La investigación, publicada en la revista "Neurobiology of Learning and Memory", probó la capacidad memorística de las personas luego de tomar siestas.
Una investigación comprobó los efectos positivos de las "siestas de poder" -aquellas que tienen una duración de 90 minutos- sobre la memoria asociativa.
Para el estudio se enseñó a 41 estudiantes 90 palabras solas y 120 pares de palabras sin relación entre sí. Luego un grupo durmió una siesta y el otro sólo espero y ambos fueron testeados.
Los estudiantes que habían hecho siesta tuvieron mejores índices de memoria y pudieron recordar especialmente los pares de palabras (memoria asociativa).
Aquellos que no durmieron tuvieron un desempeño menor al de sus pares.
El estudio, llevado a cabo por la especialista Sara Studte, concluyó que el rol de las siestas en la memoria asociativa del hipocampo es alto.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista científica "Neurobiology of Learning and Memory".
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