Su libro '3052', en el que relata su odisea en cayuco rumbo a España va por la sexta edición Denuncia la lacra del "racismo institucional"
ENRIQUE ABUÍN GRANADA |
"Se han repartido el mundo, ya nada me asombra". Este estribillo del cantante Tiken Jah Fakoly recoge el sentimiento de un continente, África, al que las grandes potencias no invitaron a la hora de partir la tarta y dividir sus tierras. Lo que deriva en las miles de personas que cada año se juegan la vida en el mar con destino a una Europa esquiva con la acogida. Uno de ellos es Mamadou Dia, que en 2006 partió desde Dakar (Senegal) en busca de 'El Dorado', pero se topó con otra realidad cuando llegó a España. Su suerte es la de poder contar una historia que merece ser escuchada. La que comenzó tras oír la palabra agua después de 72 horas en La Gomera de la boca de una voluntaria. Ahí se le aclaró la garganta y se le encendió la bombilla de ayudar a los demás. Lo hizo escribiendo el libro que le prometió a sus amigos antes de partir, que tituló 3052 (la distancia entre su casa y Murcia, donde se asentó) y que ya va por la sexta edición tras vender 11.000 ejemplares. Ahora tiene uno nuevo, 15:00, en el que cuenta una de las peores horas de su vida cuando fue detenido y agredido por dos policías en Madrid. Aunque su gran obra es Hahatay, la ONG con la que lleva risas a los niños de Gandiol, su pueblo natal, y de la que ayer habló con orgullo en su visita a Granada.
-¿Mereció la pena el viaje?
-Siempre digo que no mereció la pena. Yo sólo soy uno más dentro de los más de 6.000 senegaleses que hay en España y de las más de 30.000 personas que se dejaron la vida en el camino para venir aquí, personas que seguramente habrían hecho muchas cosas. Es la fuerza de 30.000 jóvenes que se han quedado en el mar y no es nada comparado con lo que puede conseguir uno solo. Es la materia gris, el poder de Senegal y África que viaja, lo que debería construir el futuro, por eso no merece la pena. Yo estoy intentando sembrar un granito de arena, pero todo esa gente podría aportar mucho más.
-Más de 600 inmigrantes han llegado a las costa andaluza en lo que va de año, no es fácil hacerle ver la realidad a una persona que está desesperada.
-La gente ve en su propio país guerras y hambrunas, pero no lo ven en Europa. Cuando lo están pasando mal, piensan en un país que no lo están pasando mal y yo les hago siempre la misma pregunta: ¿Por qué los sirios se están jugando la vida en un barco con tantas personas? Los sirios no es el mar donde se juegan la vida, sino estando en su propia tierra porque todos los días estallan bombas. De hecho, para los sirios es menos peligroso estar en el mar que en su país. La gente va a otros sitios con la esperanza de encontrar algo mejor.
-¿Le sorprende que Europa también le esté dando la espalda a los refugiados sirios?
-No. Cuando estás en África escuchas el típico insulto de que África no es una tierra civilizada y Europa sí. Y luego te das cuenta que con todas las desgracias que han pasado en África, se siguen acogiendo europeos sin ninguna persecución, sin ningún mal trato. Aquí, sin embargo, hay fronteras, vallas, frontex y existen muchos proyectos de la Unión Europea para frenar la inmigración y que la gente no venga aquí. Con Siria debería haber también un sentimiento de civilización porque todos hemos visto como han pasado por una miseria total de bomba sobre bomba. ¿Tú crees que es normal que en Francia estallara un atentado y al día siguiente salga con un puñado de armas para bombardear a Siria? ¿Dónde está la civilización en todo esto?
-Sin embargo, las democracias occidentales aluden constantemente a los derechos humanos.
-La política europea es hipócrita, sucia y sin vergüenza. Intenta enseñar sobre derechos humanos y civilización, pero luego hace lo peor y pisotea todos los días los derechos humanos. Europa está implicada en todas las políticas extranjeras, todos los países donde hay recursos naturales están pisoteándolos, porque allí manipulan para que haya guerra, miseria y poder llevarse los recursos que necesitan ellos. Aún así se permite dar lecciones porque dispone de los medios y del poder de la comunicación. Hace falta un periodismo un poco más comprometido para el pueblo, porque el periodismo es la oreja del pueblo y la voz del pueblo.
-Y en España, ¿ha sentido el racismo de cerca?
-Lo que he encontrado a pie de calle no es racismo. Muchos hermanos sí lo piensan, pero para mí es ignorancia. El racismo institucional sí existe y es el que tiene el poder de frenar, controlar, dirigir y manipular. El español a pie de calle puede ser ignorante y pasar de ti, pero no es un racismo de ir a por ti, a por lo que tú tienes, a matarte. Yo creo que no lo he visto. El institucional sí existe y lo he visto.
-En España, además de las concertinas de Ceuta y Melilla hay Centros de Internamiento de Extranjeros, ¿cómo valora estos establecimientos?
-Son cárceles. Encarcelan a gente que no han cometido delitos, que han cometido faltas administrativas como no llevar un papel, pero no un delito. No están atentando contra nadie, pero a esa gente se le priva de sus libertades, de sus derechos y de decidir por ellos. Europa se insulta todos los días llamándose a sí mismo civilización.
