Un apicultor colocó una caja con la abeja reina para atraer al resto y que no picaran a los vecinos
A. GONZÁLEZ VERA GRANADA
Una abeja reina desterrada de su enjambre por una hembra más joven recaló ayer a la altura del número 22 de la Avenida de Cádiz con un centenar de 'súbditos' que la acompañaban en el viaje. El zumbido de cien abejas alertó, en torno las 14:30 horas, a los vecinos del Zaidín que llamaron a los bomberos y a la Policía Local ante el temor a recibir alguna que otra picadura del curioso 'séquito'. El Cuerpo de Bomberos de Granada tiene entre sus filas a cuatro expertos en apicultura que, de inmediato, se desplazaron hasta el lugar de los hechos. Sus conocimientos sobre el comportamiento de estos insectos les hizo ver rápidamente lo que pasaba en el lugar así que lo primero que hicieron fue llamar a un apicultor que se encargó de colocar una caja de metal donde metió con un cepillo al 90% de las abejas, confiando en que entre ellas estuviera la abeja reina.
Y así fue. Precintado el lugar por donde revoloteaban las abejas, el apicultor esperó a que cayera la tarde para que todas las abejas se metieran en la caja en busca de la reina y llevárselas al caer la noche. "El zumbido de cien abejas a la vez es espectacular de ahí el número de llamadas", explicaron los bomberos. Las abejas son una especie protegida así que mejor llamar a los bomberos antes de matarlas.
Y así fue. Precintado el lugar por donde revoloteaban las abejas, el apicultor esperó a que cayera la tarde para que todas las abejas se metieran en la caja en busca de la reina y llevárselas al caer la noche. "El zumbido de cien abejas a la vez es espectacular de ahí el número de llamadas", explicaron los bomberos. Las abejas son una especie protegida así que mejor llamar a los bomberos antes de matarlas.
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