El análisis periódico de la institución dependiente de la ONU subraya la recesión demográfica, la despoblación y el envejecimiento de los vecinos Pide que se haga una revisión del plan especial
A. G. V. GRANADA
La declaración de Patrimonio Mundial que consiguió el Albaicín en el año 1994 le obliga a someterse cada diez años a un examen periódico que debe fiscalizar la Comunidad Autónoma, el Consejo Español de Patrimonio y, finalmente la Unesco. El informe (que incluye también el conjunto monumental de la Alhambra) obligó hace unos meses a los técnicos de la Agencia Albaicín a rendir cuentas sobre el estado de conservación de los edificios. Hubo que aportar fichas sobre su estado de conservación, así como una memoria con las actuaciones patrimoniales que se han llevado a cabo en los últimos diez años en este espacio protegido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, Cultura y Comunicación.
El pasado mes de octubre la Unesco concluyó su informe sobre la evaluación de la situación del barrio que ahora ve la luz. En el documento (14 folios redactados en inglés) la Unesco reconoce la repercusión de la Alhambra en la economía de toda Andalucía pero aconseja que sus fuentes de financiación se diversifiquen. En este sentido, explica que el 95% de los ingresos los aportan los visitantes y que, aunque las fuentes de financiación son seguras a largo plazo, hay que despertar el interés privado en la Alhambra.
Unas líneas más abajo, la Unesco admite que el Ayuntamiento de Granada asigna un presupuesto adecuado y garantiza el mantenimiento de los servicios e infraestructuras en el Albaicín, pero añade que se necesita más financiación de las administraciones para las políticas estratégicas específicas.
Otro de los temas que más preocupa al organismo cultural dependiente de la ONU es el envejecimiento de la población del histórico barrio. No es la primera vez que la Unesco alerta de esta situación, de hecho en todos los informes aparece este aspecto, sin que encuentre solución año tras año. En este sentido, el documento advierte de la recesión demográfica que afecta al barrio, junto a la despoblación y el envejecimiento de los habitantes de este entorno protegido, algo que supone una disminución del patrimonio edificado.
Tampoco pasa por alto el informe la situación que atraviesa el plan especial de protección del Albaicín que data de 1991. "Diseñado como un plan de protección específica , incorpora áreas de intervención en lugares estratégicos con el fin de localizar instalaciones, espacios libres y para mejorar la accesibilidad y estacionamiento para el tráfico privado. El plan que regula lo usos permitidos y fija los criterios de protección necesita una revisión cuanto antes, y así lo hace constar el informe de la Unesco.
Claro que también hay lugar en el informe para los aspectos más positivos. De hecho, uno de los factores en los que se recrea el informe es la "autenticidad y el resurgimiento de las formas tradicionales de cultivo en las huertas del Generalife". La estrecha vigilancia del monumento y el respeto de los visitantes hacen las huertas sean uno de los aspectos dignos de aplauso dentro del monumento nazarí.
El pasado mes de octubre la Unesco concluyó su informe sobre la evaluación de la situación del barrio que ahora ve la luz. En el documento (14 folios redactados en inglés) la Unesco reconoce la repercusión de la Alhambra en la economía de toda Andalucía pero aconseja que sus fuentes de financiación se diversifiquen. En este sentido, explica que el 95% de los ingresos los aportan los visitantes y que, aunque las fuentes de financiación son seguras a largo plazo, hay que despertar el interés privado en la Alhambra.
Unas líneas más abajo, la Unesco admite que el Ayuntamiento de Granada asigna un presupuesto adecuado y garantiza el mantenimiento de los servicios e infraestructuras en el Albaicín, pero añade que se necesita más financiación de las administraciones para las políticas estratégicas específicas.
Otro de los temas que más preocupa al organismo cultural dependiente de la ONU es el envejecimiento de la población del histórico barrio. No es la primera vez que la Unesco alerta de esta situación, de hecho en todos los informes aparece este aspecto, sin que encuentre solución año tras año. En este sentido, el documento advierte de la recesión demográfica que afecta al barrio, junto a la despoblación y el envejecimiento de los habitantes de este entorno protegido, algo que supone una disminución del patrimonio edificado.
Tampoco pasa por alto el informe la situación que atraviesa el plan especial de protección del Albaicín que data de 1991. "Diseñado como un plan de protección específica , incorpora áreas de intervención en lugares estratégicos con el fin de localizar instalaciones, espacios libres y para mejorar la accesibilidad y estacionamiento para el tráfico privado. El plan que regula lo usos permitidos y fija los criterios de protección necesita una revisión cuanto antes, y así lo hace constar el informe de la Unesco.
Claro que también hay lugar en el informe para los aspectos más positivos. De hecho, uno de los factores en los que se recrea el informe es la "autenticidad y el resurgimiento de las formas tradicionales de cultivo en las huertas del Generalife". La estrecha vigilancia del monumento y el respeto de los visitantes hacen las huertas sean uno de los aspectos dignos de aplauso dentro del monumento nazarí.
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