La organización que creó en 1962 trabaja en la actualidad en 50 países, entre otros con los refugiados que arriban a las islas griegas.
JOSÉ JOAQUÍN LEÓN |
El padre Ángel García (Mieres, Asturias, 1937) se ordenó sacerdote en 1961 y tuvo uno de sus primeros destinos en el orfanato de Oviedo. En 1962 fundó Mensajeros de la Paz y creó hogares para niños. Después amplió la asistencia a otros sectores sociales vulnerables, como discapacitados físicos y psíquicos, mujeres víctimas de violencia, e inmigrantes. Asimismo fundó Edad Dorada, y ha creado residencias y servicios de atención a mayores. Mensajeros de la Paz trabaja en 50 países, entre otros con los refugiados en Lesbos. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1994.
-Mensajeros está ayudando a los refugiados sirios. ¿En qué consiste su labor?
-Precisamente, he regresado de Lesbos, donde estuve con el Papa el pasado fin de semana. Nuestra labor se centra ahora en las cocinas móviles, con las que damos de comer a unas 5.000 personas. Esperamos que la situación de esas personas pueda mejorar.
-¿Qué ha encontrado en Lesbos?
-Mucho dolor, mucha miseria, mucha vergüenza… Es triste que esto suceda en pleno siglo XXI. Hay niños con hambre, sin techo, sin un colchón, sin nada... En una miseria absoluta.
-¿Por qué se ha llegado a esa situación extrema?
-Por falta de voluntad política. Parece como si quisieran quitarse el muerto de encima, en el mal sentido de la palabra, porque ya han muerto unas 700 personas, y más víctimas que puede haber. No se ha exagerado nada. Es un drama inmenso lo que están sufriendo.
-¿Son todos refugiados políticos, o hay emigrantes por causas económicas?
-No dude nadie que son refugiados políticos. Emigran de su tierra, pero están saliendo de Siria ante el peligro de que les maten. Han escapado de la guerra para sobrevivir. Por eso es más triste que tengan las puertas cerradas.
-¿Qué le ha parecido la visita del Papa?
-Ha sido un testimonio precioso. Lo he vivido de cerca con él. Creo que habrá un antes y un después de la visita del Papa.
-¿Ayudará a mejorar la situación de los refugiados?
-Espero que sí, que tomen alguna medida para aliviar esa situación. A los gobernantes europeos les dará vergüenza, tras lo que se ha visto, con esas personas abrazadas al Papa. Eso es también lo que él quería, una llamada de atención hacia lo que sucede allí.
-Francisco está muy sensibilizado con los refugiados y emigrantes.
-Ya lo demostró también con su visita a Lampedusa, para alzar su voz contra la muerte de inmigrantes. Francisco está sensibilizado y nos llama a los demás a fijarnos en ese drama. Pero no viene de ahora. En Argentina ya hacía notar su preocupación por los más pobres y los que más sufren. Siempre ha estado atento a estos problemas.
-¿Existe solidaridad con los refugiados en Europa?
-Sí, en Europa hay solidaridad. Las personas son sensibles a lo que está sucediendo. El problema viene por la falta de voluntad política para resolverlo.
-En los países más ricos se detecta cierto rechazo.
-Son casos aislados. En la historia moderna, nunca hubo tanta solidaridad en Europa como la que hay actualmente, sin duda.
-El mensaje político es disuasorio...
-Vamos a ver lo que ocurre. Ahora lo que están haciendo allí es poner más muros, más policías, y más dificultades, para enviarlos de vuelta a Turquía. Parece que intentan disuadirlos con más impedimentos.
-Pasemos a España. ¿Cuáles son las mayores urgencias que atienden?
-En estos momentos, lo que más preocupa a Mensajeros de la Paz es atender los comedores sociales. Para dar de comer a la gente. Con tantas dificultades, cada vez acuden más personas necesitadas. La pobreza ha aumentado, a niveles básicos. No sólo hay personas que no pueden hacer las tres o cuatro comidas al día, es que hay muchos que ni siquiera pueden comer dos veces al día.
-También ayudan a las personas mayores.
-Tenemos residencias y diversos servicios. Hay muchas personas mayores que sufren una soledad inmensa. Queremos estar cerca de ellos, ayudarles para que superen esa soledad.
-Mensajeros de la Paz hace una labor importante en Andalucía.
-Destacaría especialmente que tenemos residencias para niños sin familias. A través de la Asociación Edad de Oro, también gestionamos residencias para personas mayores. Mensajeros de la Paz trabaja y tiene sedes en Baeza (Jaén) y en otras provincias, como Almería, Granada, Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga… Prácticamente, en todas.
-Una de sus experiencias más curiosas es la iglesia de San Antón, de Madrid.
-San Antón es una iglesia céntrica de Madrid, que está en la calle Hortaleza. Permanece abierta de día y de noche, durante las 24 horas. Allí trabajamos sobre todo con las personas sin techo y con inmigrantes. Para mí, era un sueño tener un templo abierto durante todo el día.
-Es un templo histórico artístico en el que se puede entrar con animales.
-Esto no se hace sólo porque San Antón es el patrono de los animales. La iglesia funciona como una casa de oración, con sus cultos y misas, y también como una casa de acogida, en la que las personas necesitadas pueden descansar y alimentarse. Compaginar eso era difícil, y lo hemos conseguido.
-¿Se puede repetir en otras ciudades?
-Sin duda, se puede. Sólo hace falta voluntad para ponerlo en práctica. Mensajeros de la Paz mantiene esa experiencia en Madrid. Próximamente, esperamos abrir templos durante 24 horas en Roma y México.
-¿Las iglesias deberían estar abiertas más horas?
-El Papa dice que las iglesias deben abrirse más, ser templos abiertos. Estoy seguro de que las horas de apertura aumentarán.
-Ha visitado a Patxi López, presidente del Congreso. ¿Qué le dijo?
-Fui a presentar las actividades de Mensajeros de la Paz y a pedirle que abrieran las puertas para acoger a refugiados en España. Los políticos son de carne y hueso. Sólo les pido que pongan los pies en la tierra.
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