VICENTE USEROSValencia
¿A quién le pueden interesar nuestros hábitos de vida
-alimentarios y deportivos-, si padecemos altas tasas de colesterol, si somos
enfermos crónicos como hipertensos, celíacos, diabéticos o asmáticos? La
respuesta es simple: a muchasempresas que pagan ingentes cantidades de
dinero por descubrir el estado personal de salud de cada uno de
nosotros.
Los expertos en seguridad y vigilancia de información
sanitaria, que han celebrado una de sus últimas jornadas en Valencia, ya hablan
de un 'mercado negro' de datos de salud y de ciberataques a hospitales
y clínicas para obtener bases de datos de las que luego obtienen
beneficios económicos.
El presidente de la Asociación Profesional Española de
Privacidad (APEP), Ricard Martínez, confirma que la documentación que
recogen los médicos y los sanitarios en los hospitales irá desapareciendo de
forma progresiva en la próxima década porque «las historias clínicas
tendrán formatos electrónicos, hasta el punto de que en 2020 se espera que esta
información sanitaria estará unificada para toda España y para toda la Unión
Europea».
Un reto que primero debe resolverse en la Comunidad
Valenciana donde cohabitan varios sistemas informáticos sanitarios como el
Abucasis, Orión o Gaia... Sin embargo, Martínez confía en que estas
programaciones se harán compatibles y se generará el big data al que habrá que
proteger de todo tipo de intrusiones para no exponer la información
confidencial de la población.
Sobre los interesados en estas bases de datos destacan «los
gestores de la sanidad pública y privada que quieren aplicarlos a sus estudios
e investigaciones,detectives informáticos que viven de vender información
por encargo, los creadores de aplicaciones para móviles (generadores de
apps) o los data brokers que pretenden explotar el comercio de la salud»,
describe el presidente de Apep.
Si esta tendencia se extrapola a las empresas, Ricard
Martínez incluye a «la industria farmacéutica, las aseguradoras, las empresas
de fabricación y distribución alimentaria y las empresas interesadas en la
banca scoring que recopilan información para luego venderla a terceros».
Por su parte, el presidente de la Asociación de Auditoría y
Control de Sistemas de Información (ISACA), Roberto Soriano, advierte de que
los datos de salud de personas «se están pagando en internet por hasta 50
dólares, y por información robada de tarjetas de crédito entre 0,25 y 70
dólares». Unas cuantías que demuestran que el interés por esta información, que
debería ser confidencial, aumenta día a día de forma imparable.
Ante esta creciente demanda, el sector ya ha asumido el
peligro de la intromisión en sus bases de datos. De hecho, «ocho de cada
diez empresas esperan sufrir un ciberataque, cinco de cada diez invertirán
mas en ciberseguridad, nueve de cada diez reconocen no disponer de personal
capacitado y cuatro de cada diez se sienten capaces de hacer frente a un
ataque», confirma Roberto Soriano.
Los especialistas aclaran que no sólo hay que tener en
cuenta la amenaza a la que se exponen las historias clínicas, que son datos
altamente sensibles porque de su accesibilidad e integridad depende la
propia vida del paciente, sino otra información relacionada con la salud.
Como la que disponen las organizaciones -por ejemplo, las aseguradoras- o la
que manejan algunas wereables, dispositivos como, por ejemplo, relojes que son
capaces que captar y transferir datos sobre nuestras constantes vitales a
terceros.
Operaciones
A este flujo de datos hay que añadir además la información
que viaja telemáticamente cuando se realizan operaciones quirúrgicas a
distancia, o la que se utiliza para trabajos de investigación, manejando
enormes cantidades de datos big data, o la que se tiene en cuenta para un
diagnóstico en el que participan distintos equipos de todo el mundo.
De ahí que los responsables de las asociaciones de seguridad
informática recuerden la necesidad de que tanto el sector público como
el privado de la sanidad están obligados a disponer de personal y dispositivos
para una buena gestión de los datos personales relacionados con la
salud que se transmiten en la sociedad moderna, donde el almacenamiento y tratamiento
informático está generalizado y crece exponencialmente la transferencia de
datos de unos lugares a otros.
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