Los asegurados que no tienen derecho a la atención pública utilizan servicios del SAS principalmente para Urgencias, seguidas de consultas y tratamientos de quimioterapia
S. VALLEJO GRANADA / E. PRESS SEVILLA / S. V. GRANADA
Las personas que tienen un seguro privado de salud no tienen derecho a recibir asistencia en el sistema sanitario público. Pero hay ocasiones en las que pacientes privados terminan en un quirófano o una habitación del SAS, principalmente por procedimientos complejos o por dolencias que no pueden tratarse en los centros privados, además de por elección propia del paciente. Y esa atención que presta el SAS tiene un precio, que cobra a las compañías anualmente.
La facturación la realiza cada centro que ha recibido pacientes privados, cuya asistencia sanitaria está financiada por compañías sanitarias y aseguradoras. Según datos facilitados por Salud a este periódico, al año son cerca de 4 millones de euros lo que los centros del SAS en la provincia facturan a las compañías privadas por atender a sus pacientes. En concreto, en 2013 fueron 3.754.385 euros y en 2014 subió a 3.890.618.
La atención a pacientes privados se realiza en todos los niveles asistenciales, viéndose casos tanto en Atención Primaria como en Hospitalaria. A nivel de Primaria, según Salud, el grueso de la facturación es por el tratamiento de pacientes en los servicios de Urgencias. Lo mismo que sucede también en los hospitales, donde muchos pacientes privados llegan a estos servicios. Tras la atención urgente, principal demanda del paciente privado a la sanidad pública, la asistencia que este tipo de pacientes más utiliza en los hospitales del SAS en la provincia son las consultas de especialistas, los tratamientos de quimioterapia, los trastornos de hematíes, la atención médica a los casos de psicosis, las amenazas de aborto y las hemorragias intracraneales.
Para calcular el precio de los servicios que presta el SAS a pacientes privados, en 2005 Salud fijó los precios públicos de sus servicios prestados en centros de salud, hospitales, centros de transfusión y hasta transporte. Todo procedimiento está tasado, pero sólo se cobra a las personas que no tienen derecho a la atención en los centros públicos por pertenecer a una compañía privada, en casos en los que exista un tercero obligado al pago de la asistencia, como el caso de los accidentes laborales, o en caso de accidentes de tráfico, aunque con precios distintos. Por nivel de facturación, son los accidentes de tráfico son los que más atenciones con factura generan, seguidos de los accidentes laborales (luego paga la mutua de la patronal) y, por último, de los pacientes privados.
Cuando el paciente privado acude al hospital público, se realiza el procedimiento facturando a la compañía o al particular, que luego lo reclama a su seguro.
El precio se calcula según el proceso por el que haya acudido el paciente. Cada episodio está codificado y da lugar a un conjunto mínimo básico de datos (CMBD), que después junta procesos por Grupos Relacionados por Diagnóstico (GRD). Estos GRD incluyen los procesos completos desde el ingreso hasta el alta. Y hay más de 500. El sistema GRD lo inventaron precisamente en América para que las aseguradoras pagasen a los hospitales la atención prestada. Andalucía fue la primera comunidad del país que calculó los costes por GRD. En el resto se hacía calculando por estancia a coste medio, lo que se hace para los accidentes de tráfico.
Una vez calculado el precio, el centro emite una liquidación para que la aseguradora pague. Dinero que va a los Servicios Centrales del SAS como un ingreso más.
La facturación la realiza cada centro que ha recibido pacientes privados, cuya asistencia sanitaria está financiada por compañías sanitarias y aseguradoras. Según datos facilitados por Salud a este periódico, al año son cerca de 4 millones de euros lo que los centros del SAS en la provincia facturan a las compañías privadas por atender a sus pacientes. En concreto, en 2013 fueron 3.754.385 euros y en 2014 subió a 3.890.618.
La atención a pacientes privados se realiza en todos los niveles asistenciales, viéndose casos tanto en Atención Primaria como en Hospitalaria. A nivel de Primaria, según Salud, el grueso de la facturación es por el tratamiento de pacientes en los servicios de Urgencias. Lo mismo que sucede también en los hospitales, donde muchos pacientes privados llegan a estos servicios. Tras la atención urgente, principal demanda del paciente privado a la sanidad pública, la asistencia que este tipo de pacientes más utiliza en los hospitales del SAS en la provincia son las consultas de especialistas, los tratamientos de quimioterapia, los trastornos de hematíes, la atención médica a los casos de psicosis, las amenazas de aborto y las hemorragias intracraneales.
Para calcular el precio de los servicios que presta el SAS a pacientes privados, en 2005 Salud fijó los precios públicos de sus servicios prestados en centros de salud, hospitales, centros de transfusión y hasta transporte. Todo procedimiento está tasado, pero sólo se cobra a las personas que no tienen derecho a la atención en los centros públicos por pertenecer a una compañía privada, en casos en los que exista un tercero obligado al pago de la asistencia, como el caso de los accidentes laborales, o en caso de accidentes de tráfico, aunque con precios distintos. Por nivel de facturación, son los accidentes de tráfico son los que más atenciones con factura generan, seguidos de los accidentes laborales (luego paga la mutua de la patronal) y, por último, de los pacientes privados.
Cuando el paciente privado acude al hospital público, se realiza el procedimiento facturando a la compañía o al particular, que luego lo reclama a su seguro.
El precio se calcula según el proceso por el que haya acudido el paciente. Cada episodio está codificado y da lugar a un conjunto mínimo básico de datos (CMBD), que después junta procesos por Grupos Relacionados por Diagnóstico (GRD). Estos GRD incluyen los procesos completos desde el ingreso hasta el alta. Y hay más de 500. El sistema GRD lo inventaron precisamente en América para que las aseguradoras pagasen a los hospitales la atención prestada. Andalucía fue la primera comunidad del país que calculó los costes por GRD. En el resto se hacía calculando por estancia a coste medio, lo que se hace para los accidentes de tráfico.
Una vez calculado el precio, el centro emite una liquidación para que la aseguradora pague. Dinero que va a los Servicios Centrales del SAS como un ingreso más.
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