Los cuatro pilares del documento son el ahorro energético, la movilidad, la Vega y la conciencia social
REDACCIÓN GRANADA |
Organizaciones sociales de Granada firmaron ayer el Pacto municipal por el Clima, en el Colegio de Doctores y Licenciados de la capital. Los firmantes Ecologistas en Acción, Asociación Española de Educación Ambiental, Consumo Cuidado y CCOO presentaron a los partidos políticos con representación en el Ayuntamiento que acudieron a la cita (Vamos Granada e IU) un documento que ambas formaciones acogieron de buen grado y se han comprometido a trasladar al resto de municipios granadinos. A través de este documento, las organizaciones proponen un mayor compromiso con la puesta en práctica de una serie de ejes clave en relación al cambio climático como son la movilidad, el ahorro y la eficiencia, la alimentación o la Vega de Granada.
El pacto abarca cuatro pilares. El primero es el transporte, en el que se proponen medidas que propicien la movilidad no motorizada como andar y la bicicleta. En segundo lugar está la clave energética, donde el documento exige un cambio de modelo que apueste por las renovables, especialmente la solar y la fotovoltaica, para agua caliente sanitaria y la producción eléctrica.
El tercer lugar lo ocupan la Vega y su agricultura, que además de constituir un importante sumidero de CO2 "debe ser un elemento de primer orden en la alimentación de la población de la ciudad, con agricultura ecológica y con canales cortos de distribución, disminuyendo la energía consumida en transporte".
Y, por último,el documento e centra en que la ciudad debe desarrollar una campaña pedagógica en los centros de enseñanza, en medios de comunicación y a través de folletos, charlas y talleres dirigidas a la asociaciones sobre cómo las buenas prácticas individuales colaboran en la lucha contra el calentamiento global.
El pacto abarca cuatro pilares. El primero es el transporte, en el que se proponen medidas que propicien la movilidad no motorizada como andar y la bicicleta. En segundo lugar está la clave energética, donde el documento exige un cambio de modelo que apueste por las renovables, especialmente la solar y la fotovoltaica, para agua caliente sanitaria y la producción eléctrica.
El tercer lugar lo ocupan la Vega y su agricultura, que además de constituir un importante sumidero de CO2 "debe ser un elemento de primer orden en la alimentación de la población de la ciudad, con agricultura ecológica y con canales cortos de distribución, disminuyendo la energía consumida en transporte".
Y, por último,el documento e centra en que la ciudad debe desarrollar una campaña pedagógica en los centros de enseñanza, en medios de comunicación y a través de folletos, charlas y talleres dirigidas a la asociaciones sobre cómo las buenas prácticas individuales colaboran en la lucha contra el calentamiento global.
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