Adelanta que la Consejería trabaja en un diálogo entre el poeta y Picasso. Aguilar ve el sector "ilusionado, consciente de su potencial, pero también muy dañado por el Gobierno central".
B. ORTIZ · CH. RAMOS / SEVILLA
Rosa Aguilar (Córdoba, 1957) afronta una nueva etapa en su larga carrera política, en la que ha sido, entre otras ocupaciones, alcaldesa de su ciudad natal, consejera de Obras Públicas y Vivienda y ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. En esta entrevista, Aguilar analiza los desafíos a los que se enfrenta en su cargo actual.
-¿Cómo se ha encontrado el sector en los primeros contactos desde la Consejería?
-Yo tengo que decir que el sector no me era ajeno, porque habíamos trabajado mucho con él en mi etapa como alcaldesa. No hay que olvidar que en Córdoba presentamos la candidatura de la ciudad para la capitalidad cultural en 2016. En este nuevo acercamiento, he visto a un sector ilusionado, consciente de su propio potencial, de su fuerza, pero a la par gravemente perjudicado por decisiones del Gobierno. No sólo por el IVA, ese 21% que ha perjudicado gravemente a los trabajadores, que ha provocado la desaparición de miles de empresas pequeñitas en el país; también está el hecho de que el Gobierno renunciara a hacer la Ley de Mecenazgo, que ha sido otro mazazo. Parece que en la política del Partido Popular estaba premeditado golpear a un sector crítico, que ejerce la libertad y la palabra, y eso incomoda y no gusta al PP.
-¿Y en qué medida se puede responder a esta situación desde la Consejería?
-Yo me he marcado como propósitos hacer de la cultura un pilar esencial del desarrollo económico, algo que ya es pero a lo que hay que dar visibilidad, conceder la importancia que tiene, que es muchísima, y también hacer de la cultura un derecho de la ciudadanía. Sin lugar a dudas, los retornos de la inversión económica en la cultura son enormes: no sólo hay que medirlos en términos económicos, sino también turísticos, y en términos de ciudadanía: la cultura nos hace crecer, nos hace mejores, y eso es un valor que no se puede medir, el cómo incide en cada ser humano.
-Para que haya un retorno, como dice, tiene que haber una inversión. ¿Usted se siente satisfecha con los presupuestos de este año?
-Yo siempre digo que ante unos presupuestos, cualquier consejero siempre quiere más, pero también somos realistas sobre el momento en el que estamos. Es verdad que podemos hacer muchas cosas con aquello que tenemos y debemos optimizar los recursos. Ahí viene también el elemento esencial de la Ley de Mecenazgo, que en Andalucía queremos abordar para sumar recursos a los recursos. Y además hay otro factor destacable: la presidenta valora la cultura como una pieza importante en el nuevo modelo de desarrollo económico que estamos impulsando, y encontramos apoyos para el sector en áreas como Turismo, Empleo, Economía. Ahí va a estar también la cultura. Y también va a estar presente en el área educativa. Cultura y Educación vamos de la mano para potenciar el desarrollo humano, individual y colectivo. Los presupuestos de Cultura no se pueden leer aisladamente, hay que leerlos de manera transversal.
-En el caso de que de las elecciones del 20 de diciembre saliera un Gobierno socialista, ¿ha hablado con su partido de la ampliación del Bellas Artes de Sevilla como una prioridad?
-No hay que olvidar que fue un Gobierno socialista el que contempló durante varios años recursos para acometer la ampliación. No me cabe la menor duda de que con un Gobierno socialista se apoyará esta reforma. El Bellas Artes tiene un potencial extraordinario que repercutirá no sólo en Sevilla o Andalucía sino en toda España, y desde esa perspectiva tenemos que alcanzar un acuerdo.
-Gabriele Finaldi, el director de la National Gallery, afirmaba el otro día que para que un museo tenga repercusión nacional e internacional debía desarrollar una programación de actividades. Esa parte sí le compete a la consejería.
-El acto que hemos celebrado el otro día con los Reyes [la concesión de las Medallas al Mérito en las Bellas Artes] reunió a todas las administraciones, y eso quiere decir que hay espacio de diálogo en torno a la ampliación. Por otra parte, tenemos en el 2017 el cuarto centenario de Murillo. Es una oportunidad de oro para el Bellas Artes. Ahora hay una serie de actividades cuya sede natural sería el Bellas Artes pero que no se pueden hacer por falta de espacio. 2016 debe ser un tiempo en el que se despeje todo lo que significa la ampliación, y 2017 tiene que ser un gran momento con el aniversario de Murillo. No podemos desaprovechar este tiempo venidero.
