El Instituto Andaluz de la Mujer impulsa un efectivo programa de formación dirigido a víctimas de violencia de género La iniciativa beneficia a 233 andaluzas, 24 en Granada, con órdenes de protección en vigor
YENALIA HUERTAS
Carolina (nombre ficticio) tiene un aspecto frágil, pero sus palabras son contundentes. Su voz se entrecorta al hacer balance de su vida. Es muy joven y ya es madre. Ha sido víctima de malos tratos. Cuenta con una orden de alejamiento en vigor, una hija pequeña y todo el futuro para crecer junto a ella. En los últimos meses, gracias al Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), ha aprendido a amasar una nueva vida, a reconstruir su autoestima, a reconducir su presente y ver con otros ojos el futuro.
Tiene la fortuna, como reconoce, de ser una de las 24 alumnas de la décimo tercera edición del Programa Cualifica, que las está formando en un centro educativo de Granada para trabajar en bares y restaurantes, y así poder sacar adelante a sus hijos solas, lejos de sus maltratadores. "Antes me comía la cabeza y ahora sólo pienso en comerme el mundo", dice Carolina, mientras sus compañeras reciben instrucciones sobre cómo amasar el pan, hacer un salmón marinado o un rico arroz caldoso, recetas que algún día reproducirán en algún establecimiento hostelero que apueste por ellas.
"Antes de llegar aquí sentía que no valía nada, que había llegado el fin de todo, que todo por lo que había luchado no tenía sentido, porque me habían hecho sentir así. Aquí nos enseñan a tener un trabajo para tener más salidas el día de mañana, pero también nos enseñan que hay apoyo y amistad", manifiesta. "Todas hemos pasado lo mismo y nos apoyamos, y aparte de formarnos para tener un puesto de trabajo, aquí nos enseñan a subir la autoestima, porque somos unas... supervivientes, ¿no Ana? pregunta Carolina a la tutora del programa, Ana Virginia Pérez de la Torre, que escucha atentamente sus palabras.
La tutora asiente ufana con la cabeza. Está muy contenta con los resultados. El programa, según explica, está estructurado en tres fases. La primera de ellas es la orientación laboral y acompañamiento al empleo. La segunda es una formación específica, que en esta edición esOperaciones básicas de Restaurante-Bar, y la tercera son las prácticas en empresas. "Como el objetivo es la reinserción laboral, las prácticas son el pilar fundamental del programa, aparte de la tutorización que durante todo su desarrollo, por las peculiaridades de cada una de ellas, se lleva a cabo"
La coordinadora provincial del IAM en Granada, Ana Belén Palomares, se muestra también muy satisfecha con los logros obtenidos. "Lo que pretendemos es mejorar su cualificación profesional, a través de formación y orientación, con prácticas en empresas. No es una formación al uso, sino que se acompaña de un asesoramiento para mujeres que han vivido y tienen que superar situaciones muy duras derivadas de la violencia de género", aclara, al tiempo que detalla que las alumnas seleccionadas tienen todas órdenes de alejamiento de sus maltratadores, personas dependientes a su cargo y dificultades económicas especiales.
"Sus recursos son muy limitados y la principal dificultad que encuentran una vez dentro del programa es la conciliación", añade la tutora. Todas las alumnas tienen hijos. Por eso el horario de las clases del programa, de unas 700 horas de duración, coincide con el del sistema educativo.
Los objetivos de Cualifica se cumplen. Prueba de ello es que el año pasado hubo 15 alumnas en los dos módulos que se impartieron (Industrial Agroalimentaria y Auxiliar de Geriatría) y el 50% consiguió un puesto de trabajo al culminar su formación.
Desde que nació el programa Cualifica, que impulsa el IAM con la colaboración de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y el Servicio Andaluz de Empleo, un total de 251 granadinas víctimas de la violencia de género ya se han beneficiado de esta iniciativa formativa. Además, alrededor de 50 empresas de la provincia las han acogido para que realicen sus prácticas. En total, la Junta ha destinado 490.910 euros para la puesta en marcha de este programa, en funcionamiento desde 1999 y del que se han beneficiado en toda Andalucía 2.419 mujeres.
