La organización atendió en 2014 a 12.026 personas y benefició a 27.463 La aportación privada soporta el peso inversor Sube un 25% el número de voluntarios
ENRIQUE ABUÍN GRANADA
¿Quién dijo recuperación? Numerosos sectores han confirmado la leve mejoría económica que supuestamente está experimentando el país en el último año, pero la situación sigue siendo alarmante. Más si cabe que en cursos precedentes. Al menos así lo demuestran las cifras y las sensaciones transmitidas en el balance anual de Cáritas Granada, que deja entrever un aumento del desequilibrio social y desmonta por completo la visión de los optimistas que dicen empezar a ver la luz tras la crisis. Tanto es así que la organización diocesana ha tenido que incrementar su volumen de trabajo e inversión en numerosas áreas en proporción al crecimiento del desempleo y las situaciones laborales precarias.
Los datos son demoledores. Desde que empezó la crisis, el mapa de la pobreza se ha extendido a todos los estamentos de la sociedad. "El perfil ha variado, ahora son perfiles más normalizados", según afirmó Remedios García, una de las coordinadoras técnicas del programa parroquial de Cáritas en Granada. "Hace cuatro años empezaron a acudir al servicio diocesano también familias con empleo", sentenció.
Cáritas atendió en el año 2014 a 12.084 personas, una cifra similar a la de 2013 y que seguramente se mantendrá en 2015 según las estimaciones del director provincial Javier Benavides. El número se duplica en el apartado de personas beneficiadas a lo largo del último año, 27.463, de las cuales la mayoría requirieron servicio de acogida y asistencia (24.875) y sobresale también la cantidad de gente que acudió a la organización en busca de ayuda laboral (1.795).
A fin de cuentas, el estado del mercado laboral es decisivo para dibujar el panorama social. De esta manera, Benavides negó que "la situación esté cambiando" como se afirma en los últimos tiempos desde algunos sectores y apostilló que la recuperación "será para las grandes fortunas", pues la reforma laboral ha llevado a muchos asalariados a colocarse en niveles de pobreza.
Esta relación se hace patente en el hecho que destacó el presidente provincial de que las aportaciones privadas sean las que sustenten el peso de los recursos de Cáritas. En 2014, el 64% de las ayudas que recibió la organización diocesana procedieron del sector privado con 3.797.247 millones de euros, lo que supone un aumento de 262.838 respecto al ejercicio de 2013.
Por su parte, los fondos públicos representaron un 36% con 175.816 euros menos que en 2013. De estas subvenciones, el 20% correspondió a la administración autonómica, el 15% a la estatal y el 1% a la local. En total la inversión fue de casi 6 millones de euros, de la que Benavides subrayó el aumento de recursos destinados a programas estratégicos para reducir el impacto de la precariedad como el de empleo e inserción laboral (735.825 euros), acogida y atención primaria (243.563) y ayudas a familias (202.580).
Al hilo de estos datos, el gerente de Cáritas denunció "las causas económicas de desigualdad que han creado a víctimas de las cultura del descarte como los ha definido el Papa Francisco" y agregó que "hay que optar por una sociedad más responsable donde salud, protección social, educación y vivienda estén garantizados". Benavides incidió en que la economía debe poner el foco sobre las personas para que "todos podamos acceder a un empleo digno y de calidad y asumir estilos de vida sencillos y hábitos de consumo responsable y respetuosos con el medio ambiente".
En este sentido, los representantes diocesanos señalaron como una noticia positiva que haya crecido el 'batallón' de voluntarios hasta los 1.877, lo que supone un 25% . "Sería impensable poder realizar esta labor sin la generosidad y el compromiso de voluntarios que hacen posible la atención a las personas", remarcó el director. Asimismo, también hay que esta organización cuenta con 170 trabajadores remunerados que reparten su actividad en las más de 100 parroquias, centros y servicios sociales distribuidos por la provincia.
