En las lagunas de Sierra Nevada y la tubera de Padul
R. CASTRO GRANADA
Un equipo científico internacional, liderado por la Universidad de Granada, ha revelado el impacto del cambio climático y de la acción humana en el medio ambiente, a través de un proyecto de investigación multidisciplinar denominado 'Paleodul' que estudia los sedimentos depositados en los humedales de Sierra Nevada. El estudio ha permitido corroborar el impacto de la acción del hombre en el medio ambiente, que se hace evidente desde hace 3.900 años por un aumento en la frecuencia de incendios y por la presencia de contaminación por plomo provocada por la minería, y revela también la presencia creciente del cultivo de olivo en las faldas de Sierra Nevada y la repoblación con pino en las últimas décadas.
Este trabajo de investigación está permitiendo realizar un análisis pluridisciplinar de las señales biológicas, físicas y químicas que han quedado registradas en los sedimentos depositados en los lagos alpinos y en la turbera de El Padul, en donde se encuentran registros de múltiples ciclos glaciares e interglaciares acaecidos durante el último millón de años. En el proyecto participan científicos de más de diez universidades y centros de investigación. El equipo que desarrolla este trabajo de investigación incluye expertos de diferentes áreas con el objetivo de poder extraer la máxima información de los sedimentos estudiados.
Los primeros datos están arrojando resultados muy reveladores. El análisis de polen, por ejemplo, indica que después de unas condiciones óptimas, cálidas y húmedas en el Holoceno temprano acontece un proceso progresivo de aridificación que produce la deforestación y el aumento de hierbas xerófitas en la zona desde hace 7.000 años hasta la actualidad.
Los primeros datos de geoquímica muestran que el aumento de aridez en la región y en el Norte de África produce un claro aumento en el aporte de polvo sahariano transportado por el viento hacia esta zona. Pero este proceso de aridificación no es totalmente continuo, y estuvo interrumpido por periodos más secos y húmedos que, según los investigadores, probablemente tengan que ver con cambios cíclicos en la frecuencia del fenómeno de la oscilación del Atlántico Norte. La investigación revela, además, que un espacio de tiempo relativamente húmedo en Sierra Nevada es el periodo Ibero-Romano, en el que aumentan sensiblemente las especies forestales en la región. Pero los ecosistemas en Sierra Nevada no sólo han variado por causas naturales, ya que el hombre ha poblado la zona desde hace milenios y su impacto se hace evidente en los detalles que revela el estudio.
Todos estos datos muestran que en las lagunas de Sierra Nevada se encuentra información muy valiosa aún por descubrir y que puede ayudar a comprender cómo responderán los ecosistemas de montaña frente al cambio global.
Este trabajo de investigación está permitiendo realizar un análisis pluridisciplinar de las señales biológicas, físicas y químicas que han quedado registradas en los sedimentos depositados en los lagos alpinos y en la turbera de El Padul, en donde se encuentran registros de múltiples ciclos glaciares e interglaciares acaecidos durante el último millón de años. En el proyecto participan científicos de más de diez universidades y centros de investigación. El equipo que desarrolla este trabajo de investigación incluye expertos de diferentes áreas con el objetivo de poder extraer la máxima información de los sedimentos estudiados.
Los primeros datos están arrojando resultados muy reveladores. El análisis de polen, por ejemplo, indica que después de unas condiciones óptimas, cálidas y húmedas en el Holoceno temprano acontece un proceso progresivo de aridificación que produce la deforestación y el aumento de hierbas xerófitas en la zona desde hace 7.000 años hasta la actualidad.
Los primeros datos de geoquímica muestran que el aumento de aridez en la región y en el Norte de África produce un claro aumento en el aporte de polvo sahariano transportado por el viento hacia esta zona. Pero este proceso de aridificación no es totalmente continuo, y estuvo interrumpido por periodos más secos y húmedos que, según los investigadores, probablemente tengan que ver con cambios cíclicos en la frecuencia del fenómeno de la oscilación del Atlántico Norte. La investigación revela, además, que un espacio de tiempo relativamente húmedo en Sierra Nevada es el periodo Ibero-Romano, en el que aumentan sensiblemente las especies forestales en la región. Pero los ecosistemas en Sierra Nevada no sólo han variado por causas naturales, ya que el hombre ha poblado la zona desde hace milenios y su impacto se hace evidente en los detalles que revela el estudio.
Todos estos datos muestran que en las lagunas de Sierra Nevada se encuentra información muy valiosa aún por descubrir y que puede ayudar a comprender cómo responderán los ecosistemas de montaña frente al cambio global.
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