"En el marco de la ayuda que les prestamos a nivel integral para poder superar la situación de violencia de género, también reciben una beca a lo largo de la formación que no es incompatible con otro tipo de ayudas", comenta Palomares. Esa beca asciende a 4.000 euros.
Las alumnas son tanto de Granada como de otras provincias. Hay además entre ellas cuatro extranjeras. Todas han vivido situaciones verdaderamente duras y Cualifica es una metamorfosis para ellas. Las clases las transforman; las convierten en nuevas personas con nuevas inquietudes. El curso comenzó en noviembre y el pasado 23 de enero ya iniciaron la formación específica.
La periodista se acerca a varias de ellas. Están en las cocinas del centro con un exquisito bizcocho preparado para la visita. Visten un elegante mandil negro y llevan en el brazo el típico paño blanco de los camareros... "¿Cómo se llama esto?, pregunta la informadora. "¡Es un lito!", responden al unísono entre risas. Poco a poco rompen su timidez con una sola condición: preservar sus identidades. Ocultan sus rostros por seguridad. Se les ve ilusionadas. "Yo antes no sabía poner ni un café", se apresura a comentar una de ellas.
Todas confían en encontrar trabajo cuando completen su formación. La situación de cada una es diferente. No tienen el mismo miedo. "Las que estamos aquí tenemos una misma causa pero distintas circunstancias, y nos ayudamos, apoyamos y animamos; a mí me está sirviendo para conocerme también mejor", señala con vehemencia otra.
Natalia (también nombre ficticio) es informática y diseñadora gráfica. Tenía una vida aparentemente tranquila y estable, hasta que se encontró en un abismo, en el que se vio sola, sin dinero, sin rumbo, sin saber por dónde escapar. "En mis noches de insomnio seguí estudiando por si algún día veía una luz para decirle al mundo que yo valgo y que quiero una oportunidad. Entonces, desde el Centro de la Mujer me llamaron para este programa, donde la convivencia con las compañeras es excepcional y las profesoras son como hermanas mayores", explica, al tiempo que afirma estar dando "el doscientos por cien" en el curso. Como la mayoría, no tenía experiencia en el sector de la hostelería y se muestra feliz, encantada con lo que está viviendo, "porque nadie más -subraya- me va a decir nunca más que no sirvo para nada". El pasado año, 53 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en España, 10 de ellas en Andalucía.
Tiene la fortuna, como reconoce, de ser una de las 24 alumnas de la décimo tercera edición del Programa Cualifica, que las está formando en un centro educativo de Granada para trabajar en bares y restaurantes, y así poder sacar adelante a sus hijos solas, lejos de sus maltratadores. "Antes me comía la cabeza y ahora sólo pienso en comerme el mundo", dice Carolina, mientras sus compañeras reciben instrucciones sobre cómo amasar el pan, hacer un salmón marinado o un rico arroz caldoso, recetas que algún día reproducirán en algún establecimiento hostelero que apueste por ellas.
"Antes de llegar aquí sentía que no valía nada, que había llegado el fin de todo, que todo por lo que había luchado no tenía sentido, porque me habían hecho sentir así. Aquí nos enseñan a tener un trabajo para tener más salidas el día de mañana, pero también nos enseñan que hay apoyo y amistad", manifiesta. "Todas hemos pasado lo mismo y nos apoyamos, y aparte de formarnos para tener un puesto de trabajo, aquí nos enseñan a subir la autoestima, porque somos unas... supervivientes, ¿no Ana? pregunta Carolina a la tutora del programa, Ana Virginia Pérez de la Torre, que escucha atentamente sus palabras.
