Robert Preidt
MIÉRCOLES 13 de mayo de 2015 (HealthDay News) -- Hacer pruebas de la fuerza del agarre en las manos podría ser una manera barata y sencilla de identificar a las personas con un riesgo elevado de sufrir ataques al corazón, ataques cerebrales y muerte prematura, según un nuevo estudio.
Un grupo de investigadores analizó a casi 140,000 adultos que se sometieron a pruebas de fuerza de agarre. Los participantes tenían entre 35 y 70 años de edad y provenían de 17 países. Se dio seguimiento a su salud durante un promedio de cuatro años.
Los investigadores encontraron que cada disminución de 11 libras en la fuerza de agarre estaba asociada con un aumento del 16 por ciento en el riesgo de muerte por cualquier causa.
Además, cada disminución estaba también vinculada con un aumento del 17 por ciento en el riesgo de morir por causas relacionadas con el corazón o por motivos no cardiacos. Y cada disminución de 11 libras en la fuerza de agarre estaba asociada con un aumento del 9 por ciento en el riesgo de sufrir ataques cerebrales y un aumento del 7 por ciento en el riesgo de sufrir ataques al corazón, según indicaron los resultados.
Aunque este estudio encontró una asociación entre la fuerza de agarre y el riesgo de ataque al corazón, ataque cerebral y muerte temprana, no fue diseñado para demostrar una relación de causa y efecto entre estos factores.
Sin embargo, los investigadores afirmaron que la fuerza del agarre parece ser un predictor más sólido de la muerte prematura que la presión arterial sistólica (el número superior en una medición de presión arterial).
Además, el vínculo entre la fuerza de agarre y un mayor riesgo de ataques al corazón, ataques cerebrales y muerte prematura se mantuvo incluso después de que los investigadores tomaron en cuenta otros factores que afectan el riesgo de muerte y enfermedades cardiacas, como la edad, el nivel educativo, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el ejercicio y la situación laboral.
El estudio se publicó el 13 de mayo en la revista The Lancet.
"La fuerza de agarre podría ser una prueba sencilla y económica para evaluar el riesgo que tiene un individuo de morir y de contraer enfermedades cardiovasculares", dijo en un comunicado de prensa de la revista el autor principal del estudio, el doctor Darryl Leong del Instituto de Investigación en Salud Poblacional de Hamilton Health Sciences y la Universidad McMaster en Canadá.
"Se necesitan más investigaciones para determinar si es probable que los esfuerzos para mejorar la fuerza muscular puedan reducir el riesgo que enfrenta un individuo de morir o contraer enfermedades cardiovasculares", añadió Leong.
En un editorial que acompaña al estudio, Avan Aihie Sayer, profesor de la Universidad de Southampton, y Thomas Kirkwood, profesor de la Universidad de Newcastle, ambas en el Reino Unido, escribieron: "Esta idea no es nueva, pero las conclusiones de [este estudio] le dan apoyo adicional".
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