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sábado, 19 de septiembre de 2015

La incidencia del Alzheimer aumenta y afecta a personas cada vez más jóvenes granadahoy.com

En Granada hay más de 12.500 diagnosticados con algún tipo de demencia
S. VALLEJO GRANADA 
Entre los mayores de 80 años la incidencia se multiplica.
Hacen falta políticas comunes.

La vida es una acumulación de recuerdos pero hay veces que estos desaparecen dejando sin sentido cualquier experiencia previa. Una situación muy dolorosa para el que la sufre y para los familiares y que cada vez afecta a más personas. Así, el Alzheimer y otros tipos de demencias tienen una incidencia cada vez mayor en todo el mundo, por lo que está considerado un problema de salud pública ante el que hay que actuar. 

En Granada los casos también están en aumento en los últimos años. Según la información facilitada ayer por la Delegación de Salud y la Federación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Granada (Fegrafa), la incidencia crece aunque no se puede saber cuánto por la falta de un censo de pacientes, algo que reclaman a las administraciones. Lo que sí se sabe es que en la actualidad en Granada hay 12.543 personas diagnosticadas de Alzheimer u otras demencias aunque la cifra real podría multiplicarse por la falta de diagnóstico de muchos de los casos bien por el retraso en la visita al médico del propio paciente o por el retraso en las pruebas. 

Pero los expertos alertan de una realidad: el Alzheimer ya no es solo cosa de ancianos y cada vez son más las personas de menor edad que sufren algún tipo de demencia. Según Fegrafa, en Granada el 10% de los afectados de Alzheimer tendría menos de 65 años. Pero es más, según la presidenta de la Federación, "se están viendo casos ya de personas diagnosticadas con hasta 40 años", explicó la presidenta de Fegrafa, María Dolores Almagro. De ahí que insistan en la importancia de tener un censo de afectados. 

El delegado de Salud, Higinio Almagro, ofreció ayer datos sobre la incidencia del Alzheimer en Granada con motivo de la celebración el próximo lunes del Día Mundial de esta enfermedad, en el que se pretende "recordar a quienes no pueden hacerlo" y apoyar a sus familiares y cuidadores. "Esta enfermedad se ha convertido en un principal problema de salud pública y es una de las prioridades del sistema sanitario y las políticas asistenciales por su relación con el envejecimiento". De hecho, se calcula que un 7% de los mayores de 65 años padecen Alzheimer y otras demencias y que la cifra se duplica en los mayores de 80 años. 

Y no es importante tratarla y atajarla solo por lo que supone para el paciente desde el punto de vista de su salud (es la principal causa de demencia, mortalidad en mayores y discapacidad y dependencia) sino por el impacto en sus familias y el entorno de una enfermedad que hace dos décadas era una desconocida. 

Desde las administraciones se han puesto en marcha medidas para avanzar y facilitar la coordinación de profesionales implicados en la atención a los pacientes. La Junta de Andalucía tiene incluso un plan especial para la enfermedad con medidas y proyectos en marcha, como 'Al lado', dirigido a personal sanitario y cuidadores para estrechar la colaboración y el apoyo mutuo. Y es que los cuidadores son el principal pilar sobre el que se vuelcan los cuidados a los enfermos de Alzheimer. 

Otras medidas puestas en marcha dentro del objetivo del diagnóstico y la detección precoz, son la conversión de los centros de mayores en espacios de promoción de la autonomía para detectar posibles casos y llegar a un diagnóstico precoz. Precisamente en estos centros se ha llevado a cabo un estudio a modo de Barómetro de la Memoria en el que se ha analizado la situación de 580 mayores en la provincia. Y el resultado ofrecido es que el 66% tenían una función normal pero el 34% restante mostraba un deterioro en la función amnésica, por lo que fueron derivados al médico de familia. 

Una enfermedad que afecta más a las mujeres tanto en afectados como en cuidadoras. Son ellas las que asumen el peso de esta enfermedad. 

Desde Fegrafa se aprovechó también para solicitar una mayor agilidad en el diagnóstico final de la enfermedad ya que desde que aparecen los síntomas hasta que se pone nombre a la dolencia pueden pasar unos dos años. "Muchas veces la gente lo oculta y acude tarde y luego está el retraso del sistema sanitario", dijo la presidenta de Fegrafa. Y en el Alzheimer, el tiempo es vida.

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