-El otro día firmó un protocolo con el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, por el que a partir de marzo la Junta empezará a gestionar el Museo de Málaga.
-Hay una cosa que debe quedar clara, que Málaga tendrá las puertas de su museo abiertas en 2016. Pero vamos a llevar a cabo el proyecto con rigor, no vamos a correr ahora más de la cuenta. El museo combina fondos del Arqueológico con el del Bellas Artes, hay muchas piezas y hay que cuidarlo todo. Vamos a hacer las cosas bien para que la ciudadanía se reconozca en un museo por el que ha luchado. Por cierto, tuvo que venir un Gobierno socialista para que la Aduana fuese el edificio elegido. Los Gobiernos del PP dijeron que no reiteradamente, y eso provocó una movilización de la ciudadanía. Yo creo que eso fue un momento histórico: no todos los días hay diez mil ciudadanos en la calle reivindicando un museo.
-Desde el Maestranza se prepara un plan de viabilidad para hacer frente a la deuda que tiene el teatro. ¿Qué tiene que decir la consejera ante esta situación?
-Por un lado, cuando las administraciones hacen unas aportaciones y un presupuesto hay que adaptarse a ello e intentar hacer una programación de excelencia. Yo diría, en torno al Maestranza, que hay que tener tranquilidad, que las administraciones vamos a seguir dando una respuesta para que haya una oferta seria. Tendremos que buscar nuevas formas para optimizar los recursos.
-Se habla siempre para mal de la herencia recibida. Pero hay algunas buenas, sin duda: la red de teatros que conforman el Central, el Alhambra y el Cánovas tiene un público devoto y una programación reconocida.
-Yo pienso que cuando llegas a un lugar hay que impulsar aquello que funciona. En materia de teatro, qué duda cabe que la Junta ha consolidado, con su apuesta clara en el Central, en el Cánovas, en el Alhambra, tres teatros que son un referente en cuanto a programación. Ahora el Cánovas es un modelo en teatro infantil, estamos fomentando además el contacto de los niños y las niñas con los actores, porque son los espectadores del futuro. Y es verdad que con la programación del Central y del Alhambra los teatros se llenan. Vienen además grandes compañías que depositan su confianza en lo que hacemos. La respuesta nos dice que estamos en el buen camino.
-Se ha reunido con los profesionales del teatro y la danza para desarrollar una Ley de las Artes Escénicas, y el proyecto de la Ley del Cine está ya avanzado. Pero, ¿cómo podríamos explicar a los lectores en qué beneficia a estos ámbitos dos normativas como éstas?
-Se trata de plantear un marco que dé estabilidad. Con la gente de las artes escénicas estamos en un diálogo casi permanente para conformar una ley que será pionera en España y será la resultante de lo que acordemos con el sector, lo mismo que la Ley del Cine, que pronto irá al Consejo de Gobierno. La industria del cine es increíblemente potente, y queremos que mire hacia Andalucía, que sepa que en Andalucía tiene su lugar. Pero no aspiramos sólo a que la región sea un plató. Le vamos a garantizar a nuestros creadores apoyo, respaldo y visibilidad, abrirles posibilidades de negocio; es una normativa que va a conseguirles unos derechos y unas oportunidades. Nuestro interés se traduce también en la presencia en festivales, y nuestra voluntad es estar en el de Málaga, no con actividades paralelas como hasta ahora sino integrándonos en la programación.
-Hace poco se cumplieron los cinco años del nombramiento del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y algunos profesionales de este ámbito se quejaron de que la distinción no había servido para incrementar el apoyo a esta disciplina.
-El nombramiento fue un salto cualitativo, era el reconocimiento de todo lo que significa el flamenco como patrimonio y de los hombres y mujeres que llevaban años dedicando su vida a ello y no habían sido reconocidos colectivamente. Fue una alegría enorme, aunque también es verdad que no era la respuesta a todos los problemas. Pero para ir avanzando era importante un reconocimiento expreso a lo que es una de nuestras señas de identidad. Sí que hay muchas actividades en torno al flamenco, nosotros nos volcamos con él porque sabemos que forma parte del ADN de nuestra comunidad.
