El Consejo de Patrimonio aprobó ayer la opción cordobesa como candidata española a la Lista de la Unesco para el año 2017
V. GOMARIZ BELDA GRANADA 
El Consejo de Patrimonio Histórico, celebrado ayer en Córdoba, aprobó la presentación de la ciudad califal de Medina Azahara como candidata por España a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en 2017. Una decisión que ratifica la determinación de noviembre de 2014, cuando la candidatura de la Alpujarra quedó en el cajón a beneficio de la aspirante cordobesa. De este modo, queda patente el exitoso recorrido de Medina Azahara frente a la opción granadina que cayó en saco roto tras un desencuentro institucional entre la Junta de Andalucía y la Diputación de Granada -administración proponiente del proyecto-.
Un rifirrafe motivado también por el conflicto que saltó días antes de la designación en distintos ayuntamientos de la comarca granadina, con ediles populares incluidos, en contra de que la Alpujarra fuera declarada Patrimonio de la Humanidad.
Mientras que Córdoba ya encara la recta final para alcanzar el marchamo de la Unesco, el proyecto de la Alpujarra prosigue su recorrido en los despachos. Aunque las conversaciones en el ámbito municipal continúan, no se han dado grandes pasos desde que el PP dejara el gobierno de la Diputación el pasado año.
Se llegó a hablar de circunscribir la mención a los tres pueblos del barranco del Poqueira (Capileira, Bubión y Pampaneira) pero poco más. Cabe destacar que esa extensión geográfica ya está acostumbrada a indicadores de especial protección al contar como Bien de Interés Cultural (BIC).
En esta cuestión, el equipo dirigido por el socialista José Entrena tiene como misión retomar las conversaciones con todos los agentes implicados para replantear el proyecto. Bajo la premisa de que todos tengan voz y voto trabaja la Diputación.
Mientras tanto, Medina Azahara se somterá ahora a un complejo proceso de evaluación por parte de la Unesco. A primeros del año que viene se presentará el expediente definitivo ante el Centro de Patrimonio Mundial. A finales de 2017, la candidatura recibirá in situ la misión de evaluación de Icomos, y finalmente, será en 2018 cuando el Comité de Patrimonio evaluará y aprobará, en su caso, definitivamente la candidatura como Patrimonio Mundial de la Unesco.
La propuesta de Medina Azahara, impulsada por la Junta, simboliza y conserva la ciudad palatina del Califato de Córdoba, que constituye un ejemplo único y excepcional de la planificación urbana de la ciudad islámica de al-Andalus y de su contexto territorial en el siglo X, en una etapa crucial de su evolución.
Por otro lado, se encuentra la candidatura de los Dólmenes de Antequera, motivada también por el Gobierno andaluz. En la sesión de ayer se informó de que será evaluada durante la próxima sesión del Comité de Patrimonio Mundial, que se celebrará del 10 al 20 de julio de este año en Estambul (Turquia). Ante este panorama, tanto la opción cordobesa como la malagueña han adelantado en el escalón de prioridad de la Unesco a la Alpujarra.
Un rifirrafe motivado también por el conflicto que saltó días antes de la designación en distintos ayuntamientos de la comarca granadina, con ediles populares incluidos, en contra de que la Alpujarra fuera declarada Patrimonio de la Humanidad.
Mientras que Córdoba ya encara la recta final para alcanzar el marchamo de la Unesco, el proyecto de la Alpujarra prosigue su recorrido en los despachos. Aunque las conversaciones en el ámbito municipal continúan, no se han dado grandes pasos desde que el PP dejara el gobierno de la Diputación el pasado año.
Se llegó a hablar de circunscribir la mención a los tres pueblos del barranco del Poqueira (Capileira, Bubión y Pampaneira) pero poco más. Cabe destacar que esa extensión geográfica ya está acostumbrada a indicadores de especial protección al contar como Bien de Interés Cultural (BIC).
En esta cuestión, el equipo dirigido por el socialista José Entrena tiene como misión retomar las conversaciones con todos los agentes implicados para replantear el proyecto. Bajo la premisa de que todos tengan voz y voto trabaja la Diputación.
Mientras tanto, Medina Azahara se somterá ahora a un complejo proceso de evaluación por parte de la Unesco. A primeros del año que viene se presentará el expediente definitivo ante el Centro de Patrimonio Mundial. A finales de 2017, la candidatura recibirá in situ la misión de evaluación de Icomos, y finalmente, será en 2018 cuando el Comité de Patrimonio evaluará y aprobará, en su caso, definitivamente la candidatura como Patrimonio Mundial de la Unesco.
La propuesta de Medina Azahara, impulsada por la Junta, simboliza y conserva la ciudad palatina del Califato de Córdoba, que constituye un ejemplo único y excepcional de la planificación urbana de la ciudad islámica de al-Andalus y de su contexto territorial en el siglo X, en una etapa crucial de su evolución.
Por otro lado, se encuentra la candidatura de los Dólmenes de Antequera, motivada también por el Gobierno andaluz. En la sesión de ayer se informó de que será evaluada durante la próxima sesión del Comité de Patrimonio Mundial, que se celebrará del 10 al 20 de julio de este año en Estambul (Turquia). Ante este panorama, tanto la opción cordobesa como la malagueña han adelantado en el escalón de prioridad de la Unesco a la Alpujarra.
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