-¿Qué le parece el impulso que está cogiendo la extrema derecha en algunos países?
-Es muy preocupante. Europa tiene que tener mucho cuidado para los años que van a venir porque esa política de extrema derecha que está promoviendo el racismo y la xenofobia es una cultura bárbara. Además, Europa no tiene ningún recurso natural y su población va a envejecer mucho. Es decir, no se está centrando en los problemas de aquí a veinte años y estos acabarán llegando.
-Hay muchos jóvenes españoles que han tenido que emigrar, ¿cree que esto les ayudará a entender mejor por lo que pasan las personas que vienen a su país?
-Queda camino por recorrer, pero se va logrando este sentimiento.
-¿Mereció la pena el viaje?
-Siempre digo que no mereció la pena. Yo sólo soy uno más dentro de los más de 6.000 senegaleses que hay en España y de las más de 30.000 personas que se dejaron la vida en el camino para venir aquí, personas que seguramente habrían hecho muchas cosas. Es la fuerza de 30.000 jóvenes que se han quedado en el mar y no es nada comparado con lo que puede conseguir uno solo. Es la materia gris, el poder de Senegal y África que viaja, lo que debería construir el futuro, por eso no merece la pena. Yo estoy intentando sembrar un granito de arena, pero todo esa gente podría aportar mucho más.
-Más de 600 inmigrantes han llegado a las costa andaluza en lo que va de año, no es fácil hacerle ver la realidad a una persona que está desesperada.
-La gente ve en su propio país guerras y hambrunas, pero no lo ven en Europa. Cuando lo están pasando mal, piensan en un país que no lo están pasando mal y yo les hago siempre la misma pregunta: ¿Por qué los sirios se están jugando la vida en un barco con tantas personas? Los sirios no es el mar donde se juegan la vida, sino estando en su propia tierra porque todos los días estallan bombas. De hecho, para los sirios es menos peligroso estar en el mar que en su país. La gente va a otros sitios con la esperanza de encontrar algo mejor.
-¿Le sorprende que Europa también le esté dando la espalda a los refugiados sirios?
-No. Cuando estás en África escuchas el típico insulto de que África no es una tierra civilizada y Europa sí. Y luego te das cuenta que con todas las desgracias que han pasado en África, se siguen acogiendo europeos sin ninguna persecución, sin ningún mal trato. Aquí, sin embargo, hay fronteras, vallas, frontex y existen muchos proyectos de la Unión Europea para frenar la inmigración y que la gente no venga aquí. Con Siria debería haber también un sentimiento de civilización porque todos hemos visto como han pasado por una miseria total de bomba sobre bomba. ¿Tú crees que es normal que en Francia estallara un atentado y al día siguiente salga con un puñado de armas para bombardear a Siria? ¿Dónde está la civilización en todo esto?
-Sin embargo, las democracias occidentales aluden constantemente a los derechos humanos.
-La política europea es hipócrita, sucia y sin vergüenza. Intenta enseñar sobre derechos humanos y civilización, pero luego hace lo peor y pisotea todos los días los derechos humanos. Europa está implicada en todas las políticas extranjeras, todos los países donde hay recursos naturales están pisoteándolos, porque allí manipulan para que haya guerra, miseria y poder llevarse los recursos que necesitan ellos. Aún así se permite dar lecciones porque dispone de los medios y del poder de la comunicación. Hace falta un periodismo un poco más comprometido para el pueblo, porque el periodismo es la oreja del pueblo y la voz del pueblo.
-Y en España, ¿ha sentido el racismo de cerca?
-Lo que he encontrado a pie de calle no es racismo. Muchos hermanos sí lo piensan, pero para mí es ignorancia. El racismo institucional sí existe y es el que tiene el poder de frenar, controlar, dirigir y manipular. El español a pie de calle puede ser ignorante y pasar de ti, pero no es un racismo de ir a por ti, a por lo que tú tienes, a matarte. Yo creo que no lo he visto. El institucional sí existe y lo he visto.
-En España, además de las concertinas de Ceuta y Melilla hay Centros de Internamiento de Extranjeros, ¿cómo valora estos establecimientos?
-Son cárceles. Encarcelan a gente que no han cometido delitos, que han cometido faltas administrativas como no llevar un papel, pero no un delito. No están atentando contra nadie, pero a esa gente se le priva de sus libertades, de sus derechos y de decidir por ellos. Europa se insulta todos los días llamándose a sí mismo civilización.
-¿Qué le parece el impulso que está cogiendo la extrema derecha en algunos países?
-Es muy preocupante. Europa tiene que tener mucho cuidado para los años que van a venir porque esa política de extrema derecha que está promoviendo el racismo y la xenofobia es una cultura bárbara. Además, Europa no tiene ningún recurso natural y su población va a envejecer mucho. Es decir, no se está centrando en los problemas de aquí a veinte años y estos acabarán llegando.
-Hay muchos jóvenes españoles que han tenido que emigrar, ¿cree que esto les ayudará a entender mejor por lo que pasan las personas que vienen a su país?
-Queda camino por recorrer, pero se va logrando este sentimiento.
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