-Quizás esta convicción haga que los creadores de otras disciplinas no tengan tanto respaldo como los de flamenco. Con respecto al arte contemporáneo, por ejemplo, ¿qué medidas se contemplan en la consejería?
-Aquí podemos hablar del Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, el C4, en Córdoba, que va a ser un punto de referencia. Estamos reuniéndonos para darle unos contenidos al centro, donde los artistas se sientan protagonistas y donde los jóvenes tengan su espacio. Queremos becar a jóvenes, vamos a buscar patrocinios de entidades, para que puedan estar allí creando, para facilitar residencias. Los jóvenes son una prioridad, igual que impulsar la presencia de mujeres. Un detalle destacable es que tenemos políticas de género en todos los ámbitos de la cultura. En el flamenco estamos trabajando en este sentido. Colaboramos con el Instituto Andaluz de la Mujer, y con el Instituto Andaluz de la Juventud, y hemos convocado un concurso de letras contra el machismo y la violencia de género, y se fallará este concurso el 8 de marzo. En el CAAC también se ha hecho una apuesta por los jóvenes. Queremos hacer un trabajo, en este sentido, con los museos andaluces en los que está la Junta.
-¿Cómo van las negociaciones para traer al Centro Lorca el legado del poeta?
-Estamos trabajando para que se produzca una pronta solución al respecto. El lugar natural del legado, para lo que fue pensado el Centro Lorca, es Granada, y yo estoy convencida de que todos estamos haciendo el mayor de los esfuerzos para que Andalucía tenga ese legado con todo lo que significaría. También tengo que decir que la experiencia de trabajo que estamos haciendo en el Picasso está siendo extraordinaria, constructiva, con la mejor disposición de la familia. Eso va a repercutir en que vamos a dar saltos importantes. Hay un aspecto del museo que a mí me interesa particularmente: la apuesta, con la ayuda de la Fundación La Caixa, por lo social. Al Picasso están yendo niños y niñas que sin este programa igual no se acercarían al museo, y quién sabe si alguno de ellos se convierte en un gran artista. Un proyecto en el que trabajamos es un diálogo entre Lorca y Picasso, pero para eso tenemos que conseguir el legado. Queremos sacar partido a nuestros creadores y ponerlos a conversar a lo largo de Andalucía. Las ciudades no pueden ser tomadas de una en una: tenemos la obligación de acercar a todas las ciudades toda la riqueza, el caudal de la cultura andaluza.
-¿Cómo se ha encontrado el sector en los primeros contactos desde la Consejería?
-Yo tengo que decir que el sector no me era ajeno, porque habíamos trabajado mucho con él en mi etapa como alcaldesa. No hay que olvidar que en Córdoba presentamos la candidatura de la ciudad para la capitalidad cultural en 2016. En este nuevo acercamiento, he visto a un sector ilusionado, consciente de su propio potencial, de su fuerza, pero a la par gravemente perjudicado por decisiones del Gobierno. No sólo por el IVA, ese 21% que ha perjudicado gravemente a los trabajadores, que ha provocado la desaparición de miles de empresas pequeñitas en el país; también está el hecho de que el Gobierno renunciara a hacer la Ley de Mecenazgo, que ha sido otro mazazo. Parece que en la política del Partido Popular estaba premeditado golpear a un sector crítico, que ejerce la libertad y la palabra, y eso incomoda y no gusta al PP.
-¿Y en qué medida se puede responder a esta situación desde la Consejería?
-Yo me he marcado como propósitos hacer de la cultura un pilar esencial del desarrollo económico, algo que ya es pero a lo que hay que dar visibilidad, conceder la importancia que tiene, que es muchísima, y también hacer de la cultura un derecho de la ciudadanía. Sin lugar a dudas, los retornos de la inversión económica en la cultura son enormes: no sólo hay que medirlos en términos económicos, sino también turísticos, y en términos de ciudadanía: la cultura nos hace crecer, nos hace mejores, y eso es un valor que no se puede medir, el cómo incide en cada ser humano.
-Para que haya un retorno, como dice, tiene que haber una inversión. ¿Usted se siente satisfecha con los presupuestos de este año?
