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miércoles, 21 de octubre de 2015

La Costa se inunda de nuevo granadahoy.com

ROSA FERNÁNDEZ MOTRIL 

Varias generaciones de motrileños no habían conocido nada igual, ni habían pasado tanto miedo por la cantidad de rayos, truenos y la violencia con la que la que caía el agua de la tormenta de anteanoche. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales, aunque sí numerosos de tipo material. 

Las lluvias torrenciales caídas a partir de las 5 de la madrugada, que ayer ocasionaron el caos en la Costa, dejaron en algunos puntos hasta 70 litros de agua por metro cuadrado. Fue el caso de Salobreña, donde ayer unos 2.000 escolares se quedaron sin clase, pues los colegios no abrieron sus puertas en la Villa, donde se activó el plan de emergencia en coordinación con el 112. 

En esta localidad, los habitantes y comerciantes de zonas como La Pontanilla, "acostumbrados" -según ellos- a este tipo de problemas, llevaban desde la madrugada achicando agua en sus casas y negocios y pedían una solución definitiva. En la misma línea se manifestó la alcaldesa del municipio costero, María Eugenia Rufino, que afirmó que ya había pedido ayuda a las distintas administraciones, tanto autonómica como estatal, para evitar los problemas recurrentes de inundaciones en las mismas zonas. 

Cuando las lluvias se hicieron menos intensas, el escenario era dantesco por toda la comarca: calles levantadas y cortadas, árboles caídos, cuadros eléctricos dañados, docenas de cocheras inundadas y cientos de locales comerciales anegados. También las vías de comunicación se vieron afectadas, como la N-340, que tuvo que ser cortada por la mañana durante 15 minutos por desprendimientos y diversos accesos a las principales ciudades costeras. 

En Motril, donde cayeron durante toda la jornada 60 litros de agua por metro cuadrado, la alcaldesa, Flor Almón, anunció que pedirá la declaración de zona catastrófica, pues en la ciudad se recibieron más de 100 avisos por inundaciones, que fueron atendidas por Bomberos, Protección Civil y Policía Local. Asimismo, el Consistorio habilitará una oficina para atender a los afectados. Una treintena de bomberos no daba abasto desde la madrugada para acudir al aluvión de llamadas, aunque algunas no correspondían a emergencias, sino simplemente al pánico. 

"Motril es un gran lago", dijo la concejal de Seguridad, María Ángeles Escámez, y es que fueron múltiples las zonas afectadas, como Santa Adela, la playa de Poniente, el polígono El Vadillo, el polígono Alborán, 'Kilómetro 1', Aguas del Hospital, Las Cañas, la calle Nueva, Catalanes y, en general, todo el centro. La rambla de Las Brujas tuvo que ser cortada porque un árbol tiró del tendido eléctrico, así como también se cerraron al tráfico varias vías del núcleo urbano. En Carchuna, la rotura en una rambla también produjo graves daños en varios invernaderos. 

En Almuñécar, el Ayuntamiento activó por la mañana (momento en el que la comarca se encontraba en alerta naranja) el plan de emergencia municipal nivel 1. La tormenta con fuerte aparato eléctrico provocó que en tres horas cayeran 61,5 litros de agua por metro cuadrado en la finca municipal El Zahorí, de Almuñécar y el observatorio del Vivero La Mezquita de La Herradura registró casi 50 litros. En este último núcleo, las zonas más afectadas coincidieron con las de las desembocaduras de ramblas y barrancos sobre el vial de la playa. 

Las incidencias más destacadas en la ciudad sexitana, según fuentes municipales, se produjeron en la zona de La Paloma, en la avenida Europa, en la Rambla Caballero, en las zonas bajas del centro urbano y en los paseos marítimos. Por su parte, la Policía Local también atendió numerosas llamadas por incidencias en las carreteras. Así, a los numerosos arrastres y desprendimientos provocados a lo largo de la N-340, se unió otro desprendimiento en la zona de Torrecuevas y en varias zonas urbanas, donde destacaba el área de Taramay con el tránsito por la Rambla de Caballero. 

En Lújar, la lluvia no hizo nada más que empeorar la grave situación que está viviendo el municipio desde que el incendio de julio se llevara por delante el parapeto del alcornocal. Desde entonces, esta es la cuarta vez que se inunda el núcleo urbano. Ayer se encontraban allí los pocos medios municipales personales y los vecinos limpiando lodos y retirando piedras de todos los tamaños. Algunos incluso buscaban las macetas que adornaban las puertas de sus casas, que se encontraban abiertas, unas porque sus moradores estaban achicando agua y otras para paliar el insoportable olor a humedad, por la reincidencia de las tormentas en el tiempo. 

El alcalde de Lújar, Mariano González, explicó que la última lluvia de apenas 35 litros por metro cuadrado "sigue acrecentando daños en la carretera de Diputación y también en la única vía de salida que tenemos hacia Motril, la de Los Carlos". El regidor insiste en que no se han tomado medidas de prevención y que, por eso, ahora los daños han sido mayores. Así, por ejemplo, la vía en la que explotaron los muros de contención el lunes, en vez de dedicar cinco semanas a su arreglo, los trabajos se prolongarán a lo largo de meses. "No sabemos cómo vamos a terminar", lamentaba el primer edil de Lújar. 

En la tarde ayer los municipios intentaban retomar la normalidad e incluso se vieron algunos rayos de sol. Desde las 13:25 horas, se desactivó la alerta naranja en la Costa, que pasó a ser amarilla.

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