La actuación, enmarcada dentro de los 900.000 euros que la
Consejería de Medio Ambiente destinó a la zona, eleva el nivel de algunos
invernaderos
DAMIÁN RUIZ FÁJULA | MOTRIL
Excavadoras penetran en los barrancos secundarios que confluyen en la rambla de Albuñol. / Javier Martín
La naturaleza es imprevisible, pero en Albuñol pretenden
plantarle cara para evitar que vuelvan a producirse los efectos de la riada del
pasado 7 de septiembre, que arrasó todo a su paso por la rambla que transita a
su vera y se cobró la vida de tres personas, además de borrar del mapa a
multitud de invernaderos que se encontraban listos para afrontar la temporada
de cosechas. Así, la Junta ha iniciado hace una semana el arreglo de los
barrancos secundarios que desembocan en el cauce albuñolense como parte del
montante de 900.000 euros que la Consejería de Medio Ambiente ha destinado para
mitigar los daños de la zona afectada, los cuales incluyen también la
construcción de un muro de contención que se efectuará en los próximos días.
Basta con acercarse a Albuñol para cerciorarse que la
actividad no para. En la carretera A-345 que une al pueblo con la autovía A-7
el tránsito de vehículos y operarios que, casi tres meses después, tratan de
devolver la normalidad al lugar es incesante. Varios grupos de excavadoras
penetran en algunos de los barrancos más afectados para retirar el lodo y todo
el material arrastrado para introducirlos más tarde en un camión.
¿Y luego? «Hay gente que aprovecha esta tierra para subir el
invernadero unos cuantos metros; hay llanos enteros en los que antes se
encontraban algunas de estas fincas y que fueron arrasados, por lo que les
ponemos tierras para que no vuelva a ocurrir», explica Javier Pérez, trabajador
de Hermacasti, empresa que se encarga del traslado de los sedimentos a dichos
terraplenes. Francisco Pérez, conductor de uno de los camiones, comenta
mientras desescombra la utilidad del asunto: «Sacamos ese lodo que metió el
agua en el barranco y lo llevamos aquí porque hay algún dueño que quiera echar
el fango para hacer un nuevo invernadero, ya que es una tierra próspera».
Arriba: algunas fincas suben el nivel de la base para ganar
seguridad. Bajo derecha: Operarios trabajan para arreglar las viondas de la
A-365. Bajo izquierda: Invernadero sobre el que vierten los lodos de la rambla.
Arriba: algunas fincas suben el nivel de la base para ganar seguridad. Bajo
derecha: Operarios trabajan para arreglar las viondas de la A-365. Bajo
izquierda: Invernadero sobre el que vierten los lodos de la rambla. Arriba:
algunas fincas suben el nivel de la base para ganar seguridad. Bajo derecha:
Operarios trabajan para arreglar las viondas de la A-365. Bajo izquierda:
Invernadero sobre el que vierten los lodos de la rambla.
AL DETALLE
La explicación de por qué esto se realiza en unos
invernaderos, especialmente en los ubicados en el Pago de la Luna, y no en
otros la proporciona la Consejería de Medio Ambiente de la Junta. «El nivel de
la rambla es bajo en algunos tramos, por lo que todos los acarreos se depositan
en su firme para subir el nivel y, en caso de una nueva riada, no vuelvan a
producirse los destrozos de septiembre, ya que con un nivel más alto no hubiera
ocurrido esto», señalan, al mismo tiempo que inciden en que son «los propios
particulares» quienes han solicitado el traslado de cualquier material a su
terreno. «El Dominio Público Hidráulico lo ha autorizado», recalcan.
El secretario provincial de COAG, Miguel Monferrer, asegura
que los invernaderos que están realizando esta práctica «son por ahora unos
cinco», aunque no se descartan más. «Estos cultivos en la rambla siempre fueron
al aire libre, después se pusieron murallones de defensa y luego la carretera
hacia Albuñol, por lo que muchos están por debajo del nivel del desagüe del
barranco».
Ayudas
«Hemos tenido suerte, aunque no me puedo acoger a ninguna
ayuda al sólo verse afectada mi finca en un 10%, pero no puedo quejarme mucho»,
afirma una copropietaria de una explotación de tomates cherrys situada unos dos
metros por debajo del nivel y junto uno de los invernaderos arrasados y sobre
el que ahora se vuelcan toneladas de tierra para subirlo. «La carretera nos
protegió, pero muchos otros lo perdieron todo».Más allá de las obras de
reparación de la zona devastada por la tromba de agua, con las que, incide la
Consejería de Medio Ambiente, «se pretende alcanzar algo de profundidad en la
rambla para evitar nuevos daños», queda pendiente el tema de las ayudas a los
afectados. La alcaldesa de Albuñol, Mª José Sánchez, espera que tal línea de
actuación a los perjudicados llegue «a mitad de diciembre». «Esperamos a que
salga la orden para abrir de nuevo la oficina por daños por temporales, para
que todos aquellos afectados se acojan... permanecemos, por tanto, a la
expectativa de que salgan esas ayudas para las explotaciones agrarias,
comunidades de regantes y caminos rurales, aunque habrá que ver los términos para
quienes quieran aplicar a ellas», agrega.
Sobre esta cuestión, Miguel Monferrer denuncia que existen
«unos 20 invernaderos en el Pago de la Luna que están rotos, sin tocar desde
entonces, y que esperan ayuda por parte de la Junta, habiendo incluso propuesta
de borrador del Gobierno andaluz».
En relación a las actuaciones sobre la cuenca de la rambla,
Sánchez destaca que el Ayuntamiento y la Consejería «estamos trabajando para
que queden mejor ante una posible avenida de cara a garantizar la seguridad
para la población y las explotaciones agrarias». Asimismo, confirma que el
Consistorio ha negociado «la realización de alguna actuación más, tales como
los muros de construcción que se reformarán próximamente; llevábamos dos meses
esperando la limpieza de los barrancos que acometimos de urgencia para abrir
paso al agua, y no queremos que se vuelva a producir de nuevo todo aquello».
Afectados
Albuñol no es el único término municipal afectado por las
riadas que acontecieron en septiembre. En Carchuna, resalta Monferrer, «se
produjo un desbordamiento, especialmente por una rambla, la de la Coronela, en
la que la fuerza del agua rompió un muro de contención y entró», si bien,
«ahora está con normalidad, a excepción del invernadero pegado al muro». «Las
plantaciones se van a retrasar pero las recién plantadas, como posteriormente
hizo buen tiempo, el agua y la tierra que les entró se secó y no hubo problemas
de suelo y raíces... hubo menos arrastre de tierra y, por tanto, menos pérdidas
de cosecha».
Otras zona dañada es la que hay en torno a la autovía del
Mediterráneo A-7 que ha provocado multitud de quejas por la construcción
tapando barrancos del lugar que realizaban la función de desagüe. «Sitios como
La Mamola, Castell de Ferro, Melicena y Los Yesos se han visto afectados por
desprendimientos; la gente hizo el esfuerzo con sus propios medios, pero los
desagües de la A-7 les siguen afectando... esta orografía potencia que cuando
llueve fuerte haga bastante daño», expresa el secretario de COAG, quien anuncia
que desde la coordinadora «planteamos realizar una reclamación a Fomento, ya
que tanto la agricultura como los caminos rurales han sido víctima de las
riadas». Mientras llegan o no las ayudas, Albuñol se da prisa estos días para
que la lluvia no les vuelva a dar otro susto. Todo sea por evitar las consecuencias
de otra nube negra.
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