-Yo siempre digo que ante unos presupuestos, cualquier consejero siempre quiere más, pero también somos realistas sobre el momento en el que estamos. Es verdad que podemos hacer muchas cosas con aquello que tenemos y debemos optimizar los recursos. Ahí viene también el elemento esencial de la Ley de Mecenazgo, que en Andalucía queremos abordar para sumar recursos a los recursos. Y además hay otro factor destacable: la presidenta valora la cultura como una pieza importante en el nuevo modelo de desarrollo económico que estamos impulsando, y encontramos apoyos para el sector en áreas como Turismo, Empleo, Economía. Ahí va a estar también la cultura. Y también va a estar presente en el área educativa. Cultura y Educación vamos de la mano para potenciar el desarrollo humano, individual y colectivo. Los presupuestos de Cultura no se pueden leer aisladamente, hay que leerlos de manera transversal.
-En el caso de que de las elecciones del 20 de diciembre saliera un Gobierno socialista, ¿ha hablado con su partido de la ampliación del Bellas Artes de Sevilla como una prioridad?
-No hay que olvidar que fue un Gobierno socialista el que contempló durante varios años recursos para acometer la ampliación. No me cabe la menor duda de que con un Gobierno socialista se apoyará esta reforma. El Bellas Artes tiene un potencial extraordinario que repercutirá no sólo en Sevilla o Andalucía sino en toda España, y desde esa perspectiva tenemos que alcanzar un acuerdo.
-Gabriele Finaldi, el director de la National Gallery, afirmaba el otro día que para que un museo tenga repercusión nacional e internacional debía desarrollar una programación de actividades. Esa parte sí le compete a la consejería.
-El acto que hemos celebrado el otro día con los Reyes [la concesión de las Medallas al Mérito en las Bellas Artes] reunió a todas las administraciones, y eso quiere decir que hay espacio de diálogo en torno a la ampliación. Por otra parte, tenemos en el 2017 el cuarto centenario de Murillo. Es una oportunidad de oro para el Bellas Artes. Ahora hay una serie de actividades cuya sede natural sería el Bellas Artes pero que no se pueden hacer por falta de espacio. 2016 debe ser un tiempo en el que se despeje todo lo que significa la ampliación, y 2017 tiene que ser un gran momento con el aniversario de Murillo. No podemos desaprovechar este tiempo venidero.
-El otro día firmó un protocolo con el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, por el que a partir de marzo la Junta empezará a gestionar el Museo de Málaga.
-Hay una cosa que debe quedar clara, que Málaga tendrá las puertas de su museo abiertas en 2016. Pero vamos a llevar a cabo el proyecto con rigor, no vamos a correr ahora más de la cuenta. El museo combina fondos del Arqueológico con el del Bellas Artes, hay muchas piezas y hay que cuidarlo todo. Vamos a hacer las cosas bien para que la ciudadanía se reconozca en un museo por el que ha luchado. Por cierto, tuvo que venir un Gobierno socialista para que la Aduana fuese el edificio elegido. Los Gobiernos del PP dijeron que no reiteradamente, y eso provocó una movilización de la ciudadanía. Yo creo que eso fue un momento histórico: no todos los días hay diez mil ciudadanos en la calle reivindicando un museo.
-Desde el Maestranza se prepara un plan de viabilidad para hacer frente a la deuda que tiene el teatro. ¿Qué tiene que decir la consejera ante esta situación?
-Por un lado, cuando las administraciones hacen unas aportaciones y un presupuesto hay que adaptarse a ello e intentar hacer una programación de excelencia. Yo diría, en torno al Maestranza, que hay que tener tranquilidad, que las administraciones vamos a seguir dando una respuesta para que haya una oferta seria. Tendremos que buscar nuevas formas para optimizar los recursos.
-Se habla siempre para mal de la herencia recibida. Pero hay algunas buenas, sin duda: la red de teatros que conforman el Central, el Alhambra y el Cánovas tiene un público devoto y una programación reconocida.
-Yo pienso que cuando llegas a un lugar hay que impulsar aquello que funciona. En materia de teatro, qué duda cabe que la Junta ha consolidado, con su apuesta clara en el Central, en el Cánovas, en el Alhambra, tres teatros que son un referente en cuanto a programación. Ahora el Cánovas es un modelo en teatro infantil, estamos fomentando además el contacto de los niños y las niñas con los actores, porque son los espectadores del futuro. Y es verdad que con la programación del Central y del Alhambra los teatros se llenan. Vienen además grandes compañías que depositan su confianza en lo que hacemos. La respuesta nos dice que estamos en el buen camino.
