Desde su reintroducción en las sierras de Cazorla, Segura, las Villas y Castril, en 2011 la Junta ha registrado cuatro muertes
E. P. CASTRIL , CASTRIL
La Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía coordinó ayer un despliegue operativo en la Sierra de Castril para prevenir, eliminar y erradicar el uso de venenos que afecta a la mortandad del extinguido y reintroducido quebrantahuesos y al ecosistema de la zona protegida.
En este operativo, enmarcado en el Plan de Choque Antivenenos, participaron 20 agentes del Medio Ambiente, tres técnicos y seis agentes de la Guardia Civil del Seprona, y asociaciones de ganaderos que se dividieron en siete grupos de inspección acompañados de perros adiestrados de la Junta para detectar los venenos y un helicóptero de la Guadia Civil. La delegada de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Inmaculada Oria, que asistió a la jornada de inspección, señaló la eficacia de este Plan de Choque para prevenir y erradicar el uso de cebos envenenados en el control de los depredadores del ganado "ya que desde que se puso en marcha este operativo en 2011 no se ha vuelto a dar un nuevo caso de muerte por envenenamiento de quebrantahuesos en la Sierra de Castril". Oria, igualmente, señaló la necesidad de difundir y sensibilizar a la población de los beneficios que aporta el quebrantahuesos al ecosistema al tener una función en la cadena alimenticia que evita la propagación epidemiológica de otras especies. También indicó que el uso ilegal de cebos envenenados afecta del mismo modo al ecosistema con el agua al caer un animal envenenado en los ríos. Conocidos como los buitres europeos, el quebrantahuesos llegó a extinguirse en Andalucía en 1986 al ser una especie muy sensible al uso del veneno en el monte.
A partir de esta fecha se comienza a trabajar en su reintroducción con la cría en cautividad y en 2006 se inician las primeras sueltas de ejemplares alcanzando hasta ahora la cifra de 31 ejemplares por las Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas y la Sierra de Castril y continúan vivos 14 y controlados por las transmisiones de GPS.
Recorren distancias de cadenas montañosas de nuestra península y tras la liberación en 2008 hasta 2011 se registra en la Sierra de Castril cuatro muertes por veneno de esta especie. Este ave es carroñera y cumple un papel primordial en el funcionamiento de las cadenas tróficas del ecosistema.
En este operativo, enmarcado en el Plan de Choque Antivenenos, participaron 20 agentes del Medio Ambiente, tres técnicos y seis agentes de la Guardia Civil del Seprona, y asociaciones de ganaderos que se dividieron en siete grupos de inspección acompañados de perros adiestrados de la Junta para detectar los venenos y un helicóptero de la Guadia Civil. La delegada de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Inmaculada Oria, que asistió a la jornada de inspección, señaló la eficacia de este Plan de Choque para prevenir y erradicar el uso de cebos envenenados en el control de los depredadores del ganado "ya que desde que se puso en marcha este operativo en 2011 no se ha vuelto a dar un nuevo caso de muerte por envenenamiento de quebrantahuesos en la Sierra de Castril". Oria, igualmente, señaló la necesidad de difundir y sensibilizar a la población de los beneficios que aporta el quebrantahuesos al ecosistema al tener una función en la cadena alimenticia que evita la propagación epidemiológica de otras especies. También indicó que el uso ilegal de cebos envenenados afecta del mismo modo al ecosistema con el agua al caer un animal envenenado en los ríos. Conocidos como los buitres europeos, el quebrantahuesos llegó a extinguirse en Andalucía en 1986 al ser una especie muy sensible al uso del veneno en el monte.
A partir de esta fecha se comienza a trabajar en su reintroducción con la cría en cautividad y en 2006 se inician las primeras sueltas de ejemplares alcanzando hasta ahora la cifra de 31 ejemplares por las Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas y la Sierra de Castril y continúan vivos 14 y controlados por las transmisiones de GPS.
Recorren distancias de cadenas montañosas de nuestra península y tras la liberación en 2008 hasta 2011 se registra en la Sierra de Castril cuatro muertes por veneno de esta especie. Este ave es carroñera y cumple un papel primordial en el funcionamiento de las cadenas tróficas del ecosistema.
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