Por su parte, el delegado diocesano Alfonso Marín, mostró la cara más amable del balance y hizo alusión a la necesidad de generar "empatía" para "crear espacios de esperanza" entre los que más están sufriendo la crisis. Marín resaltó que el recuento de las actuaciones que hizo Cáritas a lo largo de 2014 debe servir "para tomar impulso de cara al futuro" y poder transformar la dura realidad de muchos granadinos.
Los datos son demoledores. Desde que empezó la crisis, el mapa de la pobreza se ha extendido a todos los estamentos de la sociedad. "El perfil ha variado, ahora son perfiles más normalizados", según afirmó Remedios García, una de las coordinadoras técnicas del programa parroquial de Cáritas en Granada. "Hace cuatro años empezaron a acudir al servicio diocesano también familias con empleo", sentenció.
Cáritas atendió en el año 2014 a 12.084 personas, una cifra similar a la de 2013 y que seguramente se mantendrá en 2015 según las estimaciones del director provincial Javier Benavides. El número se duplica en el apartado de personas beneficiadas a lo largo del último año, 27.463, de las cuales la mayoría requirieron servicio de acogida y asistencia (24.875) y sobresale también la cantidad de gente que acudió a la organización en busca de ayuda laboral (1.795).
A fin de cuentas, el estado del mercado laboral es decisivo para dibujar el panorama social. De esta manera, Benavides negó que "la situación esté cambiando" como se afirma en los últimos tiempos desde algunos sectores y apostilló que la recuperación "será para las grandes fortunas", pues la reforma laboral ha llevado a muchos asalariados a colocarse en niveles de pobreza.
Esta relación se hace patente en el hecho que destacó el presidente provincial de que las aportaciones privadas sean las que sustenten el peso de los recursos de Cáritas. En 2014, el 64% de las ayudas que recibió la organización diocesana procedieron del sector privado con 3.797.247 millones de euros, lo que supone un aumento de 262.838 respecto al ejercicio de 2013.
Por su parte, los fondos públicos representaron un 36% con 175.816 euros menos que en 2013. De estas subvenciones, el 20% correspondió a la administración autonómica, el 15% a la estatal y el 1% a la local. En total la inversión fue de casi 6 millones de euros, de la que Benavides subrayó el aumento de recursos destinados a programas estratégicos para reducir el impacto de la precariedad como el de empleo e inserción laboral (735.825 euros), acogida y atención primaria (243.563) y ayudas a familias (202.580).
Al hilo de estos datos, el gerente de Cáritas denunció "las causas económicas de desigualdad que han creado a víctimas de las cultura del descarte como los ha definido el Papa Francisco" y agregó que "hay que optar por una sociedad más responsable donde salud, protección social, educación y vivienda estén garantizados". Benavides incidió en que la economía debe poner el foco sobre las personas para que "todos podamos acceder a un empleo digno y de calidad y asumir estilos de vida sencillos y hábitos de consumo responsable y respetuosos con el medio ambiente".
En este sentido, los representantes diocesanos señalaron como una noticia positiva que haya crecido el 'batallón' de voluntarios hasta los 1.877, lo que supone un 25% . "Sería impensable poder realizar esta labor sin la generosidad y el compromiso de voluntarios que hacen posible la atención a las personas", remarcó el director. Asimismo, también hay que esta organización cuenta con 170 trabajadores remunerados que reparten su actividad en las más de 100 parroquias, centros y servicios sociales distribuidos por la provincia.
Por su parte, el delegado diocesano Alfonso Marín, mostró la cara más amable del balance y hizo alusión a la necesidad de generar "empatía" para "crear espacios de esperanza" entre los que más están sufriendo la crisis. Marín resaltó que el recuento de las actuaciones que hizo Cáritas a lo largo de 2014 debe servir "para tomar impulso de cara al futuro" y poder transformar la dura realidad de muchos granadinos.
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