La tutora asiente ufana con la cabeza. Está muy contenta con los resultados. El programa, según explica, está estructurado en tres fases. La primera de ellas es la orientación laboral y acompañamiento al empleo. La segunda es una formación específica, que en esta edición esOperaciones básicas de Restaurante-Bar, y la tercera son las prácticas en empresas. "Como el objetivo es la reinserción laboral, las prácticas son el pilar fundamental del programa, aparte de la tutorización que durante todo su desarrollo, por las peculiaridades de cada una de ellas, se lleva a cabo"
La coordinadora provincial del IAM en Granada, Ana Belén Palomares, se muestra también muy satisfecha con los logros obtenidos. "Lo que pretendemos es mejorar su cualificación profesional, a través de formación y orientación, con prácticas en empresas. No es una formación al uso, sino que se acompaña de un asesoramiento para mujeres que han vivido y tienen que superar situaciones muy duras derivadas de la violencia de género", aclara, al tiempo que detalla que las alumnas seleccionadas tienen todas órdenes de alejamiento de sus maltratadores, personas dependientes a su cargo y dificultades económicas especiales.
"Sus recursos son muy limitados y la principal dificultad que encuentran una vez dentro del programa es la conciliación", añade la tutora. Todas las alumnas tienen hijos. Por eso el horario de las clases del programa, de unas 700 horas de duración, coincide con el del sistema educativo.
Los objetivos de Cualifica se cumplen. Prueba de ello es que el año pasado hubo 15 alumnas en los dos módulos que se impartieron (Industrial Agroalimentaria y Auxiliar de Geriatría) y el 50% consiguió un puesto de trabajo al culminar su formación.
Desde que nació el programa Cualifica, que impulsa el IAM con la colaboración de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y el Servicio Andaluz de Empleo, un total de 251 granadinas víctimas de la violencia de género ya se han beneficiado de esta iniciativa formativa. Además, alrededor de 50 empresas de la provincia las han acogido para que realicen sus prácticas. En total, la Junta ha destinado 490.910 euros para la puesta en marcha de este programa, en funcionamiento desde 1999 y del que se han beneficiado en toda Andalucía 2.419 mujeres.
"En el marco de la ayuda que les prestamos a nivel integral para poder superar la situación de violencia de género, también reciben una beca a lo largo de la formación que no es incompatible con otro tipo de ayudas", comenta Palomares. Esa beca asciende a 4.000 euros.
Las alumnas son tanto de Granada como de otras provincias. Hay además entre ellas cuatro extranjeras. Todas han vivido situaciones verdaderamente duras y Cualifica es una metamorfosis para ellas. Las clases las transforman; las convierten en nuevas personas con nuevas inquietudes. El curso comenzó en noviembre y el pasado 23 de enero ya iniciaron la formación específica.
La periodista se acerca a varias de ellas. Están en las cocinas del centro con un exquisito bizcocho preparado para la visita. Visten un elegante mandil negro y llevan en el brazo el típico paño blanco de los camareros... "¿Cómo se llama esto?, pregunta la informadora. "¡Es un lito!", responden al unísono entre risas. Poco a poco rompen su timidez con una sola condición: preservar sus identidades. Ocultan sus rostros por seguridad. Se les ve ilusionadas. "Yo antes no sabía poner ni un café", se apresura a comentar una de ellas.
Todas confían en encontrar trabajo cuando completen su formación. La situación de cada una es diferente. No tienen el mismo miedo. "Las que estamos aquí tenemos una misma causa pero distintas circunstancias, y nos ayudamos, apoyamos y animamos; a mí me está sirviendo para conocerme también mejor", señala con vehemencia otra.
Natalia (también nombre ficticio) es informática y diseñadora gráfica. Tenía una vida aparentemente tranquila y estable, hasta que se encontró en un abismo, en el que se vio sola, sin dinero, sin rumbo, sin saber por dónde escapar. "En mis noches de insomnio seguí estudiando por si algún día veía una luz para decirle al mundo que yo valgo y que quiero una oportunidad. Entonces, desde el Centro de la Mujer me llamaron para este programa, donde la convivencia con las compañeras es excepcional y las profesoras son como hermanas mayores", explica, al tiempo que afirma estar dando "el doscientos por cien" en el curso. Como la mayoría, no tenía experiencia en el sector de la hostelería y se muestra feliz, encantada con lo que está viviendo, "porque nadie más -subraya- me va a decir nunca más que no sirvo para nada". El pasado año, 53 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en España, 10 de ellas en Andalucía.
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