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jueves, 14 de abril de 2016

Más de 4.000 niños granadinos son víctimas de acoso escolar granadahoy.com

El Ministerio de Educación estima que el 4% de la población escolar sufre agresiones
A. ASENSIO GRANAd
Recreación de una pelea entre estudiantes.
No hay datos oficiales, pero la información facilitada por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, hace una semana permite dilucidar que en la provincia de Granada unos 4.000 escolares sufrirían acoso escolar. Según la información facilitada tras el último Consejo de Ministros y procedente del Ministerio de Educación, la violencia dentro y fuera de las aulas afectan casi al 4% del alumnado. En Granada hay matriculados poco más de 61.000 alumnos en Primaria, y otros 40 en Secundaria, por lo que ese 4% al que hizo referencia Sáenz de Santamaría se traduce a 4.000 niños granadinos, sólo en las etapas educativas obligatorias. El dato se dio a conocer en el anuncio de la puesta en marcha de una campaña contra el acoso escolar, que incluirá un teléfono gratuito todos los días del año para denunciar este tipo de violencia. 

Soraya Sáenz de Santamaría recalcó que, en los últimos meses, "son cada vez más numerosos los supuestos de acoso escolar", que en muchas ocasiones son "trágicos" para las familias, según recoge Efe. Sáenz de Santamaría afirmó que hay que "erradicar" esta lacra y que la campaña que se va a poner en marcha es una acción de difusión, una "pieza clave del éxito" en este tema. El Gobierno la ha justificado también por la "urgencia", dado el "incremento del impacto mediático de la alarma social que se está produciendo en los últimos meses". Según un comunicado del Ministerio, se está ultimando la contratación del servicio de atención telefónica para estos casos, una medida anunciada hace unos meses. 


Este anuncio y el dato aportado por el Gobierno en funciones permite cuantificar, de forma aproximada, cuántos alumnos granadinos sufren acoso, una situación que también sufren los padres. Desde FAMPA Alhambra, Carmen Fernández -responsable del área de incidencias- apunta a lo difícil que es detectar si un hijo sufre agresiones en el colegio o instituto. Las sospechas llegan cuando la violencia en el aula -o fuera- conlleva un "cambio de conducta". La situación suele convertirse en un problema mayor cuando se da en localidades pequeñas, cuando el acoso "se mezcla con otras cuestiones, incluso con rencillas familiares" y, además, es más difícil que se tomen medidas como el cambio de centro educativo, una medida que, en cualquier caso, desde la Federación se entiende que no es la solución. "Hay que indagar, ver qué ha ocurrido y dar un tratamiento a la víctima y al agresor, y también al resto del grupo" de alumnos de la clase, apunta Fernández.

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