Salud
Un hombre y una mujer en una oficina. MITXI
Si tiene un trabajo sedentario, levántese cada hora de la silla.
Hacer esto reducirá un 33 % el riesgo de muerte prematura.
Ir a la impresora, al aseo, a hablar con un compañero... Si
tiene un trabajo sedentario, cualquier excusa es válida para levantarse de la
silla con frecuencia y caminar un par de minutos. Este "saludable"
hábito, según los expertos, ayuda a aumentar la supervivencia, y así lo refuta
un nuevo estudio que acaba de publicar en sus páginas la revista Clinical
Journal of the American Society of Nephrology.
Dos minutos de movimiento cada hora. Ese parece ser el
ingrediente secreto para reducir el riesgo de muerte prematura en un 33% en la
población general; ocho puntos (41%) más en en pacientes con enfermedad renal
crónica. Un grupo de científicos de la Universidad de Utah observaron durante
prácticamente tres años a un total de 3.626 participantes. De estos, 383 tenían
enfermedad renal crónica. Se sabe que el sedentarismo está relacionado con un
incremento de mortalidad en la población general. "Supone un importante
factor de riesgo de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2,
cardiovasculares...", puntualiza Srinivasan Beddhu, principal autor de
este trabajo. Sin embargo, agrega, "se desconoce si la introducción de
actividades de baja intensidad en este estilo de vida confiere algún beneficio
o compensa de alguna manera".
Cuando se habla de ejercicio, relata el artículo,
generalmente se piensa en intensidad media y alta. La Organización Mundial de
la Salud (OMS) recomienda a los niños entre 5 y 17 años al menos 60 minutos de
actividad física de moderada a vigorosa a diario y a los adultos, unos 150
minutos de actividad aeróbica de moderada a vigorosa a la semana o 75 minutos
intensos. Todo con el objetivo de mejorar el estado muscular y
cardiorespiratorio, los huesos y para reducir el riesgo de enfermedades no
transmisibles. Según la OMS, al menos un 60% de la población mundial no realiza
actividad física y, dada su repercusión en la salud general de la población en
el mundo, "se necesitan con urgencia medidas de salud pública eficaces
para mejorar la actividad física de todas las poblaciones". Desde 1950 ha
aumentado sustancialmente el tiempo que se dedica a actividades sedentarias
como ver la televisión y trasladarse en medios de transporte pasivos.
Existe un consenso internacional sobre la necesidad de
reducir el sedentarismo, pero poco se ha analizado sobre la posibilidad de
compensar este estilo de vida con actividad de intensidad baja, tales como
caminar unos metros. De ahí, el interés de este análisis. A través de una
encuesta sobre salud y nutrición realizada en EEUU entre 2003 y 2004, Beddhu y
sus colegas examinaron la importancia relativa de las actividades de baja
intensidad en la población general y en pacientes con enfermedades crónicas del
riñón. "Teníamos la esperanza de entender si la mezcla entre una menor
duración de las actividades sedentarias con una mayor duración de las
actividades de baja intensidad se asocia con beneficios de supervivencia".
Utilizando técnicas estadísticas específicas, los
investigadores observaron que simplemente con actividad de baja intensidad no
se compensan los efectos que pueda producir el sedentarismo. Sin embargo, si
esta actividad se realiza durante dos minutos cada hora, el riesgo de muerte
prematura se reduce en un 33% en la población general y en un 41% entre los
pacientes con enfermedad renal crónica, "que son aún más sedentarios".
Si los primeros dedicaban más o menos la mitad de su tiempo a actividades
sedentarias, los afectados por problemas renales, casi dos terceras partes del
día.
Los resultados de este estudio están en consonancia con otro
trabajo publicado en otra revista científica, American Journal of Clinical
Nutrition. Este estudio animaba a la comunidad médica a prescribir, tanto a
personas sanas como a aquellas con riesgo cardiovascular, la interrupción
regular de periodos sedentarios mediante breves periodos de actividad física.
Demostraban que dos minutos de movimiento físico cada media hora tenía un
efecto positivo en la glucemia e insulina de las personas sanas. A tenor del
último estudio, parece que los dos minutos de movimiento pueden ser cada hora.
Dados los resultados, los expertos creen que el patrón según el cual se acumula
el total de tiempo sedentario puede atenuar parcialmente los efectos negativos
de dicho comportamiento.
LAURA TARDÓNMadrid
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