades". 

Los problemas que cuenta Ruibérriz y otros de diversa índole son una constante en la andadura de las ONG para el desarrollo, pero fueron los esfuerzos que relata el documental los

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