-Se ha reunido con los profesionales del teatro y la danza para desarrollar una Ley de las Artes Escénicas, y el proyecto de la Ley del Cine está ya avanzado. Pero, ¿cómo podríamos explicar a los lectores en qué beneficia a estos ámbitos dos normativas como éstas?
-Se trata de plantear un marco que dé estabilidad. Con la gente de las artes escénicas estamos en un diálogo casi permanente para conformar una ley que será pionera en España y será la resultante de lo que acordemos con el sector, lo mismo que la Ley del Cine, que pronto irá al Consejo de Gobierno. La industria del cine es increíblemente potente, y queremos que mire hacia Andalucía, que sepa que en Andalucía tiene su lugar. Pero no aspiramos sólo a que la región sea un plató. Le vamos a garantizar a nuestros creadores apoyo, respaldo y visibilidad, abrirles posibilidades de negocio; es una normativa que va a conseguirles unos derechos y unas oportunidades. Nuestro interés se traduce también en la presencia en festivales, y nuestra voluntad es estar en el de Málaga, no con actividades paralelas como hasta ahora sino integrándonos en la programación.
-Hace poco se cumplieron los cinco años del nombramiento del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y algunos profesionales de este ámbito se quejaron de que la distinción no había servido para incrementar el apoyo a esta disciplina.
-El nombramiento fue un salto cualitativo, era el reconocimiento de todo lo que significa el flamenco como patrimonio y de los hombres y mujeres que llevaban años dedicando su vida a ello y no habían sido reconocidos colectivamente. Fue una alegría enorme, aunque también es verdad que no era la respuesta a todos los problemas. Pero para ir avanzando era importante un reconocimiento expreso a lo que es una de nuestras señas de identidad. Sí que hay muchas actividades en torno al flamenco, nosotros nos volcamos con él porque sabemos que forma parte del ADN de nuestra comunidad.
-Quizás esta convicción haga que los creadores de otras disciplinas no tengan tanto respaldo como los de flamenco. Con respecto al arte contemporáneo, por ejemplo, ¿qué medidas se contemplan en la consejería?
-Aquí podemos hablar del Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, el C4, en Córdoba, que va a ser un punto de referencia. Estamos reuniéndonos para darle unos contenidos al centro, donde los artistas se sientan protagonistas y donde los jóvenes tengan su espacio. Queremos becar a jóvenes, vamos a buscar patrocinios de entidades, para que puedan estar allí creando, para facilitar residencias. Los jóvenes son una prioridad, igual que impulsar la presencia de mujeres. Un detalle destacable es que tenemos políticas de género en todos los ámbitos de la cultura. En el flamenco estamos trabajando en este sentido. Colaboramos con el Instituto Andaluz de la Mujer, y con el Instituto Andaluz de la Juventud, y hemos convocado un concurso de letras contra el machismo y la violencia de género, y se fallará este concurso el 8 de marzo. En el CAAC también se ha hecho una apuesta por los jóvenes. Queremos hacer un trabajo, en este sentido, con los museos andaluces en los que está la Junta.
-¿Cómo van las negociaciones para traer al Centro Lorca el legado del poeta?
-Estamos trabajando para que se produzca una pronta solución al respecto. El lugar natural del legado, para lo que fue pensado el Centro Lorca, es Granada, y yo estoy convencida de que todos estamos haciendo el mayor de los esfuerzos para que Andalucía tenga ese legado con todo lo que significaría. También tengo que decir que la experiencia de trabajo que estamos haciendo en el Picasso está siendo extraordinaria, constructiva, con la mejor disposición de la familia. Eso va a repercutir en que vamos a dar saltos importantes. Hay un aspecto del museo que a mí me interesa particularmente: la apuesta, con la ayuda de la Fundación La Caixa, por lo social. Al Picasso están yendo niños y niñas que sin este programa igual no se acercarían al museo, y quién sabe si alguno de ellos se convierte en un gran artista. Un proyecto en el que trabajamos es un diálogo entre Lorca y Picasso, pero para eso tenemos que conseguir el legado. Queremos sacar partido a nuestros creadores y ponerlos a conversar a lo largo de Andalucía. Las ciudades no pueden ser tomadas de una en una: tenemos la obligación de acercar a todas las ciudades toda la riqueza, el caudal de la cultura andaluza.
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